El trastorno por consumo de alcohol es un patrón de consumo de alcohol que consiste en tener problemas para controlar lo que bebes, estar preocupado por el alcohol o continuar consumiéndolo aun cuando te causa problemas. Este trastorno también implica la necesidad de tener que beber más para lograr el mismo efecto o la presencia de síntomas de abstinencia cuando disminuyes o suspendes rápidamente el consumo. El trastorno por consumo de alcohol incluye un nivel de consumo que suele llamarse alcoholismo.
El consumo no saludable de alcohol comprende todo consumo de alcohol que pone en riesgo tu salud o tu seguridad, o que provoca otros problemas relacionados con la bebida. También incluye el atracón de alcohol, un patrón de consumo de alcohol por el cual un hombre toma cinco o más bebidas en dos horas, o, en el caso de una mujer, al menos, cuatro bebidas en dos horas. El atracón de alcohol provoca riesgos significativos para la salud y para la seguridad.
Si tu patrón de consumo de alcohol te produce una gran aflicción y problemas reiterados para desenvolverte en la vida diaria, es probable que tengas un trastorno por consumo de alcohol. Puede oscilar entre leve y grave. Sin embargo, incluso un trastorno leve puede intensificarse y dar lugar a problemas graves, por lo que el tratamiento temprano es importante.
Síntomas
El trastorno asociado al consumo de alcohol puede ser leve, moderado o grave, según la cantidad de síntomas que manifiestes. Entre los signos y síntomas, se incluye lo siguiente:
Ser incapaz de limitar la cantidad de alcohol que bebes
Tener la intención de reducir la cantidad que bebes o haberlo intentado sin éxito
Dedicar mucho tiempo a beber, conseguir alcohol o recuperarse del consumo de alcohol
Sentir antojos intensos o ansias de beber alcohol
Ser incapaz de cumplir obligaciones importantes en el trabajo, la escuela o el hogar debido al consumo reiterado de alcohol
Continuar con el consumo de alcohol aun sabiendo que te provoca problemas físicos, sociales, laborales o interpersonales
Abandonar o limitar las actividades sociales y laborales y los pasatiempos para consumir alcohol
Consumir alcohol en situaciones poco seguras, como al manejar o nadar
Desarrollar tolerancia al alcohol, por lo que necesitas tomar más para sentir el efecto o sientes menos efecto con la misma cantidad
Tener síntomas de abstinencia, como náuseas, sudoración y temblores, cuando no bebes, o bien beber para evitar estos síntomas
El trastorno por consumo de alcohol puede consistir en períodos de ebriedad (alcoholismo agudo) y síntomas de abstinencia.
El alcoholismo agudo es consecuencia del aumento de la cantidad de alcohol en el torrente sanguíneo. Cuanto más elevada sea la concentración de alcohol en sangre, mayor será la probabilidad de que sufras los efectos adversos. El alcoholismo agudo provoca problemas de comportamiento y cambios mentales. Entre ellos, se pueden mencionar comportamiento inadecuado, estado de ánimo inestable, falta de juicio, dificultad para hablar, problemas de atención o de memoria y falta de coordinación. También puedes tener períodos llamados "lagunas mentales", en los que no recuerdas los hechos. Los niveles muy elevados de alcohol en sangre pueden derivar en un coma, un daño cerebral permanente o incluso en la muerte.
La abstinencia alcohólica puede darse cuando el consumo de alcohol ha sido intenso y prolongado y luego se suspende o reduce considerablemente. Puede ocurrir en un lapso de varias horas a 4 o 5 días más tarde. Entre los signos y síntomas se incluyen sudoración, aceleración de los latidos del corazón, temblores en las manos, problemas para dormir, náuseas y vómitos, alucinaciones, inquietud y agitación, ansiedad y, a veces, convulsiones. Los síntomas pueden ser lo suficientemente graves como para afectar tu desempeño en el trabajo o en situaciones sociales.
¿Qué se considera un trago?
El National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism (Instituto Nacional contra el Abuso de Alcohol y el Alcoholismo) define un trago estándar como cualquiera de los siguientes:
12 onzas (355 mililitros) de cerveza regular (aproximadamente 5 % de alcohol)
De 8 a 9 onzas (237 a 266 mililitros) de licor de malta (aproximadamente 7 % de alcohol)
5 onzas (148 mililitros) de vino (aproximadamente 12 % de alcohol)
1,5 onzas (44 mililitros) de licores fuertes o destilados (aproximadamente 40 % de alcohol)
Cuándo debes consultar con un médico
Si crees que a veces bebes mucho alcohol, si beber te está causando problemas o si tu familia está preocupada porque bebes, habla con tu proveedor de atención médica. Existen otras maneras de pedir ayuda, como hablar con un profesional de salud mental o buscar asistencia en los grupos de apoyo como Alcohólicos Anónimos o grupos de autoayuda similares.
Como la negación del problema es común, es posible que creas que no tienes un problema con el alcohol. Tal vez no te das cuenta de cuánto bebes o cuántos problemas en tu vida están vinculados al abuso de alcohol. Escucha a tus familiares, amigos o colegas cuando te digan que analices tus hábitos con el alcohol o que busques ayuda. Considera hablar con alguien que haya tenido este problema y se haya recuperado.
Si tu ser querido necesita ayuda
Muchas personas que tienen un trastorno por consumo de alcohol dudan en buscar tratamiento porque no reconocen que tienen un problema. La intervención de sus seres queridos puede ayudarlas a reconocer y aceptar que necesitan ayuda profesional. Si estás preocupado por alguien que bebe demasiado, pide a un profesional experimentado en el tratamiento del alcoholismo que te asesore sobre cómo abordar a esa persona.
Factores de riesgo
El consumo de alcohol puede comenzar en la adolescencia, pero el trastorno por consumo de alcohol se manifiesta con mayor frecuencia entre los 20 y los 40 años, aunque puede presentarse a cualquier edad.
Estos son algunos factores de riesgo del trastorno por consumo de alcohol:
Consumo constante en el tiempo. El consumo excesivo frecuente durante un período prolongado o el consumo compulsivo frecuente pueden ocasionar problemas relacionados con el alcohol o trastorno por consumo de alcohol.
Comenzar a una edad temprana. Las personas que comienzan a beber, especialmente de manera compulsiva, a una edad temprana tienen un mayor riesgo de tener trastorno por consumo de alcohol.
Antecedentes familiares. El riesgo de tener trastorno por consumo de alcohol es mayor en las personas que tienen un padre, madre u otro familiar cercano con problemas con el alcohol. Esto puede verse influenciado por factores genéticos.
Depresión y otros problemas de salud mental. Es frecuente que las personas con trastornos mentales, como ansiedad, depresión, esquizofrenia o trastorno bipolar, tengan problemas con el alcohol u otras sustancias.
Antecedentes de trauma. Las personas con antecedentes de traumas emocionales u otro tipo de trauma corren un mayor riesgo de tener trastorno por consumo de alcohol.
Cirugía bariátrica. Algunos estudios de investigación indican que someterse a una cirugía bariátrica puede aumentar el riesgo de tener trastorno por consumo de alcohol o una recaída después de recuperarse de este trastorno.
Factores sociales y culturales. Tener amigos o una pareja que beben con regularidad podría aumentar el riesgo de tener trastorno por consumo de alcohol. La manera atractiva en la que a veces el consumo de alcohol se presenta en los medios de comunicación también puede transmitir el mensaje de que beber mucho está bien. En el caso de los jóvenes, la influencia de los padres, compañeros y otros modelos para seguir puede afectar el riesgo.
Diagnóstico
Es probable que primero consultes con el proveedor de atención médica primaria. Si el proveedor de atención médica sospecha que puedes tener un problema con el alcohol, es posible que te remita a un profesional de salud mental.
Para evaluar tu problema con el alcohol, es probable que el profesional haga lo siguiente:
Haga algunas preguntas relacionadas con tus hábitos de bebida. El proveedor de atención médica puede pedir permiso para hablar con familiares o amigos. Sin embargo, las leyes de confidencialidad no permiten que el profesional comparta información sobre ti sin tu consentimiento.
Haga un examen físico. El proveedor de atención médica puede hacer un examen físico y preguntarte sobre tu salud. Existen muchos signos físicos que indican complicaciones por el consumo de alcohol.
Recomiende análisis de laboratorio y pruebas por imágenes. Si bien no existen análisis específicos para diagnosticar el trastorno por consumo de alcohol, ciertos patrones en los resultados de los análisis de laboratorio pueden indicarlo con firmeza. Y es posible que necesites algunos análisis para identificar problemas de salud que puedan estar relacionados con el consumo de alcohol. En los análisis, se puede ver el daño a los órganos.
Haga una evaluación psicológica. Esta evaluación incluye preguntas sobre tus síntomas, pensamientos, sentimientos y patrones de comportamiento. Es posible que te pida que completes un cuestionario para responder estas preguntas.
Tratamiento
El tratamiento para el trastorno por consumo de alcohol puede variar en función de tus necesidades. El tratamiento puede incluir una intervención breve, asesoramiento individual o grupal, un programa como paciente ambulatorio o una estancia con residencia como paciente internado. La meta principal del tratamiento es trabajar para suspender el consumo de alcohol a fin de mejorar la calidad de vida.
El tratamiento para el trastorno por consumo de alcohol puede consistir en lo siguiente:
Desintoxicación y abstinencia. El tratamiento puede comenzar con un programa de desintoxicación, que es la abstinencia controlada por un médico y suele durar de 2 a 7 días. Es posible que debas tomar sedantes para prevenir los síntomas de abstinencia. Usualmente, la desintoxicación se realiza en un centro de tratamiento para pacientes internados o en un hospital.
Aprendizaje de nuevas habilidades y elaboración de un plan de tratamiento. Por lo general, este proceso supone la participación de especialistas en el tratamiento contra el consumo de alcohol. Puede comprender el establecimiento de metas, técnicas para el cambio de comportamiento, el uso de manuales de autoayuda, asesoramiento y atención de seguimiento en un centro de tratamiento.
Asesoramiento psicológico. El asesoramiento y la terapia grupal e individual te ayudan a comprender mejor tu problema con el alcohol y apoyan la recuperación desde los aspectos psicológicos del consumo de alcohol. Puedes beneficiarte de la terapia familiar o de pareja; el apoyo familiar puede ser una parte importante del proceso de recuperación.
Medicamentos orales. Un medicamento llamado disulfiram puede ayudar a evitar que bebas, pero no curará el trastorno por consumo de alcohol ni eliminará las ganas de beber. Si bebes alcohol mientras tomas disulfiram, el medicamento produce una reacción física que puede consistir en enrojecimiento, náuseas, vómitos y dolor de cabeza. La naltrexona, un medicamento que bloquea el efecto placentero que provoca el alcohol, puede prevenir el consumo excesivo y reducir las ganas de beber. El acamprosato puede ayudarte a combatir el deseo de consumir alcohol una vez que hayas dejado de beber. A diferencia del disulfiram, la naltrexona y el acamprosato no te provocan malestar después de beber.
Medicamentos inyectables. El vivitrol es una versión del medicamento naltrexona que un profesional de la atención médica inyecta una vez al mes. Aunque puede tomarse un medicamento similar en forma de píldora, la versión inyectable puede ser más fácil de usar de forma constante para las personas que se están recuperando del trastorno por consumo de alcohol.
Apoyo continuo. Los programas de postratamiento y los grupos de apoyo ayudan a las personas que se están recuperando del trastorno por consumo de alcohol a dejar de beber, controlar las recaídas y enfrentar los cambios necesarios en el estilo de vida. Esto puede comprender la atención médica o psicológica, o tener que asistir a un grupo de apoyo.
Tratamiento de problemas psicológicos. En general, el trastorno por consumo de alcohol se produce conjuntamente con otros trastornos de salud mental. Si tienes depresión, ansiedad u otra afección de salud mental, es posible que necesites terapia de conversación (psicoterapia), medicamentos u otro tratamiento.
Tratamiento médico para trastornos de la salud. Una vez que suspendes el consumo, muchos problemas de salud relacionados con el alcohol mejoran significativamente. Pero algunas afecciones médicas pueden necesitar tratamiento continuo y atención de seguimiento.
Práctica espiritual. Para las personas que están involucradas en algún tipo de práctica espiritual regular puede ser más sencillo continuar con la recuperación del trastorno por uso de alcohol u otras adicciones. Tener una mayor comprensión del lado espiritual es un elemento clave en la recuperación de muchas personas.
Programas de tratamiento residencial
Si tienes un trastorno grave por consumo de alcohol, es posible que necesites internarte en un centro de tratamiento residencial. La mayoría de los programas de tratamiento residencial comprende terapia individual y en grupo, grupos de apoyo, conferencias educativas, participación familiar y terapia de actividad.
Por lo general, estos programas incluyen asesores matriculados en alcohol y drogas ilícitas, trabajadores sociales, personal de enfermería, médicos y otros profesionales con pericia y experiencia en el tratamiento del trastorno por consumo de alcohol.