Enfermedad arterial periférica: cuáles son sus síntomas, causas y tratamiento

Varias son las causas de esta enfermedad, sin embargo, hay diferentes opciones para su tratamiento

Guardar
En muchas ocasiones no se sabe que se padece una enfermedad hasta que se presentan síntomas (Infobae/Jovani Pérez)
En muchas ocasiones no se sabe que se padece una enfermedad hasta que se presentan síntomas (Infobae/Jovani Pérez)

La enfermedad arterial periférica es una afección común en la que las arterias estrechadas reducen el flujo sanguíneo a los brazos o las piernas.

En la enfermedad arterial periférica, las piernas o los brazos (generalmente las piernas) no reciben un flujo sanguíneo suficiente para satisfacer la demanda. Esto puede provocar dolor en las piernas al caminar (claudicación) y otros síntomas.

La enfermedad arterial periférica suele ser un signo de una acumulación de depósitos grasos en las arterias (ateroesclerosis). La ateroesclerosis causa el estrechamiento de las arterias, lo que puede reducir el flujo en las piernas y, en ocasiones, en los brazos.

El tratamiento de la enfermedad arterial periférica incluye hacer ejercicio, llevar una alimentación saludable y no fumar ni consumir tabaco.

Síntomas

Aunque la mayoría de las personas con enfermedad arterial periférica no presentan síntomas, o tienen síntomas leves, algunas personas tienen dolor en las piernas al caminar (claudicación).

Los síntomas de claudicación incluyen dolor muscular o calambres en las piernas o los brazos que comienzan durante el ejercicio y terminan con el descanso. El dolor se siente con mayor frecuencia en la pantorrilla y varía de leve a grave. El dolor de pierna grave puede dificultar el hecho de caminar o hacer otros tipos de actividad física.

Otros síntomas de la enfermedad arterial periférica incluyen: Sensación de frío en la parte inferior de la pierna o en el pie, en especial en comparación con la otra extremidad Entumecimiento o debilidad en las piernas Falta de pulso o pulso débil en piernas o pies Calambres dolorosos en uno o los dos músculos de la cadera, los muslos o las pantorrillas después de hacer ciertas actividades, como caminar o subir escaleras Piel brillante en las piernas Cambios en el color de la piel en las piernas Crecimiento más lento de las uñas de los pies Llagas que no sanan en los dedos de los pies, en los pies o en las piernas Dolor cuando usas los brazos, como dolor y calambres cuando tejes, escribes o haces otras tareas manuales Disfunción eréctil Caída del vello o crecimiento lento del vello en las piernas

Si la enfermedad arterial periférica empeora, podrías sentir dolor cuando estás en reposo o cuando estás acostado. El dolor puede interrumpir el sueño. Dejar colgar las piernas sobre el borde de la cama o caminar puede aliviar temporalmente el dolor.

Cuándo consultar al médico

 Ante cualquier malestar lo mejor es acudir al médico (iStock)
Ante cualquier malestar lo mejor es acudir al médico (iStock)

Fumar o tener diabetes aumenta en gran medida el riesgo de desarrollar la enfermedad arterial periférica. Otros factores que aumentan el riesgo de padecer esta enfermedad incluyen los siguientes: Antecedentes familiares de enfermedad arterial periférica, enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular Presión arterial alta Colesterol alto Niveles elevados de un aminoácido llamado homocisteína, que aumentan el riesgo de padecer la enfermedad de las arterias coronarias La edad avanzada, especialmente después de los 65 años (o después de los 50 si tienes factores de riesgo de ateroesclerosis) Obesidad (un índice de masa corporal mayor de 30)

Diagnóstico

Un proveedor de atención médica te examinará para diagnosticar si tienes una enfermedad arterial periférica. Generalmente, se te harán preguntas sobre tus síntomas y antecedentes médicos.

Si tienes una enfermedad arterial periférica, el pulso en la zona afectada puede ser débil o inexistente.

Pruebas

 Cada enfermedad tiene una o varias formas de diagnosticarla para así detectarla y luego combatirla (Archivo)
Cada enfermedad tiene una o varias formas de diagnosticarla para así detectarla y luego combatirla (Archivo)

Los objetivos del tratamiento para la enfermedad arterial periférica son los siguientes: Controlar los síntomas, como el dolor de pierna, para que no sea incómodo hacer ejercicio. Mejorar la salud arterial para reducir el riesgo de tener un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.

Los tratamientos para la enfermedad arterial periférica incluyen cambios en el estilo de vida y, a veces, medicamentos.

Los cambios en el estilo de vida pueden ayudar a mejorar los síntomas, particularmente al principio del curso de esta enfermedad. Dejar de fumar es lo más indicado que puedes hacer para reducir el riesgo de presentar complicaciones. Caminar o hacer otro tipo de ejercicio de forma regular y siguiendo un programa (ejercitación supervisada) puede mejorar los síntomas de manera notable.

Medicamentos

Si la enfermedad arterial periférica causa síntomas, es posible que el proveedor de atención médica te recete medicamentos. Los medicamentos para la enfermedad arterial periférica pueden incluir los siguientes: Medicamentos para el colesterol. Los medicamentos llamados estatinas se recetan comúnmente a las personas con enfermedad arterial periférica. Las estatinas ayudan a reducir el colesterol malo y la acumulación de placa en las arterias. Los medicamentos también reducen el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Si tienes enfermedad arterial periférica , pregúntale al proveedor de atención médica cuáles deberían ser los valores del colesterol. Medicamentos para la presión arterial. La presión arterial alta sin controlar puede hacer que las arterias se vuelvan rígidas y se endurezcan. Esto puede hacer más lento el flujo de sangre. Pregúntale al proveedor de atención médica cuál es el objetivo de presión arterial que sea mejor para ti. Si tienes presión arterial alta, el proveedor de atención médica puede recetarte medicamentos para bajarla. Medicamentos para controlar la glucosa en la sangre. Si tienes diabetes, controlar el nivel de la glucosa en la sangre resulta incluso más importante. Habla con el proveedor de atención médica acerca de los objetivos de la glucosa en la sangre y cómo alcanzarlos. Medicamentos para prevenir los coágulos sanguíneos. La enfermedad arterial periférica está relacionada con un flujo sanguíneo reducido en las extremidades. Por lo tanto, se pueden administrar medicamentos para mejorar el flujo sanguíneo. Para prevenir la formación de coágulos se puede utilizar aspirina u otro medicamento, como clopidogrel (Plavix). Medicamentos para el dolor en las piernas. El medicamento cilostazol diluye la sangre y ensancha los vasos sanguíneos. Esto aumenta el flujo sanguíneo a las extremidades. El medicamento ayuda específicamente a tratar los síntomas del dolor en las piernas para las personas que tienen la enfermedad arterial periférica. Los efectos secundarios comunes de este medicamento incluyen dolor de cabeza y diarrea. Un medicamento alternativo es la pentoxifilina. Los efectos secundarios son poco frecuentes con este medicamento, pero generalmente no funciona tan bien como el cilostazol.

Cirugías u otros procedimientos

En algunos casos, es necesaria una angioplastia o cirugía para tratar la enfermedad arterial periférica que produce claudicación: Angioplastia y colocación de un estent. Este procedimiento se lleva a cabo para abrir las arterias obstruidas. Al mismo tiempo, puede servir para diagnosticar y tratar un vaso obstruido. El proveedor de atención médica guía una sonda delgada y flexible (catéter) hacia la parte estrecha de la arteria. Se infla un globo diminuto para ensanchar la arteria obstruida y mejorar el flujo sanguíneo. Se inserta un tubo pequeño de malla metálica (estent) en la arteria para mantenerla abierta. Cirugía de baipás. El cirujano crea una vía alrededor de la arteria obstruida utilizando un vaso sanguíneo saludable de otra parte del cuerpo o un vaso hecho con tejido sintético. Terapia trombolítica. Si un coágulo sanguíneo obstruye una arteria, es posible administrar un medicamento para disolver el coágulo directamente en la arteria afectada.

Guardar