Artritis reactiva: causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento

Para tratar un padecimiento hay que conocer sus causas, síntomas y hasta el estado de salud del paciente

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Existen distintos métodos para diagnosticar
Existen distintos métodos para diagnosticar este padecimiento (Infobae/Jovani Pérez)

La artritis reactiva consiste en dolor e hinchazón articulares que se desencadenan por una infección en otra parte del organismo, en general los intestinos, los genitales o las vías urinarias.

Esta afección suele afectar las rodillas, los tobillos y los pies. La inflamación también puede afectar los ojos, la piel y el tubo que elimina la orina del cuerpo (uretra). Anteriormente, la artritis reactiva solía llamarse síndrome de Reiter.

La artritis reactiva no es común. Para la mayoría de las personas, los signos y síntomas van y vienen y finalmente desaparecen dentro de los 12 meses.

Síntomas

Los signos y síntomas de la artritis reactiva generalmente comienzan entre una y cuatro semanas después de la exposición a una infección desencadenante. Pueden incluir los siguientes:

Dolor y rigidez.

Es más común que el dolor articular asociado con la artritis reactiva se produzca en las rodillas, en los tobillos y en los pies. El dolor también puede aparecer en los talones, la región lumbar o los glúteos.

Inflamación ocular.

Muchas personas que tienen artritis reactiva también presentan inflamación ocular (conjuntivitis).

Problemas urinarios.

Puede producirse un aumento de la frecuencia de las micciones o malestar durante estas, así como inflamación de la glándula prostática o del cuello del útero.

Inflamación de los tendones y ligamentos en la zona de inserción al hueso (entesitis).

Esto ocurre con mayor frecuencia en los talones y la planta de los pies.

Hinchazón de los dedos de las manos o de los pies.

En algunos casos, los dedos de las manos o de los pies pueden hincharse tanto que parecerán salchichas.

Problemas de la piel.

La artritis reactiva puede afectar la piel en una variedad de formas, por ejemplo, aftas y un sarpullido en la planta de los pies y las palmas de las manos.

Lumbalgia.

El dolor suele empeorar durante la noche o en la mañana.

Cuándo consultar al médico

Si sientes dolor en las articulaciones en el plazo de un mes de haber tenido diarrea o una infección en los genitales, comunícate con tu proveedor de atención médica.

 Ante cualquier malestar lo
Ante cualquier malestar lo mejor es acudir al médico (Christin Klose/dpa)

Factores de riesgo

Determinados factores aumentan tu riesgo de padecer artritis reactiva:

Edad.

La artritis reactiva ocurre con más frecuencia en adultos entre los 20 y 40 años.

Sexo.

Los hombres y las mujeres tienen las mismas probabilidades de manifestar artritis reactiva en respuesta a infecciones alimentarias. No obstante, los hombres tienen más probabilidades que las mujeres de desarrollar artritis reactiva en respuesta a bacterias trasmitidas sexualmente.

Factores hereditarios.

Se ha asociado un marcador genético específico a la artritis reactiva. Sin embargo, la mayoría de las personas que tienen este marcador nunca desarrollarán la afección.

Diagnóstico

Durante el examen físico, es probable que el médico revise las articulaciones para detectar hinchazón, enrojecimiento y sensibilidad y que evalúe la amplitud de movimiento en la columna vertebral y las articulaciones afectadas. Tu médico también podría revisarte los ojos para ver si hay inflamación y la piel para ver si hay erupciones.

Análisis de sangre

El médico puede recomendar el análisis de una muestra de sangre en búsqueda de lo siguiente:

Evidencia de infecciones pasadas o actuales Signos de inflamación Anticuerpos relacionados con otros tipos de artritis Un marcador genético relacionado con la artritis reactiva

Pruebas del líquido sinovial

Es posible que el médico use una aguja para extraer una muestra de líquido de la articulación afectada. En este líquido se evaluará los siguiente:

Recuento de glóbulos blancos.

Una cantidad alta de glóbulos blancos puede indicar inflamación o infección.

Infecciones.

La presencia de bacterias en el líquido sinovial puede indicar artritis séptica, que puede generar un daño grave en las articulaciones.

Cristales.

Los cristales de ácido úrico en el líquido sinovial pueden indicar que tienes gota. Este tipo de artritis muy dolorosa generalmente afecta el dedo gordo del pie.

Pruebas de diagnóstico por imágenes

Una radiografía de la parte baja de la espalda, la pelvis y las articulaciones puede indicar si tienes algún signo característico de artritis reactiva. Una radiografía también puede descartar otros tipos de artritis.

 Cada enfermedad tiene uno
Cada enfermedad tiene uno o varios tratamientos que seguir para combatirla (EFE)

Tratamiento

El objetivo del tratamiento es controlar tus síntomas y tratar cualquier infección que aún pueda estar presente.

Medicamentos

Si tu artritis reactiva se desencadenó por una infección bacteriana, el médico podría recetarte un antibiótico si hay evidencia de infección persistente. El antibiótico que tomes depende de las bacterias que estén presentes en tu organismo.

Los signos y síntomas de la artritis reactiva se pueden aliviar con lo siguiente:

Antiinflamatorios no esteroides.

Los

antiinflamatorios no esteroides

con receta médica, como la indometacina (Indocin), pueden aliviar la inflamación y el dolor de la artritis reactiva.

Esteroides.

Una infiltración con esteroides en las articulaciones afectadas puede reducir la inflamación y permitirte volver a tu nivel habitual de actividad. Para los síntomas oculares, se pueden usar gotas para los ojos con esteroides y para los sarpullidos, se podrían usar cremas con esteroides.

Medicamentos para la artritis reumatoide.

La evidencia limitada sugiere que los medicamentos como la sulfasalazina (Azulfidina), el metotrexato (Trexall) o el etanercept (Enbrel) pueden aliviar el dolor y la rigidez en algunas personas con artritis reactiva.

Fisioterapia

Un fisioterapeuta puede darte ejercicios específicos para las articulaciones y los músculos. Los ejercicios de fortalecimiento aumentan el soporte de las articulaciones al desarrollar los músculos que rodean las articulaciones afectadas. Los ejercicios de amplitud de movimiento pueden aumentar la flexibilidad de las articulaciones y disminuir la rigidez.

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