La enfermedad de Hashimoto es un trastorno autoinmunitario que afecta a la glándula tiroides. La tiroides es una glándula en forma de mariposa que se encuentra en la base del cuello, justo debajo de la nuez de Adán. La tiroides produce hormonas que ayudan a regular varias de las funciones del cuerpo.
Un trastorno autoinmunitario es una enfermedad que se produce cuando el sistema inmunitario ataca los tejidos sanos. En la enfermedad de Hashimoto, las células del sistema inmunitario producen la muerte de las células de la tiroides que producen las hormonas. La enfermedad suele dar como resultado una reducción en la producción de hormonas (hipotiroidismo).
Aunque cualquier persona puede desarrollar la enfermedad de Hashimoto, es más común en mujeres de mediana edad. El tratamiento primario es el reemplazo de la hormona de la tiroides.
La enfermedad de Hashimoto también se conoce como tiroiditis de Hashimoto, tiroiditis linfocítica crónica y tiroiditis autoinmunitaria crónica.
Síntomas
La enfermedad de Hashimoto avanza lentamente con el paso de los años. Es posible que no notes signos ni síntomas de la enfermedad. Con el tiempo, la disminución en la producción de la hormona tiroidea puede provocar alguno de los siguientes síntomas:
fatiga y pereza
aumento de la sensibilidad al frío
aumento de la somnolencia
piel seca
estreñimiento
debilidad muscular
dolores, sensibilidad y rigidez muscular
dolor y rigidez articular
sangrado menstrual irregular o excesivo
depresión
problemas de memoria o concentración
hinchazón de la tiroides (bocio)
cara hinchada
uñas quebradizas
caída del pelo
agrandamiento de la lengua
Cuándo debes consultar con un médico
Los signos y síntomas de la enfermedad de Hashimoto varían mucho y no son específicos de este trastorno. Como estos síntomas pueden ser el resultado de numerosos trastornos, es importante que consultes a tu proveedor de atención médica tan pronto como sea posible para obtener un diagnóstico preciso y a tiempo.
Factores de riesgo
Los siguientes factores se asocian con un riesgo alto de sufrir la enfermedad de Hashimoto:
Sexo. Las mujeres son mucho más propensas a contraer la enfermedad de Hashimoto.
Edad. La enfermedad de Hashimoto puede darse a cualquier edad, pero se presenta con más frecuencia en personas de mediana edad.
Otras enfermedades autoinmunitarias. Otras enfermedades autoinmunitarias, como la artritis reumatoide, la diabetes tipo 1 o el lupus, aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad de Hashimoto.
Genética y antecedentes familiares. Tienes mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Hashimoto si otros en tu familia tienen trastornos de la tiroides u otras enfermedades autoinmunitarias.
Embarazo. Los cambios típicos de la función inmunológica que se presentan durante el embarazo pueden ser un factor de la enfermedad de Hashimoto que comienza después de este.
Consumo excesivo de yodo. Consumir demasiado yodo en la dieta puede ser un desencadenante para las personas que ya tienen riesgo de tener la enfermedad de Hashimoto.
Exposición a la radiación. Las personas expuestas a niveles excesivos de radiación ambiental son más propensas a tener la enfermedad de Hashimoto.
Diagnóstico
Varias afecciones pueden provocar los signos y síntomas de la enfermedad de Hashimoto. Si presentas alguno de estos síntomas, el proveedor de atención médica te realizará un examen físico completo, revisará tus antecedentes médicos y te preguntará sobre los síntomas.
Prueba diagnóstica de la función tiroidea
Para determinar si el hipotiroidismo es la causa de tus síntomas, el proveedor de atención médica pedirá análisis de sangre que pueden incluir lo siguiente:
Análisis de la hormona estimulante de la tiroides. La glándula pituitaria produce la hormona estimulante de la tiroides. Cuando esta glándula detecta un nivel bajo de hormonas tiroideas en la sangre, envía la hormona estimulante de la tiroides hacia la tiroides para aumentar la producción de hormonas tiroideas. Los niveles altos de la hormona estimulante de la tiroides en la sangre indican hipotiroidismo.
Análisis de T4. La principal hormona tiroidea es la tiroxina (T4). Un nivel bajo de T4 en la sangre confirma los resultados de un análisis de la hormona estimulante de la tiroides e indica que el problema está en la propia tiroides.
Análisis de anticuerpos
Más de un proceso de enfermedad puede llevar al hipotiroidismo. Para determinar si la enfermedad de Hashimoto es la causa del hipotiroidismo, el proveedor de atención médica solicitará una prueba de anticuerpos.
El propósito previsto de un anticuerpo es detectar agentes externos que provoquen enfermedades y que deban ser destruidos por otros actores del sistema inmunitario. En un trastorno autoinmunitario, el sistema inmunitario produce anticuerpos patógenos que afectan a las células sanas o las proteínas del organismo.
Por lo general, en la enfermedad de Hashimoto, el sistema inmunitario produce un anticuerpo a la peroxidasa tiroidea, una proteína que desempeña un papel importante en la producción de la hormona tiroidea. La mayoría de las personas con la enfermedad de Hashimoto tendrán en la sangre anticuerpos contra la peroxidasa tiroidea . Es posible que deban hacerse análisis de laboratorio de otros anticuerpos relacionados con la enfermedad de Hashimoto.
Tratamiento
La mayoría de las personas con la enfermedad de Hashimoto toman medicamentos para tratar el hipotiroidismo. Si tienes síntomas leves de hipotiroidismo, es posible que no recibas tratamiento, pero que te hagan análisis corrientes de la hormona estimulante de la tiroides para controlar los niveles de la hormona tiroidea.
Terapia de reemplazo de la hormona T-4
El hipotiroidismo asociado a la enfermedad de Hashimoto se trata con una hormona sintética llamada levotiroxina (Levoxyl, Synthroid y otros). La hormona sintética trabaja de forma parecida a la hormona T-4 que la tiroides produce de forma natural.
El objetivo del tratamiento es recuperar y mantener niveles adecuados de la hormona T-4 y mejorar los síntomas del hipotiroidismo. Necesitarás este tratamiento durante el resto de tu vida.
Control de la dosis
El proveedor de atención médica determinará una dosis de levotiroxina que sea adecuada para tu edad, tu peso, tu producción actual de hormonas de la tiroides, tus otras afecciones médicas y otros factores. El proveedor de atención médica repetirá el análisis para determinar tus niveles de la hormona estimulante de la tiroides aproximadamente de 6 a 10 semanas más tarde y ajustará la dosis según sea necesario.
Una vez que se determine la dosis más adecuada, seguirás tomando el medicamento una vez al día. Deberás realizarte pruebas de seguimiento para controlar tus niveles de la hormona estimulante de la tiroides una vez al año o cada vez que el proveedor de atención médica te cambie la dosis.
La pastilla de levotiroxina se suele tomar por la mañana antes de comer. Habla con el médico si tienes preguntas sobre cuándo o cómo tomar la pastilla. Además, pregúntale qué hacer si te saltas una dosis accidentalmente. Si tu seguro de salud te exige que cambies a un medicamento genérico o a una marca diferente, consulta con el médico.
Precauciones
Dado que la levotiroxina actúa como hormona T-4 natural en el cuerpo, por lo general, no hay efectos secundarios siempre y cuando el tratamiento genere niveles naturales de hormona T-4 para tu cuerpo.
Demasiada cantidad de la hormona tiroides puede empeorar la pérdida ósea que causa huesos frágiles y quebradizos (osteoporosis) o latidos cardíacos irregulares (arritmias).
Efectos de otras sustancias
Algunos medicamentos, suplementos y alimentos pueden afectar la capacidad de tu cuerpo de absorber la levotiroxina. Es posible que sea necesario tomar levotiroxina al menos cuatro horas antes de consumir estas sustancias. Habla con el médico acerca de lo siguiente:
Productos de soja
Alimentos con alto contenido de fibra
Suplementos de hierro, entre ellos, preparados multivitamínicos que contienen hierro
Colestiramina (Prevalite), un medicamento que se usa para reducir los niveles de colesterol en la sangre
Hidróxido de aluminio, que está presente en algunos antiácidos
Sucralfato, un medicamento para las úlceras
Suplementos de calcio
Terapia de reemplazo de la hormona T3
La T4 producida naturalmente se convierte en otra hormona tiroidea llamada triyodotironina (T3). La hormona de reemplazo de la T4 también se convierte en T3 y, en la mayoría de las personas, la terapia de reemplazo de la T4 produce un suministro adecuado de T3 para el cuerpo.
En el caso de las personas que necesitan un mejor control de los síntomas, el médico también puede recetar una hormona T3 sintética (Cytomel) o una combinación de T4 y T3 sintéticas. Entre los efectos secundarios del reemplazo de hormona T3 , se incluyen latidos cardíacos rápidos, insomnio y ansiedad. Estos tratamientos se pueden analizar en un período de prueba de 3 a 6 meses.