Vejiga hiperactiva: causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento

Varias son las causas de este padecimiento, sin embargo, hay distintas opciones para su tratamiento

En muchas ocasiones no se sabe que se padece una enfermedad hasta que se presentan síntomas (Infobae/Jovani Pérez)

La vejiga hiperactiva, también llamada OAB (por sus siglas en inglés), provoca una necesidad repentina y frecuente de orinar que puede ser difícil de controlar. Es posible que sientas que necesitas orinar muchas veces durante el día y la noche y también puedes experimentar una pérdida no intencional de orina (incontinencia de urgencia).

Si tienes vejiga hiperactiva, es posible que te sientas avergonzado, te aísles o limites tu vida laboral y social. La buena noticia es que una breve evaluación puede determinar si tus síntomas de vejiga hiperactiva tienen una causa específica.

Es posible que puedas controlar los síntomas de una vejiga hiperactiva con estrategias de comportamiento simples, como cambios en la dieta, micción cronometrada y técnicas de contención de la vejiga utilizando los músculos del piso pélvico. Si estos esfuerzos iniciales no ayudan lo suficiente con tus síntomas de vejiga hiperactiva, hay tratamientos adicionales disponibles.

Síntomas

Si tienes una vejiga hiperactiva, es posible:

Sentir una necesidad urgente y repentina de orinar que es difícil de controlar Experimentar una pérdida involuntaria de orina inmediatamente después de una necesidad urgente de orinar (incontinencia de urgencia) Orinar con frecuencia, en general ocho o más veces en un periodo de 24 horas Despertar más de dos veces en la noche para orinar (nicturia)

Aunque tal vez llegues al baño a tiempo al sentir la necesidad de orinar, la micción frecuente o por la noche puede alterar tu vida.

Cuándo debes consultar a un médico

Aunque no es algo inusual entre los adultos mayores, la vejiga hiperactiva no es una parte típica del envejecimiento. Puede que no sea fácil hablar de tus síntomas, pero si te resultan preocupantes o alteran tu vida, habla con el médico. Hay tratamientos disponibles que pueden ayudarte.

Ante cualquier malestar lo mejor es acudir al médico (Shutterstock)

Factores de riesgo

Al envejecer, aumenta el riesgo de presentar vejiga hiperactiva. También es mayor el riesgo de presentar enfermedades y trastornos tales como agrandamiento de la próstata y diabetes, que pueden contribuir a otros problemas relacionados con la función de la vejiga.

Muchas personas con deterioro cognitivo - por ejemplo, los que han tenido un accidente cerebrovascular o tienen la enfermedad de Alzheimer - desarrollan una vejiga hiperactiva. La incontinencia que se produce a causa de este tipo de situaciones puede controlarse con cronogramas para beber líquidos, horarios y recordatorios para evacuar, prendas absorbentes y programas de movimiento del intestino.

Algunas personas con vejiga hiperactiva también presentan problemas de control del intestino; infórmale al médico si ese es tu caso.

Diagnóstico

Si tienes una necesidad inusual de orinar, el proveedor de atención médica verificará que no tengas una infección urinaria ni sangre en la orina. Es posible que también quiera asegurarse de que estás vaciando completamente la vejiga cuando orinas.

El proveedor de atención médica intentará buscar indicios que permitan identificar factores que contribuyen a tu problema. Tu cita probablemente incluirá lo siguiente:

Antecedentes médicos Examen físico, que puede incluir un examen rectal y uno pélvico en el caso de las mujeres Análisis de una muestra de orina para detectar infecciones, rastros de sangre u otras anomalías Examen neurológico específico en el cual se pueden identificar problemas sensitivos o en los reflejos

Pruebas para evaluar la función de la vejiga

El proveedor de atención médica puede recomendarte pruebas para evaluar el funcionamiento de la vejiga y la capacidad para vaciarse completamente sin interrupciones (estudios urodinámicos). Por lo general, es necesario que te remitan a un especialista para realizarte estas pruebas, pero podrían no ser necesarias para hacer un diagnóstico o comenzar el tratamiento. Los estudios urodinámicos incluyen lo siguiente:

Medición de la orina que queda en la vejiga. Es importante que te realices esta prueba si se sospecha que la vejiga no se vacía completamente al orinar. La orina que queda en la vejiga (orina residual posterior a la micción) puede causar síntomas idénticos a los de la vejiga hiperactiva.

Para medir la orina residual posterior a la micción, el médico puede solicitarte una ecografía de la vejiga. La ecografía traduce las ondas de sonido en una imagen que muestra cuánta orina queda en la vejiga después de orinar. En algunos casos, se pasa un tubo delgado (catéter) a través de la uretra hasta la vejiga para drenar la orina remanente y luego medirla.

Medición del flujo de orina.

Para medir el volumen y la velocidad de la micción, es posible debas orinar en un dispositivo (uroflujómetro). El uroflujómetro capta y mide la orina y convierte los datos en un gráfico de los cambios en el flujo de orina.

Análisis de la presión en la vejiga. La cistometría es una prueba que mide la presión en la vejiga y en la región circundante mientras se llena la vejiga. Durante esta prueba, el médico utiliza un tubo delgado (catéter) para llenar lentamente la vejiga con un líquido tibio. Otro catéter con un sensor que mide la presión se coloca en el recto, o en la vagina en el caso de las mujeres. El sensor indica cuánta presión debe ejercer la vejiga para vaciarse por completo.

Este procedimiento permite identificar si los músculos se contraen involuntariamente o si la vejiga es rígida y no puede contener la orina cuando se la somete a poca presión.

El médico revisará contigo los resultados de todas las pruebas realizadas y te sugerirá una estrategia de tratamiento.

Cada enfermedad tiene uno o varios tratamientos que seguir para combatirla (Europa Press)

Tratamiento

Es posible que la combinación de estrategias de tratamiento sea el mejor enfoque para aliviar los síntomas de la vejiga hiperactiva.

Terapias del comportamiento

Las intervenciones relacionadas con la conducta son la primera opción para ayudar a controlar la vejiga hiperactiva. Muchas veces resultan eficaces y no tienen efectos secundarios. Estas intervenciones pueden incluir lo siguiente:

Ejercicios para fortalecer los músculos del piso pélvico. Los ejercicios de Kegel fortalecen los músculos del piso pélvico y del esfínter urinario. Al fortalecerse, estos músculos permiten detener las contracciones involuntarias de la vejiga.

El médico o un fisioterapeuta pueden enseñarte a hacer los ejercicios de Kegel correctamente. Al igual que cualquier otra rutina de ejercicio, los beneficios de los ejercicios de Kegel dependerán de la regularidad con la que los hagas.

Biorretroalimentación.

Durante la biorretroalimentación, te conectan a sensores eléctricos que permiten medir y recibir información sobre el cuerpo. Los sensores de biorretroalimentación te enseñan cómo hacer cambios sutiles en el cuerpo, como fortalecer los músculos pélvicos para poder reducir mejor la sensación de urgencia por orinar.

Peso saludable.

Si tienes sobrepeso, la pérdida de peso puede aliviar los síntomas. La pérdida de peso también puede ayudarte si tienes incontinencia urinaria por esfuerzo.

Horarios programados para ir al baño.

Establecer un cronograma para ir al baño, por ejemplo, cada dos a cuatro horas, te permite acostumbrarte a orinar a los mismos horarios todos los días, en lugar de esperar a sentir la necesidad urgente de orinar.

Cateterismo intermitente.

Si no puedes vaciar bien la vejiga, el uso periódico de un catéter para vaciar la vejiga por completo la ayuda a hacer lo que no puede hacer por sí misma. Pregúntale al médico si este método es adecuado para tu caso.

Compresas absorbentes.

Utilizar ropa interior o compresas absorbentes puede proteger tus prendas y ayudarte a evitar incidentes vergonzosos, de modo que no tengas que limitar tus actividades. Las prendas absorbentes vienen en diversos tamaños y niveles de absorción.

Entrenamiento de la vejiga.

El entrenamiento de la vejiga implica prepararse para contener los deseos de orinar cuando sientes la necesidad de ir al baño. Debes comenzar conteniendo la orina durante periodos breves, por ejemplo de 30 minutos, e incrementar progresivamente el tiempo hasta llegar a orinar cada tres a cuatro horas. El entrenamiento de la vejiga solo es posible si puedes tensar (contraer) los músculos del piso pélvico correctamente.

Medicamentos

Después de la menopausia, la terapia de estrógenos vaginales puede ayudar a fortalecer los músculos y tejidos de la uretra y el área vaginal. El estrógeno vaginal viene en forma de crema, supositorio, tableta o anillo y puede mejorar significativamente los síntomas de la vejiga hiperactiva.

Los medicamentos que relajan la vejiga pueden ser útiles para aliviar los síntomas de vejiga hiperactiva y reducir los episodios de incontinencia urinaria por urgencia. Estos medicamentos comprenden los siguientes:

Tolterodina (Detrol) Oxibutinina, que puede tomarse en forma de pastilla (Ditropan XL) o usarse como parche para la piel (Oxytrol) o gel (Gelnique) Trospium Solifenacina (Vesicare) Fesoterodina (Toviaz) Mirabegrón (Myrbetriq)

Los efectos secundarios comunes de la mayoría de estos medicamentos incluyen sequedad en los ojos y en la boca, pero beber agua para calmar la sed puede agravar los síntomas de la vejiga hiperactiva. El estreñimiento, otro posible efecto secundario, también puede agravar los síntomas relacionados con la vejiga. Las presentaciones de liberación prolongada de estos medicamentos, como los parches cutáneos o el gel, pueden tener menos efectos secundarios.

El médico puede recomendarte que bebas a sorbos pequeñas cantidades de agua o que chupes un caramelo sin azúcar o mastiques chicle sin azúcar para aliviar la sequedad de la boca y que te pongas gotas en los ojos para mantenerlos húmedos. Algunos preparados de venta libre, como los productos Biotene, pueden ayudar a aliviar la sequedad en la boca a largo plazo. Para evitar el estreñimiento, es posible que el médico te recomiende una dieta rica en fibras o el uso de ablandadores de heces.

Inyecciones en la vejiga

La toxina onabotulínica tipo A, también conocida como "bótox", es una proteína de las bacterias que ocasionan el botulismo. Esta proteína, utilizada en dosis pequeñas que se inyectan directamente en los tejidos de la vejiga, relaja los músculos.

Los estudios demuestran que puede resultar útil para tratar la incontinencia urinaria por urgencia grave. Los efectos temporales suelen durar seis meses o más, pero es necesario repetir las inyecciones.

Los efectos secundarios de estas inyecciones incluyen infecciones de las vías urinarias y retención urinaria. Si estás considerando la posibilidad de someterte a tratamientos con bótox, debes poder cateterizarte y estar dispuesto a hacerlo, en caso de que se produzca retención urinaria.

Estimulación nerviosa

Regular los impulsos nerviosos que van hacia la vejiga puede mejorar los síntomas de vejiga hiperactiva.

En uno de los procedimientos, se utiliza un pequeño cable ubicado cerca de los nervios sacros, que transmiten las señales a la vejiga, en la zona cercana al coxis.

Este procedimiento mínimamente invasivo a menudo se realiza con un ensayo de un alambre temporal implantado bajo la piel en la espalda lumbar. A veces se puede hacer como un procedimiento avanzado en el que se implanta el electrodo permanente y se realiza un ensayo más largo. El médico utiliza un dispositivo manual conectado al cable para enviar impulsos eléctricos a la vejiga, de forma similar a lo que hace un marcapasos con el corazón. Si ayuda con los síntomas, se implanta quirúrgicamente un generador de pulso permanente alimentado por baterías para ayudar a regular el ritmo del nervio.

Estimulación percutánea del nervio tibial

Este procedimiento utiliza una aguja fina que se coloca a través de la piel cerca del tobillo para enviar la estimulación eléctrica de un nervio de la pierna (nervio tibial) a la columna vertebral, donde se conecta con los nervios que controlan la vejiga.

Los tratamientos de estimulación percutánea del nervio tibial se administran una vez por semana durante 12 semanas para ayudar a tratar los síntomas de la vejiga hiperactiva. Es probable que necesites tratamientos de mantenimiento cada tres o cuatro semanas para mantener los síntomas bajo control.

Cirugía

La cirugía para tratar la vejiga hiperactiva está destinada a pacientes con síntomas graves que no responden a otros tratamientos. El objetivo es mejorar la capacidad de la vejiga para almacenar orina y reducir la presión en la vejiga. Sin embargo, estos procedimientos no ayudan a aliviar el dolor en la vejiga. Estos procedimientos son:

Cirugía para aumentar la capacidad de la vejiga.

En este procedimiento, se utilizan partes del intestino para reemplazar una sección de la vejiga. Esta cirugía se utiliza solo en casos de incontinencia urinaria por urgencia grave que no responde a ninguna otra medida de tratamiento más conservadora. Si te realizan esta cirugía, es posible que debas utilizar un catéter intermitentemente de por vida para vaciar la vejiga.

Extracción de la vejiga.

Este procedimiento se utiliza como último recurso e implica la extracción de la vejiga y la construcción quirúrgica de una vejiga de reemplazo (neovascular) o una abertura en el cuerpo (estoma) para colocar una bolsa en la piel que recolecte la orina.