El síndrome de fatiga crónica, también conocido como encefalomielitis miálgica, es un trastorno complicado.
Causa fatiga extrema que dura al menos seis meses. Los síntomas empeoran con la actividad física o mental, pero no mejoran por completo con el descanso.
Si bien se desconoce la causa del síndrome de fatiga crónica, existen muchas teorías. Los expertos creen que puede desencadenarse por una combinación de factores.
No hay una única prueba para confirmar un diagnóstico de síndrome de fatiga crónica. Es posible que necesites varias pruebas médicas para descartar otros problemas de salud que tienen síntomas similares. El tratamiento de la afección se centra en aliviar los síntomas.
Síntomas
Los síntomas del síndrome de fatiga crónica pueden variar de una persona a otra y la gravedad de los síntomas puede fluctuar de un día para otro. Además de la fatiga, los síntomas pueden incluir los siguientes:
Agotamiento extremo después de hacer ejercicio físico o mental.
Problemas de memoria o de razonamiento.
Mareos que empeoran al pasar de estar acostado o sentado a estar de pie.
Dolor muscular o articular.
Sueño que no es reparador.
Algunas personas con síndrome de fatiga crónica tienen dolor de cabeza, dolor de garganta y ganglios linfáticos sensibles en el cuello o las axilas. Las personas con la afección también pueden volverse muy sensibles a la luz, el sonido, los olores, los alimentos y los medicamentos.
Cuándo debes consultar a un médico
La fatiga puede ser un síntoma de muchas enfermedades. En general, debes consultar al médico si sientes fatiga persistente o excesiva.
Factores de riesgo
Los factores que pueden aumentar los riesgos de síndrome de fatiga crónica incluyen los siguientes:
Edad. El síndrome de fatiga crónica puede ocurrir a cualquier edad, pero afecta con más frecuencia a adultos jóvenes y de mediana edad.
Sexo. Las mujeres son diagnosticadas con síndrome de fatiga crónica con mucha más frecuencia que los hombres, pero puede ser que las mujeres simplemente tengan más probabilidades de informar sus síntomas al médico.
Otros problemas médicos. Las personas con antecedentes de otros problemas médicos complejos, como fibromialgia o síndrome de taquicardia postural ortostática, pueden tener mayor probabilidad de presentar el síndrome de fatiga crónica.
Diagnóstico
No hay una única prueba para confirmar un diagnóstico de síndrome de fatiga crónica. Los síntomas pueden imitar los de muchas otras enfermedades, como, por ejemplo:
Trastornos del sueño. Los trastornos del sueño pueden ocasionar fatiga. Un estudio del sueño puede determinar si existe algún trastorno, como apnea obstructiva del sueño, síndrome de las piernas inquietas o insomnio, que altere tu descanso.
Otros problemas médicos. La fatiga es un síntoma común de varias enfermedades, como la anemia, la diabetes y la baja actividad de la tiroides. Los análisis de laboratorio pueden verificar la existencia de indicios de algunos de los principales sospechosos.
Problemas de salud mental. La fatiga también es un síntoma de diversos problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad. Un consejero puede ayudarte a determinar si uno de estos problemas está causando la fatiga.
Además, es frecuente que las personas con síndrome de fatiga crónica también tengan otros problemas de salud al mismo tiempo, tales como trastornos del sueño, síndrome de colon irritable o fibromialgia.
De hecho, hay tantos síntomas que el síndrome de fatiga crónica y la fibromialgia tienen en común que algunos investigadores consideran que ambos trastornos son distintos aspectos de la misma enfermedad.
Criterios de diagnóstico
Las pautas propuestas por el Instituto de Medicina de los Estados Unidos definen la fatiga asociada con el síndrome de fatiga crónica de la siguiente manera:
Es tan grave que interfiere con la capacidad para participar en las actividades que se hacían antes de la enfermedad.
Es reciente o comenzó en un momento específico.
No se alivia sustancialmente con el reposo.
Empeora con el esfuerzo físico, mental o emocional.
Para cumplir con los criterios de diagnóstico del Instituto de Medicina para el síndrome de fatiga crónica, una persona también debería tener al menos uno de estos dos síntomas:
Dificultades con la memoria, el enfoque y la concentración.
Mareos que empeoran al pasar de estar acostado o sentado a estar de pie.
Estos síntomas deben durar al menos seis meses y ocurrir como mínimo la mitad del tiempo con una intensidad moderada, sustancial o grave.
Tratamiento
No existe cura para el síndrome de fatiga crónica. El tratamiento se centra en el alivio de los síntomas. Primero se deben abordar los síntomas más perturbadores o incapacitantes.
Medicamentos
Algunos problemas asociados al síndrome de fatiga crónica pueden mejorar con ciertos medicamentos. Algunos ejemplos son los siguientes:
Dolor. Si los medicamentos como el ibuprofeno (Advil, Motrin IB, entre otros) y el naproxeno sódico (Aleve) no son suficientes, el médico puede indicarte medicamentos con receta médica para tratar la fibromialgia. Estos incluyen pregabalina (Lyrica), duloxetina (Cymbalta), amitriptilina o gabapentina (Neurontin).
Intolerancia ortostática. Algunas personas con síndrome de fatiga crónica, especialmente los adolescentes, se sienten mareadas o con náuseas cuando se ponen de pie o se sientan erguidos. Los medicamentos para regular la presión arterial o el ritmo cardíaco pueden resultar útiles.
Depresión. Muchas personas con problemas de salud a largo plazo, como el síndrome de fatiga crónica, también están deprimidas. Tratar la depresión puede ayudarte a lidiar con los problemas asociados con una enfermedad crónica. Las dosis bajas de algunos antidepresivos también pueden ayudar a mejorar el sueño y aliviar el dolor.
Cómo mantener tu propio ritmo en el malestar general posesfuerzo
Los síntomas de las personas con síndrome de fatiga crónica empeoran tras un esfuerzo físico, mental o emocional. Esto se llama malestar general posesfuerzo. Suele comenzar dentro de las 12 a 24 horas posteriores a la actividad y puede durar días o semanas.
Las personas que tienen malestar general posesfuerzo suelen tener dificultad para encontrar un equilibrio entre la actividad y el descanso. El objetivo es permanecer activo sin exagerar. Esto significa mantener tu propio ritmo.
El objetivo es reducir el malestar general posesfuerzo en lugar de retomar el mismo nivel de actividad que tenías cuando estabas sano. A medida que mejoras, es posible que puedas participar de forma segura en más actividades sin desencadenar el malestar general posesfuerzo.
Puede ser útil llevar un registro diario de tus actividades y síntomas, de tal modo que puedas realizar un seguimiento para saber cuánto es demasiada actividad para ti.
Tratamiento de los problemas del sueño
La falta de sueño puede dificultar el manejo de otros síntomas. El equipo de atención médica puede sugerirte que evites la cafeína o cambies la rutina a la hora de acostarte. La apnea del sueño se puede tratar con una máquina que administra presión de aire a través de una máscara mientras duermes.