Los cálculos biliares son depósitos endurecidos de fluido digestivo que se pueden formar en la vesícula biliar. La vesícula es un órgano pequeño, con forma de pera, ubicado en la zona derecha del abdomen, justo debajo del hígado. La vesícula biliar contiene fluido digestivo llamado bilis, que se libera al intestino delgado.
Los cálculos biliares tienen tamaños que oscilan entre pequeños, como granos de arena, hasta grandes, como pelotas de golf. Algunas personas desarrollan solamente un cálculo biliar, mientras otras desarrollan muchos cálculos biliares al mismo tiempo.
Quienes tienen síntomas con los cálculos biliares, por lo general, requiere que le extraigan la vesícula biliar con cirugía. Los cálculos biliares que no causan signos ni síntomas, por lo general, no necesitan tratamiento.
Síntomas
Los cálculos biliares pueden no causar signos o síntomas. En caso de que un cálculo biliar se aloje en un conducto y provoque un bloqueo, los signos y síntomas resultantes pueden incluir los siguientes:
Dolor repentino y que se intensifica rápidamente en la parte derecha superior del abdomen
Dolor repentino y que se intensifica rápidamente en la parte central del abdomen, justo debajo del esternón
Dolor de espalda justo entre las escápulas
Dolor en el hombro derecho
Náuseas o vómitos
El dolor provocado por los cálculos biliares puede durar entre algunos minutos y varias horas.
Cuándo debes consultar con un médico
Solicita una consulta con el médico si tienes signos o síntomas que te preocupan.
Busca atención inmediata si manifiestas signos o síntomas de complicaciones graves por cálculos biliares, como los siguientes:
Dolor abdominal tan intenso que no puedes sentarte en posición derecha o encontrar una posición cómoda
Color amarillento de la piel y en la parte blanca de los ojos (ictericia)
Fiebre alta con escalofríos
Factores de riesgo
Los factores que pueden aumentar los riesgos de padecer cálculos biliares incluyen los siguientes:
Ser mujer
Tener 40 años o más
Ser nativo americano
Ser hispano de origen mexicano
Tener sobrepeso u obesidad
Ser sedentario
Estar embarazada
Seguir una dieta con un alto contenido de grasas
Seguir una dieta con un alto contenido de colesterol
Seguir una dieta con un bajo contenido de fibras
Tener antecedentes familiares de cálculos biliares
Tener diabetes
Tener ciertos trastornos sanguíneos, como anemia de células falciformes o leucemia
Perder peso muy rápido
Tomar medicamentos que contengan estrógeno, como anticonceptivos orales o medicamentos de terapia hormonal
Tener enfermedad hepática
Diagnóstico
Los exámenes y procedimientos utilizados para diagnosticar los cálculos biliares y sus complicaciones abarcan lo siguiente:
Ecografía abdominal. Este examen es el que se usa más comúnmente para buscar signos de cálculos biliares. La ecografía abdominal implica mover un dispositivo (transductor) de un lado a otro a través del área del estómago. El transductor envía señales a una computadora, la cual crea imágenes que muestran las estructuras en el abdomen.
Ecografía endoscópica. Este procedimiento puede ayudar a identificar cálculos más pequeños que se pueden pasar por alto en una ecografía abdominal. Durante la ecografía endoscópica, el médico pasa una sonda delgada y flexible (endoscopio) a través de la boca y del aparato digestivo. Un pequeño dispositivo de ultrasonido (transductor) en el tubo produce ondas sonoras que crean una imagen precisa del tejido circundante.
Otras pruebas por imágenes. Los exámenes adicionales pueden incluir colecistografía oral, una gammagrafía con ácido iminodiacético hepatobiliar, tomografía computarizada, colangiopancreatografía por resonancia magnética o colangiopancreatografía retrógrada endoscópica. Los cálculos biliares que se descubran con la colangiopancreatografía endoscópica retrógrada se pueden retirar durante el procedimiento.
Análisis de sangre. Los análisis de sangre pueden revelar infección, ictericia, pancreatitis u otras complicaciones causadas por cálculos biliares.
Tratamiento
La mayoría de las personas con cálculos biliares que no causan síntomas nunca necesitarán tratamiento. Tu médico determinará si el tratamiento para los cálculos biliares es recomendable basándose en tus síntomas y en los resultados de las pruebas de diagnóstico.
El médico puede recomendarte que estés atento a la aparición de síntomas de complicaciones de los cálculos biliares, como un dolor que se intensifica en la parte superior derecha del abdomen. Si en el futuro se presentan signos y síntomas de los cálculos biliares, puedes recibir tratamiento.
Las opciones de tratamiento para cálculos biliares comprenden las siguientes:
Cirugía para extirpar la vesícula (colecistectomía). El médico puede recomendarte una cirugía para extirpar la vesícula biliar, debido a que los cálculos biliares reaparecen con frecuencia. Una vez que se extirpa la vesícula, la bilis fluye directamente desde el hígado hasta el intestino delgado, en lugar de permanecer almacenada en la vesícula.
No necesitas la vesícula biliar para vivir y su extracción no afecta tu capacidad de digerir alimentos, pero puede provocar diarrea, que generalmente es temporal.
Medicamentos para disolver los cálculos biliares. Los medicamentos que tomas por vía oral pueden ayudar a disolver los cálculos biliares. Sin embargo, disolver los cálculos biliares de este modo puede llevar meses o años de tratamiento y es probable que los cálculos biliares se vuelvan a formar si se interrumpe el tratamiento.
Algunas veces, los medicamentos no funcionan. Los medicamentos para los cálculos biliares no se utilizan con frecuencia y se reservan para personas que no pueden someterse a una cirugía.
Con información de Mayo Clinic
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