Lesiones de la médula espinal: causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento

Hay enfermedades que no presentan síntomas, por lo que es importante llevar una vida saludable y hacer revisiones constantes al médico

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Muchas enfermedades no presentan signos o estos aparecen cuando ya es demasiado tarde, lo mejor es acudir al médico constantemente (Infobae/Jovani Pérez)
Muchas enfermedades no presentan signos o estos aparecen cuando ya es demasiado tarde, lo mejor es acudir al médico constantemente (Infobae/Jovani Pérez)

Una lesión de la médula espinal, lo que implica daño en cualquier parte de la médula espinal o en los nervios del extremo del canal espinal (cola de caballo), a menudo causa cambios permanentes en la fortaleza, la sensibilidad y otras funciones del cuerpo debajo del sitio de la lesión.

Si recientemente sufriste una lesión de la médula espinal, podría parecerte que se vieron afectados todos los aspectos de tu vida. Es posible que sientas los efectos de la lesión de manera mental, emocional y social.

Muchos científicos son optimistas en cuanto a que los avances en investigación algún día harán que sea posible la reparación de las lesiones de la médula espinal. En todo el mundo hay estudios de investigación en curso. Mientras tanto, los tratamientos y la rehabilitación les permiten a las personas que padecen lesiones de la médula espinal llevar una vida productiva e independiente.

Síntomas

La capacidad para controlar las extremidades después de una lesión de la médula espinal depende de dos factores: el lugar de la lesión en la médula espinal y la gravedad de la lesión.

La parte más baja de la médula espinal que permanece intacta después de una lesión se conoce como el nivel neurológico de la lesión. La gravedad de la lesión suele llamarse "integridad" y se clasifica de algunas de las siguientes formas:

Completa.

Si toda la sensación (función sensorial) y toda la capacidad para controlar el movimiento (función motora) se pierden por debajo de la lesión de la médula espinal, la lesión se denomina completa.

Incompleta.

Si tienes cierta actividad motora o sensorial debajo de la zona afectada, la lesión se denomina incompleta. Hay varios grados de lesión incompleta.

Además, la parálisis por una lesión de la médula espinal puede denominarse:

Tetraplejia.

También conocida como cuadriplejia, esto significa que los brazos, las manos, el tronco, las piernas y los órganos pélvicos están afectados por la lesión de la médula espinal.

Paraplejia.

Esta parálisis afecta la totalidad o parte del tronco, las piernas y los órganos pélvicos.

El equipo de atención médica llevará a cabo una serie de exámenes para determinar el nivel neurológico y la integridad de la lesión.

Las lesiones de la médula espinal pueden provocar uno o más de los siguientes signos y síntomas:

Pérdida de movimiento Pérdida o alteración de la sensibilidad, incluida la capacidad de sentir el calor, el frío y el tacto Pérdida del control de los intestinos o de la vejiga Actividades de reflejos exagerados o espasmos Cambios en la función sexual, sensibilidad sexual y fertilidad Dolor o una sensación intensa de escozor causada por el daño a las fibras nerviosas de la médula espinal Dificultad para respirar, toser o eliminar las secreciones de los pulmones

Signos y síntomas de urgencia

Los signos y síntomas de una lesión de la médula espinal que constituyen una emergencia después de un accidente incluyen los siguientes:

Dolor de espalda intenso o presión en el cuello, la cabeza o la espalda Debilidad, descoordinación o parálisis en cualquier parte del cuerpo Entumecimiento, hormigueo o pérdida de sensibilidad en las manos, los dedos, los pies o los dedos de los pies Pérdida del control de la vejiga o de los intestinos Dificultad para mantener el equilibrio y caminar Insuficiencia respiratoria luego de la lesión Posición extraña o torcida del cuello o la espalda

Cuándo consultar al médico

Cualquier persona que tenga un traumatismo significativo en la cabeza o el cuello necesita una evaluación médica inmediata para revisar si hay una lesión en la médula espinal. De hecho, lo más seguro es asumir que la víctima de un traumatismo tiene una lesión de médula espinal hasta que se demuestre lo contrario debido a lo siguiente:

Una lesión de médula espinal grave no siempre resulta evidente de inmediato. Si no se identifica, podría producirse una lesión más grave. El entumecimiento o la parálisis pueden ocurrir de inmediato o aparecer progresivamente. El tiempo que trascurre desde que se produce la lesión hasta que se inicia el tratamiento puede ser esencial para determinar la extensión y la gravedad de las complicaciones y el tiempo posible de recuperación prevista.

Si sospechas que alguien tiene una lesión en la espalda o el cuello:

No muevas a la persona lesionada: se podría causar una parálisis permanente u otras complicaciones graves Llama al 911 o al número local de asistencia médica de urgencia Mantén a la persona inmóvil Coloca toallas pesadas en ambos lados del cuello o sostén la cabeza y el cuello para impedir que se muevan hasta que llegue la atención de emergencia Brinda los primeros auxilios básicos, como detener el sangrado y hacer que la persona se sienta cómoda, sin moverle la cabeza ni el cuello

 Ante cualquier malestar lo mejor es acudir al médico (Getty Images)
Ante cualquier malestar lo mejor es acudir al médico (Getty Images)

Factores de riesgo

Aunque generalmente las lesiones de la médula espinal se deben a accidentes y pueden ocurrirle a cualquiera, existen ciertos factores que pueden predisponerte a un mayor riesgo de sufrir una lesión de la médula espinal. Entre estos factores se incluyen los siguientes:

Ser hombre.

Las lesiones de la médula espinal afectan a un número desproporcionado de hombres. De hecho, en Estados Unidos, las mujeres representan solo alrededor del 20 % de las lesiones traumáticas de la médula espinal.

Tener entre 16 y 30 años.

Más de la mitad de las lesiones en la médula espinal suceden en esta franja etaria.

Tener 65 años o más.

Otro pico en las lesiones de la médula espinal ocurre a los 65 años. Las caídas causan la mayoría de las lesiones en los adultos mayores.

Consumo de alcohol.

El consumo de alcohol está involucrado en alrededor del 25 % de las lesiones traumáticas de la médula espinal.

Tener conductas de riesgo.

Lanzarte de clavado en aguas muy poco profundas, o practicar deportes sin usar el equipo de seguridad adecuado o sin tomar las precauciones correspondientes, pueden provocar lesiones de la médula espinal. Los accidentes automovilísticos son la causa principal de lesiones de la médula espinal en personas menores de 65 años.

Tener ciertas enfermedades.

Si tienes otro trastorno que afecte tus huesos o articulaciones, como osteoporosis, una lesión relativamente menor puede causar una lesión de la médula espinal.

Diagnóstico

En la sala de emergencias, es posible que el médico pueda descartar una lesión de la médula espinal a través de un examen, un análisis para comprobar la función sensorial y el movimiento y algunas preguntas sobre el accidente.

Sin embargo, si la persona lesionada se queja del dolor de cuello, no está completamente consciente o presenta signos evidentes de debilidad o lesión neurológica, es posible que deban hacerse pruebas de diagnóstico de urgencia.

Estas pruebas pueden comprender lo siguiente:

Radiografías.

Las radiografías pueden revelar problemas en las vértebras (columna vertebral), tumores, fracturas o cambios degenerativos en la columna vertebral.

Tomografía computarizada.

Una tomografía computarizada puede proporcionar una imagen más clara de las anomalías que se observan en las radiografías. Esta exploración utiliza computadoras para formar una serie de imágenes transversales que pueden identificar problemas en los huesos, en los discos y otros tipos de problemas.

Imágenes por resonancia magnética.

La resonancia magnética utiliza un campo magnético potente y ondas radioeléctricas para producir imágenes generadas por computadora. Esta prueba es útil para observar la médula espinal e identificar hernias de disco, coágulos sanguíneos y otros tumores que puedan comprimir la médula espinal.

Unos días después de la lesión, cuando la hinchazón disminuya un poco, el médico hará un examen neurológico más extenso para determinar el nivel y la amplitud de la lesión. Esto implica evaluar la fuerza de los músculos y la capacidad para sentir toques suaves y sensaciones de pinchazo.

 Cada enfermedad tiene uno o varios tratamientos que seguir para combatirla (EFE)
Cada enfermedad tiene uno o varios tratamientos que seguir para combatirla (EFE)

Tratamiento

Lamentablemente, no hay manera de revertir el daño a la médula espinal. Pero los investigadores trabajan continuamente en tratamientos nuevos, que comprenden prótesis y medicamentos que pueden promover la regeneración de las neuronas o mejorar la actividad de los nervios que no se dañaron después de una lesión de la médula espinal.

Mientras tanto, el tratamiento de las lesiones de la médula espinal se centra en prevenir más lesiones y en empoderar a las personas con una lesión de la médula espinal para que puedan volver a tener a una vida activa y productiva.

Acciones de urgencia

La atención médica urgente es fundamental para minimizar los efectos de un traumatismo en la cabeza o el cuello. Por lo tanto, a menudo, el tratamiento para una lesión de la médula espinal comienza en el lugar del accidente.

Por lo general, el personal de urgencia inmoviliza la columna vertebral de la manera más cuidadosa y rápida posible con un collarín rígido y una camilla rígida, que usarán durante el traslado al hospital.

Etapas tempranas (agudas) del tratamiento

En la sala de emergencias, los médicos se concentran en:

Mantener la capacidad de respirar Prevenir el choque Inmovilizar el cuello para prevenir más daño a la médula espinal Evitar posibles complicaciones, como retención de heces u orina, dificultad respiratoria o cardiovascular y formación de coágulos sanguíneos en las venas profundas de las extremidades

Si tienes una lesión de la médula espinal, por lo general serás admitido en la unidad de cuidados intensivos para recibir tratamiento. Puede que te trasladen a un centro regional de lesiones de la médula espinal que cuente con un equipo de neurocirujanos, cirujanos ortopédicos, especialistas en medicina de la médula espinal, psicólogos, personal de enfermería, terapeutas y trabajadores sociales con experiencia en lesiones de la médula espinal.

Medicamentos. La metilprednisolona (Solu-Medrol) que se administra a través de una vena del brazo (intravenosa) se ha utilizado como una opción de tratamiento para lesiones agudas de la médula espinal en el pasado. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que los posibles efectos secundarios, como coágulos sanguíneos y neumonía, del uso de este medicamento superan los beneficios.

Debido a esto, la metilprednisolona ya no se recomienda para uso rutinario después de una lesión de la médula espinal.

Inmovilización.

Podrías necesitar tracción para estabilizar o alinear la columna vertebral. Las opciones incluyen collarines blandos y diversos dispositivos ortopédicos.

Cirugía.

A menudo es necesaria la cirugía para extirpar fragmentos de huesos, objetos extraños, corregir hernias de disco o vértebras fracturadas que parecen estar comprimiendo la columna vertebral. También puede ser necesaria una cirugía para estabilizar la columna vertebral y prevenir futuros dolores o deformidades.

Tratamientos experimentales.

Los científicos están tratando de encontrar maneras de detener la muerte celular, controlar la inflamación y promover la regeneración de los nervios. Por ejemplo, disminuir significativamente la temperatura corporal (un estado conocido como hipotermia) durante 24 a 48 horas podría ayudar a prevenir una inflamación perjudicial. Es necesario hacer más estudios.

Atención continua

Después de que la lesión o afección inicial se estabiliza, los médicos se centran en la prevención de problemas secundarios que pueden surgir, como el desacondicionamiento, las contracturas musculares, las úlceras por presión, los problemas intestinales y de vejiga, las infecciones respiratorias y los coágulos sanguíneos.

La duración de tu hospitalización dependerá de tu afección y de los problemas médicos que tengas. Una vez que estés lo suficientemente bien para participar en terapias y tratamientos, podrán trasladarte a un centro de rehabilitación.

Rehabilitación

Los miembros del equipo de rehabilitación comenzarán a trabajar contigo mientras te encuentras en las primeras etapas de recuperación. Tu equipo puede incluir un fisioterapeuta, un terapeuta ocupacional, personal de enfermería de rehabilitación, un psicólogo de rehabilitación, un trabajador social, un dietista, un terapeuta recreativo y un médico que se especialice en medicina física (fisiatra) o en lesiones de la médula espinal.

Durante las etapas iniciales de la rehabilitación, los terapeutas suelen hacer hincapié en mantener y fortalecer la función muscular, en el redesarrollo de las habilidades de motricidad fina y en aprender maneras de adaptarte para realizar las tareas cotidianas.

Te informarán sobre los efectos de una lesión de la médula espinal y cómo prevenir complicaciones y te darán consejos para reconstruir tu vida y aumentar tu calidad de vida y tu independencia.

Te enseñarán muchas habilidades nuevas y usarás equipos y tecnologías que te ayudarán a vivir por tu cuenta en la medida de lo posible. Te animarán a que reanudes tus pasatiempos favoritos, participes en actividades sociales y de acondicionamiento físico y regreses a la escuela o al trabajo.

Medicamentos

Podrían usarse medicamentos para controlar algunos de los efectos de la lesión de la médula espinal. Estos comprenden medicamentos para controlar el dolor y la espasticidad muscular, así como medicamentos que puedan mejorar el control de la vejiga, el control del intestino y el funcionamiento sexual.

Nuevas tecnologías

Los innovadores dispositivos médicos pueden ayudar a las personas con una lesión de la médula espinal a ser más independientes y tener mayor movilidad. Entre estos, se incluyen los siguientes:

Sillas de ruedas modernas.

Las sillas de ruedas mejoradas y de menor peso permiten que las personas con lesiones de la médula espinal puedan tener mayor movilidad y estar más cómodas. Algunas personas necesitan una silla de ruedas eléctrica. Algunas sillas de ruedas pueden hasta subir escaleras, desplazarse sobre terreno irregular y elevar al usuario para llegar a lugares altos sin ayuda.

Adaptaciones para computadora.

Para alguien que tiene limitada la función de las manos, las computadoras pueden ser difíciles de manejar. Las adaptaciones para computadora pueden ser de simples a complejas, como la protección para teclados "Keyguards" y el reconocimiento de voz.

Dispositivos electrónicos de ayuda para la vida diaria.

Esencialmente, cualquier aparato eléctrico puede controlarse con un dispositivo electrónico de ayuda para la vida diaria. Los dispositivos pueden encenderse o apagarse con un interruptor o con mandos a distancia activados por voz y por computadora.

Dispositivos para estimulación eléctrica.

A menudo denominados sistemas de estimulación eléctrica funcional, estos dispositivos tan sofisticados usan estimuladores eléctricos para controlar los músculos de los brazos y las piernas, a fin de conseguir que las personas con lesiones de la médula espinal puedan ponerse de pie, caminar, alcanzar y agarrar objetos.

Pronóstico y recuperación

Es probable que el médico no pueda darte un pronóstico de inmediato. La recuperación, si se produce, suele estar relacionada con la gravedad y el nivel de la lesión. La tasa de recuperación más rápida a menudo se observa en los primeros seis meses, pero algunas personas continúan presentando pequeñas mejoras durante un periodo de hasta 1 o 2 años.

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