En el mundo de la herbolaria existen plantas que tienen una larga lista de usos. Tal es el caso del fresno, un enorme árbol que igual se utiliza como leña, maderable e incluso como ornamental. Sin embargo, pocos conocen las propiedades medicinales que entre sus hojas se esconden.
El nombre científico de este árbol es fraxinus y forma parte de la familia de las Oleáceas. Originaria de Norteamérica, muy común en México, puede alcanzar hasta los 25 metros de altura.
El fresno crece con facilidad de forma silvestre en laderas de cerro, barrancas y cañadas, esporádicamente a orillas de corrientes de agua. Se desarrolla en suelos arcillosos, arenosos, lava basáltica, ácidos o calcáreos, pero que sean profundos, fértiles, frescos y húmedos. Además que le favorecen los climas templados.
El origen del nombre de esta planta medicinal proviene del latín fraxinus, que tiene su origen en el vobablo griedo phraxis, que significa “separación” o “fractura”, el cual hace referencia a la facilidad con la que se separan sus ramas.
Aquí abordaremos algunas de las propiedades medicinales del fresno de acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas y la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad de México.
Las propiedades medicinales del fresno
Las propiedades medicinales del fresno provienen de sus componentes entre los que destacan los flavonoides, la cumarina, el inositol, el manital, el ácido málico, la tanina y la quercetina.
El fresno es considerado una planta febrífuga, es decir, que ayuda a reducir la fiebre. También cuenta con propiedades antirreumáticas, lo que significa que disminuye la inflamación, aliviana síntomas de dolor y hasta puede retrasar la evolución de algunas enfermedades.
El fresno resulta ideal para combatir golpes, reumas -dolencias o molestias relacionadas con el aparato óseo- y neuralgias, es decir, aquel dolor agudo ocasionado por la irritación o daño a un nervio.
Otros de los padecimientos que ayuda a combatir esta planta medicinal es el aumento del ácido úrico, sustancia química que puede provocar gota; así como cálculos renales, es decir, piedras en los riñones.
El fresno también es utilizado para bajar de peso.
También se ha reportado el uso del freso para combatir la malaria y paludismo, una enfermedades causadas por un parasito que es trasmitido por la picadura de un mosquito.
Para obtener los beneficios a la salud de esta planta, se recomienda utilizar sus hojas y corteza, sobre todo de las ramas más jóvenes del árbol.
Se prepara en infusión colocando 50 gramos de la corteza del fresno en un litro de agua y ponerla a hervir por veinte minutos, después filtrar el resultado y beberlo a lo largo del día.
Contraindicaciones y efectos secundarios del fresno
A pesar de tener un amplio uso humano, es importante saber que el consumo de plantas medicinales puede llevar consigo una serie de contraindicaciones para evitar de desagradables efectos secundarios.
En el caso del fresno, si bien su nivel de toxicidad es baja, existe la posibilidad de producir dermatitis cuando se tiene contacto prolongado con la planta medicinal. También se recomienda evitar su uso en mujeres embarazadas y durante el periodo de lactancia.
Uno de los posibles efectos secundarios de su consumo es el aumento de las ganas de ir al baño, ya que contiene una ligera acción laxante. En este sentido, se recomienda evitarlo en personas que padecen colon irritable.
Es importante mencionar que, independiente el tipo de planta medicinal que se utilice y si tenga efectos secundarios o no, lo ideal es acudir al medico y consultar si resulta conveniente utilizarla.