El síndrome antifosfolipídico es una afección en la cual el sistema inmunitario crea por error anticuerpos que atacan los tejidos del cuerpo. Estos anticuerpos pueden provocar la formación de coágulos de sangre en arterias y venas.
Los coágulos de sangre se pueden formar en las piernas, los pulmones y otros órganos, como los riñones y el bazo. Estos coágulos pueden ocasionar un ataque cardíaco, un accidente cerebrovascular u otras afecciones. Durante el embarazo, el síndrome antifosfolipídico también puede provocar aborto espontáneo y muerte fetal intraútero. Algunas personas que tienen este síndrome no presentan ningún signo ni síntoma.
No existe una cura para esta afección poco común, pero los medicamentos pueden reducir el riesgo de que se formen coágulos de sangre y de tener un aborto espontáneo.
Síntomas
Los signos y los síntomas del síndrome antifosfolipídico pueden incluir los siguientes:
Coágulos de sangre en las piernas (trombosis venosa profunda). Los signos de una trombosis venosa profunda incluyen dolor, hinchazón y enrojecimiento. Estos coágulos pueden trasladarse a los pulmones y provocar embolia pulmonar.
Abortos espontáneos repetidos o muerte fetal intrauterina. Otras complicaciones del embarazo incluyen presión arterial peligrosamente alta (preeclampsia) y parto prematuro.
Accidente cerebrovascular. Un accidente cerebrovascular puede ocurrir en una persona joven con síndrome antifosfolipídico pero sin factores de riesgo conocidos para enfermedades cardiovasculares.
Accidente isquémico transitorio. Con síntomas similares a los de un accidente cerebrovascular, un accidente isquémico transitorio , por lo general, dura solo unos minutos y no causa daño permanente.
Sarpullido. Algunas personas desarrollan una erupción roja con un patrón de encaje, similar a una red.
Los signos y los síntomas menos comunes incluyen los siguientes:
Síntomas neurológicos. Los dolores de cabeza crónicos, que incluyen migrañas, demencia y convulsiones, pueden ocurrir cuando un coágulo de sangre bloquea el flujo de sangre a algunas partes del cerebro.
Enfermedad cardiovascular. El síndrome antifosfolipídico puede dañar las válvulas cardíacas.
Recuento bajo de plaquetas (trombocitopenia). La disminución de la cantidad de células sanguíneas necesarias para la coagulación puede generar episodios de sangrado, sobre todo de la nariz y las encías. El sangrado en la piel aparecerá como parches de pequeñas manchas rojas.
Cuándo debes consultar con un médico
Ponte en contacto con el proveedor de atención médica si tienes sangrado inexplicable de la nariz o las encías; menstruación inusualmente abundante; vómito de color rojo brillante o con aspecto de sedimento de café; heces negras, alquitranadas o de color rojo brillante; o dolor abdominal inexplicable.
Busca atención de emergencia si tienes signos y síntomas de:
Accidente cerebrovascular. Un coágulo en el cerebro puede causar entumecimiento súbito, debilidad o parálisis de la cara, el brazo o la pierna. Puedes tener dificultad para hablar o entender lo que se te dice, alteraciones visuales y dolor intenso de cabeza.
Embolia pulmonar. Si un coágulo se aloja en el pulmón, puedes sentir falta repentina de aliento, dolor de pecho y tos con moco manchado de sangre.
Trombosis venosa profunda. Los signos y síntomas de la trombosis venosa profunda incluyen hinchazón, enrojecimiento o dolor en una pierna o brazo.
Factores de riesgo
El síndrome antifosfolipídico es más común en las mujeres que en los hombres. Tener otras afecciones autoinmunitarias, como el lupus, aumenta el riesgo de tener síndrome antifosfolipídico.
Es posible tener los anticuerpos asociados con el síndrome antifosfolipídico sin desarrollar signos o síntomas. Sin embargo, tener estos anticuerpos aumenta el riesgo de desarrollar coágulos sanguíneos, en particular si:
Quedas embarazada
Permaneces inmóvil durante un tiempo, como cuando debes hacer reposo en cama o pasar mucho tiempo sentada durante un viaje en avión
Te sometes a una cirugía
Fumas cigarrillos
Tomas anticonceptivos orales o recibes una terapia de estrógeno para la menopausia
Tienes niveles altos de colesterol y de triglicéridos
Diagnóstico
Si tienes uno o más episodios de coágulos de sangre o de pérdida de embarazo que no pueden explicarse por afecciones conocidas, el proveedor de atención médica puede solicitar análisis de sangre para comprobar la coagulación y detectar la presencia de los anticuerpos relacionados con el síndrome antifosfolipídico.
Para confirmar el diagnóstico de síndrome antifosfolipídico, los anticuerpos deben aparecer al menos dos veces en la sangre, en pruebas realizadas con 12 o más semanas de diferencia.
Es posible tener anticuerpos antifosfolipídicos y nunca presentar signos o síntomas. El diagnóstico del síndrome antifosfolipídicos se hace solo cuando estos anticuerpos causan problemas de salud.
Tratamiento
Si tienes coágulos sanguíneos, el tratamiento inicial estándar implica una combinación de medicamentos anticoagulantes. Los más comunes son la heparina y la warfarina (Jantoven). La heparina es de acción rápida y se administra mediante inyección. La warfarina viene en forma de píldora y tarda varios días en hacer efecto. La aspirina también es un anticoagulante.
Al tomar anticoagulantes, existe un mayor riesgo de sufrir episodios de sangrado. El médico controlará las dosis con análisis de sangre para asegurarse de que la sangre pueda coagular lo suficiente como para detener el sangrado de una herida o el sangrado debajo de la piel por un moretón.
Hay pruebas que indican que otros medicamentos podrían ser útiles para tratar el síndrome antifosfolipídico. Estos incluyen hidroxicloroquina (Plaquenil), rituximab (Rituxan) y estatinas. Es necesario hacer estudios adicionales.
Tratamiento durante el embarazo
Si tienes el síndrome antifosfolipídico, es posible tener un embarazo exitoso, en especial si sigues un tratamiento. Por lo general, el tratamiento incluye heparina o heparina con aspirina. La warfarina no se les administra a las mujeres embarazadas porque puede afectar al feto.