Nefropatía crónica: cuáles son sus síntomas, causas y tratamiento

Dependiendo el tipo de síntoma que se presente, se puede conocer el nivel de gravedad de una padecimiento

En muchas ocasiones no se sabe que se tiene un padecimiento hasta que se presentan síntomas (Infobae/Jovani Pérez)

La enfermedad renal crónica, también llamada insuficiencia renal crónica, implica una pérdida gradual de la función renal. Los riñones filtran los desechos y el exceso de líquidos de la sangre, que se eliminan a través de la orina. La enfermedad renal crónica avanzada puede provocar la acumulación de niveles peligrosos de líquido, electrolitos y desechos en el organismo.

En las etapas tempranas de la enfermedad renal crónica, puede que tengas pocos signos o síntomas. Es posible que no te des cuenta de que tienes una enfermedad renal hasta que la afección esté avanzada.

El tratamiento de una enfermedad renal crónica se centra en retrasar el avance del daño renal, por lo general, mediante el control de la causa. Sin embargo, incluso el control de la causa podría no impedir que el daño renal progrese. La enfermedad renal crónica puede avanzar hasta convertirse en una insuficiencia renal en etapa terminal, la cual es mortal si no se realizan filtraciones artificiales (diálisis) o un trasplante de riñón.

Síntomas

Los signos y síntomas de la enfermedad renal crónica se manifiestan con el paso del tiempo si el daño renal avanza lentamente. La pérdida de la función renal puede provocar una acumulación de líquidos o desechos del cuerpo o problemas de electrolitos. Dependiendo de su gravedad, la pérdida de la función renal puede causar lo siguiente:

Náuseas

Vómitos

Pérdida de apetito

Fatiga y debilidad

Problemas de sueño

Micción más o menos abundante

Disminución de la agudeza mental

Calambres musculares

Hinchazón de pies y tobillos

Picazón y sequedad de la piel

Presión arterial alta (hipertensión) que es difícil de controlar

Falta de aire, si se acumula líquido en los pulmones

Dolor en el pecho, si se acumula líquido en el revestimiento del corazón

Los signos y síntomas de la enfermedad renal a menudo no son específicos. Esto significa que también los pueden causar otras enfermedades. Dado que los riñones son capaces de compensar la pérdida de función, es posible que no desarrolles signos y síntomas hasta que se haya producido un daño irreversible.

Cuándo debes consultar con un médico

Solicita una cita con tu médico si tienes signos o síntomas de enfermedad renal. La detección temprana puede ayudar a prevenir que la enfermedad renal se convierta en insuficiencia renal.

Si tienes una afección que aumenta tu riesgo de padecer una enfermedad renal, es probable que tu médico controle tu presión arterial y función renal por medio de análisis de sangre y orina durante las visitas al consultorio. Consulta con tu médico si estas pruebas son necesarias en tu caso.

Ante cualquier malestar lo mejor es acudir al médico (Christin Klose/dpa)

Factores de riesgo

Los factores que pueden aumentar el riesgo de enfermedad renal crónica incluyen:

Diabetes

Presión arterial alta

Enfermedad cardíaca (cardiovascular)

Hábito de fumar

Obesidad

Ser de raza negra, indígena americano o asiático americano

Antecedentes familiares de enfermedad renal

Estructura renal anormal

Edad avanzada

El uso frecuente de medicamentos que pueden dañar los riñones

Diagnóstico

Como primer paso para obtener un diagnóstico de enfermedad renal, tu médico analizará contigo tus antecedentes familiares y personales. Entre otros aspectos, tu médico puede preguntarte si tienes un diagnóstico de presión arterial alta, si tomas medicamentos que afecten la función renal, si notaste cambios en tus hábitos urinarios y si algún miembro de tu familia padece una enfermedad renal.

A continuación, tu médico te realizará un examen físico y buscará señales de problemas en el corazón o los vasos sanguíneos. Además, llevará a cabo un examen neurológico.

Para el diagnóstico de la enfermedad renal, es posible que también necesites algunos análisis y procedimientos para determinar la gravedad de la enfermedad renal (el estadio). Las pruebas podrían ser las siguientes:

Análisis de sangre. Los análisis de la función renal permiten conocer el nivel de desechos, como los niveles de creatinina y urea, en tu sangre.

Análisis de orina. El análisis de una muestra de orina puede revelar anomalías que indiquen una insuficiencia renal crónica y puede ayudar a identificar la causa de la enfermedad renal crónica.

Pruebas por imágenes. Tu médico puede hacer una ecografía para evaluar la estructura y el tamaño de tus riñones. En algunos casos, se pueden utilizar otras pruebas por imágenes.

Extracción de una muestra de tejido renal para análisis. El médico puede recomendar una biopsia renal, que consiste en extraer una muestra de tejido renal. Por lo general, la biopsia renal se realiza con anestesia local y con una aguja larga y delgada que se introduce en el riñón a través de tu piel. La muestra de la biopsia se envía al laboratorio para ayudar a determinar cuál es la causa de tu problema renal.

Cada enfermedad tiene una o varias formas de diagnosticarla para así detectarla y luego combatirla (EFE)

Tratamiento

Según la causa, es posible tratar algunos tipos de enfermedad renal. Sin embargo, muchas veces, la enfermedad renal crónica no tiene cura.

Por lo general, el tratamiento consiste en medidas para controlar las señales y los síntomas, reducir las complicaciones y retrasar el progreso de la enfermedad. Si tus riñones manifiestan daños graves, podrías necesitar un tratamiento para una enfermedad renal en etapa terminal.

Tratar la causa

Tu médico trabajará para retrasar o controlar la causa de la enfermedad renal. Las opciones de tratamiento varían según la causa. Sin embargo, el daño renal puede continuar empeorando incluso cuando se haya controlado una afección subyacente, como la diabetes mellitus o la presión arterial alta.

Tratamiento de las complicaciones

Las complicaciones de una enfermedad renal pueden controlarse para que te sientas más cómodo. Los tratamientos pueden incluir lo siguiente:

Medicamentos para la presión arterial alta. La presión arterial alta puede empeorar en pacientes con enfermedad renal. Es posible que el médico te recomiende medicamentos para reducir la presión arterial (por lo general, inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina <> o antagonistas del receptor de la angiotensina II) y mantener la función renal. Al comienzo, los medicamentos para la presión arterial alta pueden disminuir la función renal y cambiar los niveles de los electrolitos, por lo que es posible que necesites análisis de sangre frecuentes para controlar tu afección. El médico también puede recomendarte un diurético y una alimentación baja en sal.

Medicamentos para aliviar la hinchazón. Las personas con enfermedad renal crónica suelen tener retención de líquidos. Esto puede ocasionar hinchazón en las piernas y presión arterial alta. Los medicamentos llamados diuréticos ayudan a mantener el equilibrio de los líquidos en el cuerpo.

Medicamentos para tratar la anemia. Los suplementos de la hormona eritropoyetina, a veces con hierro agregado, ayudan a producir más glóbulos rojos. Esto podría aliviar la fatiga y la debilidad asociadas a la anemia.

Medicamentos para reducir los niveles de colesterol. El médico puede recomendarte unos medicamentos conocidos como estatinas para disminuir el colesterol. Los pacientes con enfermedad renal crónica suelen tener niveles altos de colesterol malo, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas.

Medicamentos para proteger los huesos. Los suplementos de calcio y vitamina D pueden ayudar a prevenir la debilidad de los huesos y a reducir el riesgo de fracturas. También podrías tomar un medicamento, llamado quelante de fosfato, para disminuir la cantidad de fosfato en la sangre y proteger los vasos sanguíneos contra los daños que ocasionan los depósitos de calcio (calcificación).

Dieta baja en proteína para minimizar los desechos presentes en la sangre. A medida que el cuerpo procesa las proteínas de los alimentos, genera los desechos que los riñones deben filtrar de la sangre. Para reducir la cantidad de esfuerzo que deben hacer tus riñones, el médico puede recomendarte que consumas menos proteínas. Un dietista matriculado puede recomendarte maneras de disminuir el consumo de proteínas sin dejar de tener una alimentación saludable.

Es posible que el médico te recomiende pruebas de seguimiento periódicas para determinar si la enfermedad renal se mantiene estable o evoluciona.

Tratamiento de la enfermedad renal en etapa final

Si tus riñones no pueden eliminar los desechos y el líquido por sí mismos y manifestaste una insuficiencia renal total o parcial, entonces padeces una enfermedad renal en etapa terminal. En este punto, necesitas diálisis o un trasplante de riñón.

Diálisis. La diálisis elimina los desechos y el exceso de líquido de la sangre artificialmente cuando los riñones ya no pueden hacerlo. En la hemodiálisis, una máquina filtra los desechos y el exceso de líquido de la sangre. En la diálisis peritoneal, un tubo delgado que se inserta en el abdomen llena la cavidad abdominal con una solución para diálisis que absorbe los desechos y el líquido excedente. Luego de un tiempo, la solución para diálisis sale del cuerpo y se lleva los desechos.

Trasplante de riñón. Un trasplante de riñón consiste en colocar un riñón sano de un donante en tu cuerpo mediante una cirugía. Los riñones trasplantados pueden ser de donantes vivos o fallecidos. Después de un trasplante, deberás tomar medicamentos durante el resto de tu vida para evitar que el cuerpo rechace el órgano nuevo. No es necesario recibir diálisis para necesitar un trasplante de riñón.

Para aquellos que no deseen someterse a una diálisis o un trasplante de riñón, la tercera opción es tratar la insuficiencia renal con métodos tradicionales. Los métodos tradicionales probablemente incluirán el control de los síntomas, la planificación anticipada de los cuidados médicos y los cuidados para que estés cómodo (cuidado paliativo).