Nódulos tiroideos: causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento

Hay enfermedades que no presentan síntomas, por lo que es importante llevar una vida saludable y hacer revisiones constantes al médico

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Además conoce la forma en la que se diagnostica esta enfermedad, cómo evitarla y cuáles son los factores de riesgo (Infobae/Jovani Pérez)
Además conoce la forma en la que se diagnostica esta enfermedad, cómo evitarla y cuáles son los factores de riesgo (Infobae/Jovani Pérez)

Los nódulos tiroideos son bultos sólidos o llenos de líquido que se forman dentro de la tiroides, una glándula pequeña ubicada en la base del cuello, justo encima del esternón.

La mayoría de los nódulos tiroideos no son graves y no presentan síntomas. Solo un pequeño porcentaje de los nódulos tiroideos son cancerosos.

Por lo general, no sabrás que tienes un nódulo tiroideo hasta que el médico lo descubre durante un examen médico de rutina. O el médico puede descubrirlo durante una exploración que se hizo por otra razón de salud. Sin embargo, algunos nódulos tiroideos pueden crecer lo suficiente como para hacerse visibles o dificultar la respiración o la deglución.

Las opciones de tratamiento dependen del tipo de nódulo tiroideo que tengas.

Síntomas

La mayoría de los nódulos tiroideos no causan signos ni síntomas. Sin embargo, ocasionalmente algunos nódulos pueden llegar a ser tan grandes que es posible hacer lo siguiente:

Palparse

Verse, a menudo como una hinchazón en la base del cuello

Presionar la tráquea o el esófago, lo cual causa falta de aliento o dificultad para tragar

En algunos casos, los nódulos tiroideos producen tiroxina adicional, una hormona secretada por la glándula tiroides. La tiroxina adicional puede causar síntomas de una sobreproducción de hormonas tiroideas (hipertiroidismo), como estos:

Pérdida de peso sin causa aparente

Aumento de la sudoración

Temblores

Nerviosismo

Latidos del corazón rápidos o irregulares

Solo un pequeño número de nódulos tiroideos son cancerosos. Pero no es posible determinar qué nódulos son cancerosos evaluando solo los síntomas. La mayoría de los nódulos tiroideos cancerosos crecen lentamente y pueden ser pequeños cuando el médico los descubre. El cáncer de tiroides agresivo es poco frecuente con nódulos que pueden ser grandes, firmes, fijos y de rápido crecimiento.

Cuándo debes consultar a un médico

Aunque la mayoría de los nódulos tiroideos no son cancerosos y no causan problemas, pídele a tu médico que evalúe cualquier hinchazón inusual en tu cuello, especialmente si tienes problemas para respirar o tragar. Es importante evaluar la posibilidad de cáncer.

Busca atención médica si desarrollas signos y síntomas de hipertiroidismo, tales como:

Pérdida de peso repentina aunque tu apetito es normal o ha aumentado

Palpitaciones cardíacas

Trastornos del sueño

Debilidad muscular

Nerviosismo o irritabilidad

También consulta a tu médico si tienes signos y síntomas que pueden significar que tu glándula tiroides no está produciendo suficiente hormona tiroidea (hipotiroidismo), que incluyen:

Sentir frío

Sentirse cansado más fácilmente

Piel seca

Problemas de memoria

Depresión

Estreñimiento

Diagnóstico

Al evaluar un bulto o nódulo en el cuello, uno de los principales objetivos del médico es descartar la posibilidad de cáncer. Pero tu médico también querrá saber si la glándula tiroidea está funcionando correctamente. Estas pruebas pueden incluir lo siguiente:

Examen físico. Es probable que el médico te pida que tragues mientras examina tu glándula tiroides porque un nódulo en esa zona generalmente se mueve hacia arriba y hacia abajo durante la deglución.

El médico también buscará signos y síntomas de hipertiroidismo, como temblores, reflejos demasiado activos y latidos cardíacos rápidos o irregulares. También comprobará si hay signos y síntomas de hipotiroidismo, como latidos cardíacos lentos, piel seca e hinchazón de la cara.

Pruebas de la función tiroidea. Las pruebas que miden los niveles sanguíneos de la hormona estimulante de la tiroides y las hormonas producidas por la glándula tiroides pueden indicar si tienes hipertiroidismo o hipotiroidismo.

Ecografía. Esta técnica de imagen utiliza ondas de sonido de alta frecuencia para producir imágenes de la glándula tiroides. Una ecografía de la glándula tiroides proporciona la mejor información sobre la forma y la estructura de los nódulos. Los médicos pueden utilizarla para distinguir los quistes de los nódulos sólidos o para determinar si existen nódulos múltiples. Los médicos también pueden utilizarla como guía para realizar una biopsia por aspiración con aguja fina.

Biopsia por aspiración con aguja fina. Con frecuencia se realiza una biopsia de los nódulos para asegurarse de que no haya cáncer. Durante el procedimiento, el médico inserta una aguja muy fina en el nódulo y extrae una muestra de las células. El procedimiento se realiza generalmente en el consultorio del médico, dura unos 20 minutos y tiene pocos riesgos. Generalmente, el médico usa una ecografía para ayudarse a colocar la aguja. Su médico envía las muestras a un laboratorio para que sean analizadas bajo el microscopio.

Gammagrafía tiroidea. El médico puede recomendar una gammagrafía tiroidea para ayudar a evaluar los nódulos tiroideos. Durante esta prueba, se inyecta un isótopo de yodo radioactivo en una vena del brazo. Luego te recuestas en una camilla mientras una cámara especial produce una imagen de tu glándula tiroidea en la pantalla de una computadora. Los nódulos que producen un exceso de hormona tiroidea, llamados "nódulos hiperfuncionantes", aparecen en la exploración porque absorben más cantidad del isótopo que el tejido tiroideo normal. Los nódulos hiperfuncionantes casi nunca son cancerosos. En algunos casos, los nódulos que ocupan menos del isótopo, llamados nódulos fríos, son cancerosos. Sin embargo, una gammagrafía tiroidea no puede distinguir entre los nódulos fríos que son cancerosos y los que no lo son.

 Cada enfermedad tiene uno o varios tratamientos que seguir para combatirla (Archivo)
Cada enfermedad tiene uno o varios tratamientos que seguir para combatirla (Archivo)

Tratamiento

El tratamiento depende del tipo de nódulo tiroideo que tengas.

Tratamiento de los nódulos benignos

Si un nódulo tiroideo no es canceroso, las opciones de tratamiento incluyen:

Conducta expectante. Si una biopsia muestra que tienes un nódulo tiroideo no canceroso, tu médico puede sugerirte que simplemente vigiles tu afección. Esto suele implicar la realización de un examen físico y pruebas de función tiroidea a intervalos regulares. También puede incluir una ecografía. Es probable también que debas realizarte otra biopsia si el nódulo se agranda. Si el nódulo tiroideo benigno no cambia, es posible que nunca tengas que realizarte un tratamiento.

Terapia con hormona tiroidea. Si tu prueba de función tiroidea encuentra que tu glándula no está produciendo suficiente hormona tiroidea, tu médico puede recomendar una terapia con hormona tiroidea.

Cirugía. Un nódulo no canceroso a veces puede requerir cirugía si es tan grande que dificulta la respiración o la deglución. Los médicos también pueden considerar la posibilidad de operar a las personas con bocios multinodulares grandes, en particular cuando los bocios comprimen las vías respiratorias, el esófago o los vasos sanguíneos. Los nódulos diagnosticados mediante una biopsia como indeterminados o sospechosos también necesitan extracción quirúrgica, para que se los pueda examinar en busca de signos de cáncer.

Tratamiento de nódulos que provocan hipertiroidismo

Si un nódulo tiroideo está produciendo hormonas tiroideas y sobrecargando los niveles normales de producción hormonal de la glándula tiroides, tu médico puede recomendarte un tratamiento para hipertiroidismo. Se puede incluir lo siguiente:

Yodo radioactivo. Los médicos utilizan el yodo radioactivo para tratar el hipertiroidismo. Tomado en forma de cápsula o en forma líquida, el yodo radioactivo es absorbido por la glándula tiroides. Esto hace que los nódulos se reduzcan y que los signos y síntomas del hipertiroidismo disminuyan, generalmente en un plazo de dos o tres meses.

Medicamentos antitiroideos. En algunos casos, el médico puede recomendarte un medicamento antitiroideo como el metimazol (Tapazole) para reducir los síntomas de hipertiroidismo. El tratamiento suele ser a largo plazo y puede tener efectos secundarios graves en el hígado, por lo que es importante que hables de los riesgos y beneficios del tratamiento con tu médico.

Cirugía. Si el tratamiento con yodo radioactivo o medicamentos antitiroideos no es una opción, puedes ser candidato para la cirugía para eliminar el nódulo tiroideo hiperactivo. Es probable que hables sobre los riesgos de la cirugía con tu médico.

Tratamiento de los nódulos cancerosos

El tratamiento de un nódulo que es canceroso por lo general implica una cirugía.

Observación. Los cánceres muy pequeños tienen un bajo riesgo de crecer, por lo que puede ser apropiado que el médico vigile de cerca los nódulos cancerosos antes de tratarlos. Esta decisión se toma a menudo con la ayuda de un especialista en tiroides. La observación incluye el control de ecografía y la realización de análisis de sangre.

Cirugía. Un tratamiento común para los nódulos cancerosos es la extirpación quirúrgica. En el pasado, era estándar remover la mayoría del tejido tiroideo, un procedimiento llamado tiroidectomía casi total. Sin embargo, hoy en día, puede ser apropiada una cirugía más limitada con el fin de extirpar solo la mitad de la tiroides para algunos nódulos cancerosos. La tiroidectomía casi total puede utilizarse dependiendo de la extensión de la enfermedad. Los riesgos de la cirugía de la tiroides incluyen el daño al nervio que controla las cuerdas vocales y el daño a las glándulas paratiroides, cuatro glándulas diminutas ubicadas en la parte posterior de la tiroides que ayudan a controlar los niveles de minerales del cuerpo, como el calcio. Después de una cirugía de tiroides, necesitará un tratamiento de por vida con levotiroxina para suministrar a su cuerpo la hormona tiroidea. Tu especialista en tiroides te ayudará a determinar la cantidad correcta que debes tomar porque puedes requerir más que un reemplazo de hormonas para controlar tu riesgo de cáncer.

Ablación de alcohol. Otra opción para el tratamiento de ciertos pequeños nódulos cancerosos es la ablación con alcohol. Esta técnica consiste en inyectar una pequeña cantidad de alcohol en el nódulo tiroideo canceroso para destruirlo. A menudo se requieren múltiples sesiones de tratamiento.

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