La hiponatremia se produce cuando la concentración de sodio en la sangre es anormalmente baja. El sodio es un electrolito y ayuda a regular la cantidad de agua que hay dentro y alrededor de las células.
En la hiponatremia, uno o más factores, desde una enfermedad oculta hasta beber demasiada agua, hacen que el sodio de tu cuerpo se diluya. Cuando esto sucede, los niveles de agua de tu cuerpo aumentan y las células comienzan a hincharse. Esta hinchazón puede provocar muchos problemas de salud, desde problemas leves hasta problemas que ponen en riesgo la vida.
El tratamiento de la hiponatremia tiene como objetivo resolver la enfermedad no diagnosticada. Según la causa de la hiponatremia, es posible que solo tengas que beber menos líquido. En otros casos de hiponatremia, es posible que necesites soluciones electrolíticas intravenosas y medicamentos.
Síntomas
Los signos y síntomas de la hiponatremia pueden incluir lo siguiente:
Náuseas y vómitos Dolor de cabeza Desorientación Pérdida de energía, somnolencia y cansancio Agitación e irritabilidad Debilidad, espasmos o calambres musculares Convulsiones Coma
Cuándo debes consultar a un médico
Busca atención de emergencia para cualquiera que manifieste signos y síntomas graves de hiponatremia, como náuseas y vómitos, desorientación, convulsiones o pérdida de la consciencia.
Llama al médico si sabes que estás en riesgo de tener hiponatremia y sientes náuseas, dolor de cabeza, calambres o debilidad. Según el grado y la duración de estos signos y síntomas, el médico puede recomendar que busques atención médica de inmediato.
Factores de riesgo
Los siguientes factores pueden aumentar tu riesgo de sufrir hiponatremia:
La edad.
Los adultos mayores pueden tener más factores que contribuyen a causar hiponatremia, incluidos cambios relacionados con la edad, tomar ciertos medicamentos y tener mayor probabilidad de padecer una enfermedad crónica que altere el equilibrio de sodio en el cuerpo.
Algunos medicamentos.
Los medicamentos que aumentan el riesgo de sufrir hiponatremia comprenden diuréticos de tiazida y algunos antidepresivos y analgésicos. Además, se ha vinculado a la droga recreativa “éxtasis” con casos mortales de hiponatremia.
Trastornos que reducen la eliminación de agua del cuerpo.
Las enfermedades que pueden aumentar el riesgo de padecer hiponatremia incluyen la enfermedad renal, el síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética e insuficiencia cardíaca, entre otros.
Actividades físicas intensas.
Las personas que beben demasiada agua mientras participan en maratones, ultramaratones, triatlones y otras actividades muy intensas en las que se recorren grandes distancias corren un riesgo mayor de padecer hiponatremia.
Diagnóstico
Para comenzar, el médico te preguntará sobre tu historia clínica y te realizará un examen físico.
Sin embargo, debido a que los signos y síntomas de la hiponatremia se manifiestan en muchas enfermedades, es imposible diagnosticarla solo con un examen físico. Para confirmar el bajo nivel de sodio en la sangre, el médico te solicitará análisis de sangre y orina.
Tratamiento
El tratamiento de la hiponatremia está orientado a la causa de base, cuando es posible.
Si tienes hiponatremia moderada y crónica a causa de la alimentación, los diuréticos o el consumo excesivo de agua, es posible que el médico te recomiende la disminución del consumo de líquidos. También puede sugerir que ajustes el consumo de diuréticos para así aumentar el nivel de sodio en sangre.
Si tienes hiponatremia grave y aguda, necesitarás un tratamiento más agresivo. Entre algunas opciones se incluyen las siguientes:
Líquidos intravenosos.
Es posible que el médico recomiende la administración de una solución intravenosa de sodio para aumentar lentamente los niveles de sodio en sangre. Para esto debes permanecer en el hospital para controlar de forma frecuente los niveles de sodio ya que una corrección de estos demasiado rápida puede ser peligrosa.
Medicamentos.
Es posible que tengas que tomar medicamentos para controlar los signos y síntomas de la hiponatremia, como los dolores de cabeza, las náuseas y las convulsiones.