El dolor al tener relaciones sexuales puede producirse por diversas razones, que varían desde problemas estructurales hasta preocupaciones psicológicas. Muchas mujeres sienten dolor al tener relaciones sexuales en algún punto de sus vidas.
El término médico para el dolor al tener relaciones sexuales es dispareunia, que se define como el dolor genital persistente o recurrente que ocurre justo antes, durante o después de tener relaciones sexuales. Si sientes dolor al tener relaciones sexuales, habla con tu médico. Los tratamientos se centran en la causa y pueden ayudar a eliminar o reducir este problema frecuente.
Síntomas
Si tienes relaciones sexuales con dolor, podrías sentir lo siguiente:
Dolor solo durante la penetración sexual (al ingresar)
Dolor en cada penetración, incluso al colocarte un tampón
Dolor intenso durante la penetración
Dolor que arde o molesta
Dolor punzante, que dura horas después de las relaciones sexuales
Cuándo consultar al médico
Si sientes dolor recurrente durante las relaciones sexuales, consulta a tu proveedor de atención médica. Tratar el problema puede ayudar a tu vida sexual, intimidad emocional e imagen personal.
Diagnóstico
Normalmente, una evaluación médica para verificar la dispareunia consiste en lo siguiente:
Una revisión exhaustiva de los antecedentes médicos. El proveedor de atención médica podría preguntarte cuándo comenzó el dolor, dónde te duele, cómo te sientes y si sucede con cada pareja y cada posición sexual. También podría preguntarte sobre tus antecedentes sexuales, quirúrgicos y de partos.
No dejes que la vergüenza te impida responder con la verdad. Estas preguntas van a dar indicios de la causa del dolor.
Un examen pélvico. Durante un examen pélvico, el proveedor de atención médica busca signos de irritación de la piel, infecciones o problemas anatómicos. También puede intentar localizar el dolor aplicando una suave presión sobre los genitales y músculos pélvicos. Es posible que también se realice un examen visual de la vagina, usando un instrumento llamado espéculo para separar las paredes vaginales. Algunas mujeres que tienen relaciones sexuales dolorosas también tienen molestias durante el examen pélvico. Puedes pedir que se detenga el examen si es demasiado doloroso.
Otras pruebas. Si el proveedor de atención médica sospecha ciertas causas para el dolor al tener relaciones sexuales, también puede recomendarte que te hagas una ecografía pélvica.
Tratamiento
Las opciones de tratamiento varían según la causa del dolor.
Medicamentos
Si una infección o una afección médica te provoca dolor, el tratamiento de la causa podría resolver tu problema. Cambiar los medicamentos que se sabe que causan problemas de lubricación también puede eliminar los síntomas.
Para muchas mujeres posmenopáusicas, la dispareunia se presenta a causa de una lubricación inadecuada que resulta de los bajos niveles de estrógeno. A menudo, esto puede tratarse con estrógeno tópico que se aplica directamente en la vagina.
La Administración de Alimentos y Medicamentos aprobó el fármaco ospemifene (Osphena) para tratar la dispareunia moderada a grave en mujeres que tienen problemas de lubricación vaginal. El Ospemifene actúa como el estrógeno en el revestimiento vaginal.
Los inconvenientes son que el fármaco puede causar sofocos y conlleva un riesgo de accidente cerebrovascular, coágulos sanguíneos y cáncer en el revestimiento del útero (endometrio).
Otro fármaco para aliviar el dolor durante las relaciones sexuales es la prasterona (Intrarosa). Es una cápsula que se coloca dentro de la vagina diariamente.
Otros tratamientos
Ciertas terapias sin medicamentos también pueden ayudar con la dispareunia:
Terapia de insensibilización. Se aprenden ejercicios de relajación vaginal que pueden disminuir el dolor.
Asesoramiento o terapia sexual. Si las relaciones sexuales han sido dolorosas durante algún tiempo, es posible que tengas una respuesta emocional negativa a la estimulación sexual, incluso después del tratamiento. Si tú y tu pareja han evitado la intimidad debido a relaciones sexuales dolorosas, es posible que también necesites ayuda para mejorar la comunicación con tu pareja y restablecer la intimidad sexual. Hablar con un consejero o con un terapeuta sexual puede ayudar a resolver esos problemas. La terapia cognitivo conductual también puede ayudar a cambiar los patrones de pensamiento y los comportamientos negativos.