La difteria es una infección bacteriana grave que suele afectar a las membranas mucosas de la nariz y la garganta. La difteria es muy poco frecuente en los Estados Unidos y en otros países desarrollados gracias a la vacunación generalizada contra la enfermedad. Sin embargo, muchos países con una atención médica u opciones de vacunación limitadas siguen experimentando altas tasas de difteria.
La difteria puede tratarse con medicamentos. Pero en etapas avanzadas, puede dañar el corazón, los riñones y el sistema nervioso. Incluso con tratamiento, la difteria puede ser mortal, especialmente en los niños.
Síntomas
Los signos y síntomas de difteria comienzan, generalmente, de 2 a 5 días después de contraer la infección y es posible que incluya los siguientes:
Una membrana gruesa y de color gris que recubre la garganta y las amígdalas Dolor de garganta y ronquera Glándulas inflamadas (agrandamiento de ganglios linfáticos) en el cuello Dificultad para respirar o respiración rápida Secreción nasal Fiebre y escalofríos Cansancio
En algunos casos, la infección con las bacterias que causan la difteria provoca una enfermedad leve, o sin signos y síntomas evidentes. Las personas infectadas que no saben que tienen la enfermedad se conocen como portadores de la difteria. Se los llama portadores porque pueden trasmitir la infección sin estar enfermos.
Difteria de la piel (cutánea)
Un segundo tipo de difteria puede afectar a la piel y causar dolor, enrojecimiento e hinchazón como otras infecciones bacterianas de la piel. Las úlceras cubiertas por una membrana gris también pueden ser un signo de difteria cutánea.
Aunque es más común en los climas tropicales, la difteria en la piel también se presenta en los Estados Unidos. Puede darse particularmente entre las personas con mala higiene que viven en condiciones de hacinamiento.
Cuándo debes consultar a un médico
Llama de inmediato al médico general si tú o tu hijo han estado expuestos a alguien con difteria. Si no estás seguro de que tu hijo haya sido vacunado contra la difteria, programa una cita. Asegúrate de que tus propias vacunas estén al día.
Factores de riesgo
Estas son algunas de las personas que se encuentran en mayor riesgo de contraer difteria:
Niños y adultos que no tienen las vacunas al día Personas que viven en condiciones insalubres o de hacinamiento Cualquier persona que viaje a una zona donde las infecciones de difteria son más comunes
La difteria rara vez se produce en los Estados Unidos y Europa occidental, donde se ha vacunado a los niños contra esta enfermedad durante décadas. Sin embargo, la difteria sigue siendo común en los países en vías de desarrollo donde las tasas de vacunación son bajas.
En las áreas donde la vacunación contra la difteria es la norma, la enfermedad amenaza principalmente a las personas no vacunadas o inapropiadamente vacunadas que viajan a destinos internacionales o que tienen contacto con personas de países menos desarrollados.
Diagnóstico
Los médicos pueden sospechar que un niño enfermo tiene difteria si presenta dolor de garganta y sus amígdalas y garganta están recubiertas por una membrana gris. La proliferación de la Corynebacterium diphtheriae en un cultivo de laboratorio de material extraído de la membrana de la garganta confirma el diagnóstico. Los médicos también pueden tomar una muestra de tejido de una herida infectada y examinarla en un laboratorio para detectar el tipo de difteria que afecta la piel (difteria cutánea).
Si el médico sospecha de difteria, el tratamiento comienza de inmediato, incluso antes de que los resultados de las pruebas bacterianas estén disponibles.
Tratamiento
La difteria es una enfermedad grave. Los médicos la tratan de forma inmediata y agresiva. Los médicos primero se aseguran de que las vías respiratorias no estén bloqueadas ni reducidas. En algunos casos, puede ser necesario colocar una intubación endotraqueal en la garganta para mantener las vías respiratorias abiertas hasta que estén menos inflamadas. Entre los tratamientos se incluyen los siguientes:
Antibióticos.
Los antibióticos, como la penicilina o la eritromicina, ayudan a matar las bacterias del cuerpo y eliminan las infecciones. Los antibióticos reducen el tiempo en que alguien con difteria es contagioso.
Una antitoxina. Si un médico sospecha de difteria, solicitará un medicamento que contrarreste la toxina de la difteria en el cuerpo. Este medicamento se solicita a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Este fármaco, llamado antitoxina, se inyecta en una vena o un músculo.
Antes de administrar una antitoxina, puede que los médicos hagan pruebas cutáneas de alergia. Se hacen para asegurarse de que la persona infectada no sea alérgica a la antitoxina. Si alguien es alérgico, es probable que el médico le recomiende no recibir la antitoxina.
Los niños y los adultos con difteria a menudo deben ser hospitalizados para el tratamiento. Es posible que los aíslen en una unidad de cuidados intensivos, ya que la difteria puede trasmitirse fácilmente e infectar a quienes no estén vacunados contra la enfermedad.
Tratamientos preventivos
Si has estado expuesto a una persona infectada con difteria, consulta con un médico para hacerte un análisis y considerar un posible tratamiento. El médico puede darte una prescripción para antibióticos a fin de prevenir la progresión de la enfermedad. Es posible que también necesites una dosis de refuerzo de la vacuna contra la difteria.
Además, las personas portadoras de difteria reciben un tratamiento con antibióticos para eliminar las bacterias de su organismo.