El cáncer de células de Hurthle es un cáncer poco frecuente que afecta la glándula tiroides.
La tiroides es una glándula con forma de mariposa que se encuentra en la base del cuello. Esta segrega hormonas que son esenciales para regular el metabolismo del cuerpo.
El cáncer de células de Hurthle también se denomina carcinoma de células de Hurthle o carcinoma de células oxifílicas. Es uno de los diversos tipos de cáncer que afecta la glándula tiroides
y puede ser más agresivo que otros tipos de cáncer de tiroides. El tratamiento más frecuente es una cirugía para extirpar la glándula tiroides.
Síntomas
El cáncer de células de Hurthle no siempre causa síntomas y, algunas veces, se detecta durante un examen físico o una prueba por imágenes realizada por algún otro motivo.
Cuando se presentan, los signos y síntomas pueden incluir los siguientes:
Un bulto en el cuello, justo debajo de la nuez de Adán
Dolor en el cuello o la garganta
Ronquera u otros cambios en la voz
Falta de aire
Dificultad para tragar
Estos signos y síntomas no necesariamente significan que tienes cáncer de células de Hurthle. Pueden ser indicios de otras enfermedades, como una inflamación de la glándula tiroides o un agrandamiento de la tiroides (bocio).
Cuándo debes consultar con un médico
Si tienes signos o síntomas que te preocupan, programa una cita con el proveedor de atención médica.
Factores de riesgo
Estos son algunos de los factores que aumentan el riesgo de padecer cáncer de tiroides:
Ser mujer
Ser mayor
Tener antecedentes de tratamientos con radiación en la cabeza y en el cuello
Tener antecedentes familiares de cáncer de tiroides
Diagnóstico
Las pruebas y los procedimientos usados para diagnosticar el cáncer de células de Hurthle son los siguientes:
Examen físico. El proveedor de atención médica te examinará el cuello, verificará el tamaño de la tiroides y analizará si los ganglios linfáticos están hinchados.
Análisis de sangre. Los análisis de sangre pueden revelar cambios en la función tiroidea, lo que le dará más información al proveedor de atención médica sobre tu afección.
Pruebas por imágenes. Las pruebas por imágenes, incluidas la ecografía y la tomografía computarizada, pueden ayudar al proveedor de atención médica a determinar si hay algún crecimiento en la tiroides.
Examen de las cuerdas vocales (laringoscopia). En un procedimiento llamado laringoscopia, el proveedor de atención médica puede examinar visualmente las cuerdas vocales usando una luz y un espejo diminuto para mirar en la parte posterior de la garganta. O bien, puede realizar una laringoscopia de fibra óptica. En este procedimiento, se inserta un tubo delgado y flexible que tiene una pequeña cámara y una luz a través de la nariz o la boca hasta la parte trasera de la garganta. De este modo, el proveedor de atención médica puede observar los movimientos de las cuerdas vocales cuando hablas.
Este procedimiento puede recomendarse si existe el riesgo de que las células cancerosas se hayan extendido a las cuerdas vocales; por ejemplo, si tienes cambios en la voz que son preocupantes.
Extracción de una muestra de tejido de la tiroides para su análisis (biopsia). Durante una biopsia de tiroides, se pasa una aguja fina a través de la piel del cuello guiada por imágenes de ecografía. La aguja está conectada a una jeringa que extrae una muestra de tejido de la tiroides. En un laboratorio, expertos especializados en el análisis de la sangre y los tejidos corporales (patólogos) examinan la muestra en busca de signos de cáncer.
Tratamiento
El tratamiento del cáncer de células de Hürthle suele implicar cirugía para extirpar la tiroides. Es posible que se recomienden otros tratamientos, dependiendo tu situación.
Cirugía
La extracción total o casi total de la tiroides (tiroidectomía) es el tratamiento más común del cáncer de células de Hürthle.
Durante la tiroidectomía, el cirujano elimina toda o casi toda la glándula tiroides y deja pequeños bordes del tejido tiroideo cerca de las pequeñas glándulas adyacentes (glándulas paratiroides) para disminuir la posibilidad de lesionarlas. Las glándulas paratiroides regulan el nivel de calcio del cuerpo.
Es posible que los ganglios linfáticos que se encuentran alrededor se extirpen si se sospecha que el cáncer se ha propagado a esa zona.
Los riesgos asociados con la tiroidectomía incluyen:
Lesión en el nervio que controla la laringe (nervio laríngeo recurrente), que podría causar ronquera temporal o permanente o pérdida de la voz
Lesión en las glándulas paratiroides, que podría requerir medicamentos para regular los niveles de calcio en la sangre
Sangrado excesivo
Después de la cirugía, el proveedor de atención médica te recetará la hormona levotiroxina (Synthroid, Unithroid, otros) para reemplazar la hormona producida por la tiroides. Tendrás que tomar esta hormona por el resto de tu vida.
Terapia con yodo radiactivo
La terapia con yodo radioactivo implica tragar una cápsula que contiene un líquido radiactivo.
Después de la cirugía, quizás te recomienden la terapia con yodo radioactivo, ya que puede ayudar a destruir cualquier tejido tiroideo restante que pueda contener rastros del cáncer. La terapia con yodo radioactivo también puede usarse si el cáncer de células de Hürthle se ha propagado a otras partes del cuerpo.
Los efectos secundarios temporales de esta terapia pueden ser:
Sequedad en la boca
Disminución del gusto
Sensibilidad en el cuello
Náuseas
Cansancio
Radioterapia
La radioterapia utiliza rayos de energía de alta potencia, como los rayos X o protones, para destruir las células cancerosas. Durante la radioterapia, te recuestas sobre una camilla mientras una máquina se mueve a tu alrededor y dirige la radiación a puntos específicos del cuerpo.
La radioterapia puede ser una opción si las células cancerosas permanecen luego de la cirugía y del tratamiento con yodo radioactivo o si el cáncer de células de Hurthle se expande.
Algunos efectos secundarios son los siguientes:
Dolor de garganta
Sarpullido similar a una quemadura solar
Cansancio
Terapia farmacológica dirigida
Los tratamientos con medicamentos dirigidos atacan debilidades específicas que se encuentran dentro de las células cancerosas. La terapia dirigida puede ser una opción de tratamiento si el cáncer de células de Hürthle regresa después de probar otros tratamientos o si se disemina a partes distantes del cuerpo.
Los efectos secundarios dependen del medicamento en particular, pero es posible que incluya los siguientes:
Diarrea
Cansancio
Presión arterial alta
Problemas en el hígado
La terapia con medicamentos dirigidos es un área activa de la investigación sobre el cáncer. Los médicos estudian muchos medicamentos nuevos de terapia dirigida para el tratamiento de aquellas personas que tienen cáncer de tiroides.