Durante un ataque de asma, también llamado exacerbación asmática, las vías respiratorias se hinchan e inflaman. Los músculos alrededor de las vías respiratorias se contraen y estas producen mayor mucosidad, lo cual hace que los conductos respiratorios (bronquiales) se estrechen.
Durante un ataque, puedes toser, tener sibilancias y problemas para respirar. Los síntomas de un ataque de asma menor mejoran con un tratamiento rápido en el hogar. Un ataque de asma grave que no mejora con el tratamiento en el hogar puede convertirse en una emergencia que pone en riesgo la vida.
La clave para detener un ataque de asma es reconocer y tratar un brote de asma temprano. Sigue el plan de tratamiento que acordaste previamente con tu médico. Tu plan de tratamiento debe incluir qué hacer cuando el asma comienza a empeorar y cómo lidiar con un ataque de asma en curso.
Síntomas
Estos son algunos de los signos y síntomas del ataque de asma: Dificultad respiratoria grave, opresión o dolor en el pecho y tos o sibilancia Lecturas de medición del flujo espiratorio bajas, si utilizas un medidor de flujo espiratorio Síntomas que no responden cuando usas un inhalador de acción rápida (de rescate)
Los signos y síntomas de un ataque de asma varían de una persona a otra. Colabora con el médico para identificar signos y síntomas particulares de asma que empeoran y qué hacer cuando ocurran.
Si tus síntomas de asma no mejoran o empeoran después de tomar los medicamentos como indicó el médico, es posible que necesites tratamiento de emergencia. El médico te puede ayudar a aprender a reconocer una emergencia de asma para que sepas cuándo buscar ayuda.
Cuándo debes consultar con un médico
Si el asma se intensifica, sigue inmediatamente los pasos de tratamiento que tú y el médico han establecido en tu plan escrito para el asma. Si tus síntomas y lecturas del flujo espiratorio máximo (PEF) mejoran, el tratamiento en el hogar puede ser todo lo que se necesitas. Si tus síntomas no mejoran con el tratamiento en el hogar, es posible que necesites buscar atención de emergencia.
Cuando tus síntomas de asma se agraven, sigue las instrucciones de tu plan escrito para el asma para usar tu inhalador de acción rápida (de rescate). Las lecturas del PEF que van del 51 % al 79 % de tu mejor marca personal son una señal de que necesitas usar los medicamentos de acción rápida (de rescate) recetados por el médico.
Revisa los pasos para el control del asma con el médico
El asma puede cambiar con el tiempo, por lo que necesitarás ajustes periódicos en tu plan de tratamiento para mantener los síntomas diarios bajo control. Si tu asma no está bajo control, es más probable que tengas un ataque de asma. Una inflamación pulmonar persistente significa que tu asma podría estallar en cualquier momento.
Acude a todas las consultas médicas programadas. Si tienes brotes regulares de asma, o si tienes lecturas de flujo pico bajo u otros signos de que el asma no está bajo control, pide una consulta con el médico.
Cuándo buscar tratamiento médico de emergencia
Busca atención médica de inmediato si tienes signos o síntomas de un ataque de asma grave, entre los siguientes: Falta de aliento grave o sibilancia, especialmente en la noche o en las primeras horas de la mañana Incapacidad para hablar más que frases cortas debido a la falta de aliento Tener que forzar los músculos del pecho para respirar Lecturas de flujo espiratorio bajo cuando se usa un medidor de flujo espiratorio No hay mejoría después de usar un inhalador de acción rápida (de rescate)
Todas las personas con asma tienen riesgo de sufrir un ataque de asma. Puedes tener mayor riesgo de sufrir un ataque de asma grave si sucede lo siguiente: Tuviste un ataque de asma grave en el pasado Si ya estuviste hospitalizado o tuviste que ir a una sala de urgencias por asma Si ya debieron intubarte por un ataque de asma Usas más de dos inhaladores de acción rápida (de rescate) por mes Tus ataques de asma tienden a aparecer antes de darte cuenta de que los síntomas han empeorado Tienes otras afecciones crónicas, como sinusitis o pólipos nasales, o enfermedades cardiovasculares o pulmonares crónicas
Diagnóstico
Para adultos y niños mayores de 5 años, se utilizan pruebas de la función pulmonar para verificar si los pulmones están funcionando bien. Una función pulmonar deficiente es un signo de que el asma no está bajo control. En algunos casos, los estudios de la función pulmonar también se usan en emergencias de asma para ayudar al médico a entender la gravedad de un ataque de asma o cómo de bien está funcionando el tratamiento.
Los estudios de la función pulmonar incluyen lo siguiente:
Flujo espiratorio máximo. El médico puede tomar una lectura de flujo espiratorio máximo cuando llegas para una visita programada o para tratamiento de emergencia durante un ataque de asma. Este examen mide cómo de rápido puedes exhalar. También puedes usar un medidor de flujo espiratorio en casa para controlar tu función pulmonar.
Los resultados de esta prueba se conocen como flujo espiratorio máximo. Una prueba de flujo espiratorio máximo se realiza soplando en una boquilla tan fuerte y tan rápido como sea posible con una sola respiración (espiración).
Espirometría. Durante la espirometría, respiras profundamente y exhalas con fuerza en una manguera conectada a una máquina llamada espirómetro. Una medición de espirometría común es el volumen espiratorio forzado (VEF), que mide la cantidad de aire que puedes exhalar en un segundo.
Si tú y el médico han elaborado un plan para el asma, sigue sus instrucciones a la primera señal de un ataque de asma.
Esto generalmente significa inhalar de dos a seis veces de un inhalador de acción rápida (de rescate) para obtener medicamentos que expanden las vías respiratorias, como albuterol (ProAir HFA, Proventil HFA, Ventolin HFA, otros) y levalbuterol (Xopenex), en la parte más profundade los pulmones. Los niños pequeños y aquellos que tienen problemas con los inhaladores pueden usar un nebulizador. Después de 20 minutos, puedes repetir el tratamiento una vez si es necesario. Si continúas teniendo sibilancias o te sientes sin aliento después del tratamiento, visita al médico o dirígete a urgencias ese mismo día.
Si tienes síntomas de un ataque de asma grave, como dificultad para hablar porque te falta el aire, toma tu medicamento de acción rápida (de rescate) y acude al consultorio del médico o a un centro de urgencias inmediatamente.
El médico puede recomendarte que continúes usando medicamentos de acción rápida cada tres o cuatro horas durante un día o dos después del ataque. Es posible que también necesites tomar medicamentos corticoides orales durante un tiempo corto.
Tratamiento de emergencia
Si acudes a la sala de emergencias porque estás teniendo un ataque de asma, necesitarás medicamentos para controlar el asma de inmediato. Estos pueden incluir lo siguiente: Agonistas beta de acción corta como el albuterol Estos son los mismos medicamentos que los de tu inhalador de acción rápida (de rescate). Es posible que necesites usar una máquina llamada nebulizador, que convierte el medicamento en una neblina que puede ser inhalada profundamente dentro de los pulmones. Corticosteroides orales. Tomados en forma de pastillas, estos medicamentos ayudan a reducir la inflamación pulmonar y a controlar los síntomas del asma. Los corticosteroides también se pueden administrar por vía intravenosa, generalmente a pacientes que están vomitando o que están teniendo insuficiencia respiratoria. Ipratropio (Atrovent HFA). El ipratropio se utiliza a veces como broncodilatador para tratar un ataque de asma grave, especialmente si el albuterol no es completamente efectivo. Intubación, ventilación mecánica y oxígeno. Si tu ataque de asma es potencialmente mortal, el médico puede colocarte un tubo de respiración dentro de la garganta hasta la vía respiratoria superior. El uso de una máquina que bombea oxígeno a los pulmones te ayudará a respirar mientras tu médico te da medicamentos para controlar el asma.
Después de que tus síntomas de asma mejoren, tu médico puede querer que te quedes en la sala de emergencias por unas cuantas horas o más para asegurarse de que no tengas otro ataque de asma. Cuando tu médico considere que tu asma está lo suficientemente controlada, podrás irte a casa. Tu médico te dará instrucciones sobre qué hacer si tienes otro ataque.
Si tus síntomas de asma no mejoran después del tratamiento de emergencia, tu médico puede internarte en el hospital y darte medicamentos cada hora o cada pocas horas. Si tienes síntomas de asma graves, es posible que necesites respirar oxígeno a través de una mascarilla. En algunos casos, un ataque de asma grave y persistente requiere una estancia en la unidad de cuidados intensivos (UCI).