La hiperhidrosis es una sudoración excesiva que no siempre está relacionada con el calor o el ejercicio, según explica Mayo Clinic, una organización sin fines de lucro y especializada en salud.
Cuando se padece esta enfermedad es posible que se sude tanto que se empape la ropa o gotee el sudor de las manos. La sudoración intensa puede ser un problema a diario y causar ansiedad social, así como vergüenza.
El tratamiento de la hiperhidrosis normalmente da buenos resultados. A menudo, se comienza con el uso de antitranspirantes. Si estos no dan resultado, tal vez necesites probar medicamentos o tratamientos diferentes.
En casos graves, el proveedor de atención médica puede sugerirte la cirugía para extraer las glándulas sudoríparas o desconectar los nervios relacionados con la producción excesiva de sudor.
En ocasiones, se puede detectar una afección subyacente y tratarse.
Síntomas de la hiperhidrosis
El síntoma principal de la hiperhidrosis es la sudoración intensa. Esto va más allá de la sudoración por estar en un ambiente caluroso, hacer ejercicio o sentirse estresado o ansioso.
El tipo de hiperhidrosis que normalmente afecta a las manos, los pies, las axilas o la cara se presenta al menos una vez por semana mientras estás despierto.
Además, la sudoración se produce normalmente en ambos lados del cuerpo.
Cuándo debes consultar a un médico
A veces, la sudoración excesiva es un signo de una afección grave. Solicita atención médica de inmediato si se presenta sudoración intensa con mareos, dolor en el pecho, la garganta, la mandíbula, los brazos, los hombros o la garganta, o piel fría y pulso rápido.
Consulta al proveedor de atención médica si se produce lo siguiente:
- La sudoración altera tu rutina diaria
- La sudoración te causa sufrimiento emocional o aislamiento social
- De repente comienzas a sudar más de lo habitual
- Tienes sudoraciones nocturnas sin razón aparente
Diagnóstico
Para el diagnóstico de la hiperhidrosis, el proveedor de atención médica puede comenzar preguntando información sobre los antecedentes médicos y los síntomas.
También es posible que se necesite una exploración física o pruebas para evaluar más a fondo la causa de los síntomas.
Análisis de laboratorio
El proveedor de atención médica puede sugerir un análisis de sangre, orina u otro análisis de laboratorio para determinar si la sudoración se debe a otra enfermedad, como una tiroides hiperactiva (hipertiroidismo) o un nivel bajo de glucosa en la sangre (hipoglucemia).
Pruebas de sudor
Sin embargo, es posible que deban realizar pruebas para precisar las zonas de sudoración y evaluar la gravedad de la afección. Dos de estas pruebas son la prueba de yodo-almidón y la prueba del sudor.
Tratamiento
El tratamiento de la hiperhidrosis puede comenzar con el tratamiento de la afección que la causa. Si no se encuentra la causa, el tratamiento se centra en controlar la sudoración intensa.
Si los nuevos hábitos de cuidado personal no mejoran tus síntomas, el proveedor de atención médica puede recomendarte uno o más de los siguientes tratamientos. Aunque la sudoración mejore después del tratamiento, puede volver a aparecer.
Medicamentos
Los medicamentos que se utilizan para tratar la hiperhidrosis incluyen los siguientes:
Antitranspirantes de venta con receta médica: Es posible que tu proveedor de atención médica te recete un antitranspirante a base de cloruro de aluminio (Drysol, Xerac Ac). Aplícalo para secar la piel antes de ir a la cama. Después enjuaga el producto cuando te levantes y procura que no te entre en los ojos. Cuando empieces a ver resultados por usarlo diariamente durante varios días, puedes reducir la frecuencia a una o dos veces a la semana para mantener el efecto.
Este producto puede irritar la piel y los ojos. Habla con el proveedor de atención médica sobre las maneras de reducir los efectos secundarios.
Cremas y toallitas de venta con receta médica: Las cremas de venta con receta médica que contienen glicopirrolato pueden ayudar a la hiperhidrosis que afecta la cara y la cabeza. Las toallitas impregnadas de tosilato de glicopirronio (Qbrexza) pueden aliviar los síntomas de las manos, los pies y las axilas. Los posibles efectos secundarios de estos productos pueden incluir una leve irritación de la piel y sequedad de boca.
Medicamentos para bloquear los nervios: Algunas pastillas (medicamentos por vía oral) bloquean los nervios que desencadenan la sudoración. Esto puede reducir la sudoración en algunas personas. Los posibles efectos secundarios comprenden sequedad de boca, visión borrosa y problemas en la vejiga.
Antidepresivos: Algunos medicamentos que se utilizan para tratar la depresión también pueden reducir la sudoración. Es posible que también ayuden a reducir la ansiedad.
Inyecciones de toxina botulínica: El tratamiento con toxina botulínica (Botox) bloquea los nervios que activan las glándulas sudoríparas. La mayoría de las personas no siente mucho dolor durante el procedimiento. Sin embargo, es conveniente que antes se adormezca la piel. Tu proveedor de atención médica podría ofrecerte uno o más de los métodos que se usan para adormecer la piel. Estos incluyen anestesia tópica, hielo y masajes (anestesia por vibración).
Se necesitarán varias inyecciones para cada zona afectada del cuerpo. Pueden pasar unos días hasta que notes los resultados. Para que el efecto dure, es probable que necesites repetir los tratamientos cada seis meses aproximadamente. Un efecto secundario posible a corto plazo es la debilidad muscular temporal en la zona tratada.
Cirugías y otros procedimientos
El proveedor de atención médica podría sugerir otros tratamientos como los siguientes:
Iontoforesis: Con este tratamiento en el hogar, remojas las manos o los pies en un recipiente con agua mientras un dispositivo pasa una corriente eléctrica leve a través del agua. La corriente bloquea los nervios que desencadenan la sudoración. Puedes comprar el dispositivo si tienes una receta del proveedor de atención médica.
Tienes que remojar las áreas afectadas de 20 a 40 minutos. Repite el tratamiento de 2 a 3 veces por semana hasta que los síntomas mejoren. Después de lograr resultados, puedes disminuir el tratamiento a una vez por semana o a una vez por mes para mantener el efecto. Consulta con el proveedor de atención médica si tienes efectos secundarios.
Tratamiento con microondas: Con este tratamiento, un dispositivo portátil (miraDry) emite energía de microondas para destruir las glándulas sudoríparas en las axilas. Los tratamientos comprenden dos sesiones de 20 a 30 minutos, con tres meses de diferencia. Los posibles efectos secundarios son un cambio en la sensación de la piel y cierta molestia. Se desconocen los efectos secundarios a largo plazo.
Extracción de las glándulas sudoríparas: Si sudas intensamente solo en las axilas, el proveedor de atención médica puede recomendarte extirpar esas glándulas sudoríparas. Esto puede hacerse a través del raspado (curetaje), la succión (liposucción) o una combinación de ambos (curetaje por succión).
Cirugía de los nervios: Durante este procedimiento, el cirujano extirpa una pequeña sección de los nervios de la columna vertebral que controlan la sudoración en las manos. Un posible efecto secundario es la sudoración intensa permanente en otras zonas del cuerpo (sudoración compensatoria). Por lo general, la cirugía no suele ser una opción para la sudoración aislada de la cabeza y del cuello. Una variación en este procedimiento trata las palmas de las manos. Interrumpe las señales nerviosas sin extirpar el nervio simpático (simpatotomía), lo que reduce el riesgo de tener sudoración compensatoria.
Debido a que con la cirugía de los nervios existe un riesgo de efectos secundarios y complicaciones, por lo general solo se la considera para las personas que han probado otros tratamientos y no han tenido buenos resultados.
Cada uno de estos procedimientos se puede hacer con anestesia general o con anestesia local y sedación.