Artritis reumatoide: cuáles son sus síntomas, causas y tratamiento

Dependiendo el tipo de síntoma que se presente, se puede conocer el nivel de gravedad de una padecimiento

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Infobae


La artritis reumatoide es un trastorno inflamatorio crónico que puede afectar más que solo las articulaciones. En algunas personas, la afección puede dañar distintos sistemas corporales, incluida la piel, los ojos, los pulmones, el corazón y los vasos sanguíneos.



La artritis reumatoide es un trastorno autoinmunitario que ocurre cuando el sistema inmunitario ataca por error los tejidos del cuerpo.



A diferencia del daño por desgaste de la osteoartritis, la artritis reumatoide afecta el revestimiento de las articulaciones y causa una dolorosa hinchazón que puede finalmente causar la erosión ósea y la deformidad de las articulaciones.



La inflamación asociada a la artritis reumatoide es lo que también puede dañar otras partes del cuerpo. Si bien los medicamentos nuevos han mejorado las opciones de tratamiento en gran medida, la artritis reumatoide grave aún puede causar discapacidades físicas.


Síntomas


Los signos y los síntomas de la artritis reumatoide pueden incluir los siguientes:



Articulaciones sensibles, calientes e hinchadas

Rigidez articular que generalmente empeora por las mañanas y después de la inactividad

Cansancio, fiebre y pérdida del apetito

En sus inicios, la artritis reumatoide tiende a afectar primero las articulaciones más pequeñas, especialmente las que unen los dedos de las manos con las manos y los dedos de los pies con los pies.



A medida que avanza la enfermedad, los síntomas suelen extenderse a las muñecas, las rodillas, los tobillos, los codos, la cadera y los hombros. En la mayoría de los casos, los síntomas se producen en las mismas articulaciones en ambos lados del cuerpo.



Alrededor del 40 % de las personas que padecen artritis reumatoide también presentan signos y síntomas que no impliquen a las articulaciones. Las zonas que pueden estar afectadas incluyen las siguientes:



Piel

Ojos

Pulmones

Corazón

Riñones

Glándulas salivales

Tejido nervioso

Médula ósea

Vasos sanguíneos

Los signos y los síntomas de la artritis reumatoide pueden variar en intensidad e incluso pueden aparecer y desaparecer. Los períodos de mayor actividad de la enfermedad, denominados brotes, se alternan entre períodos de remisión relativa, cuando la hinchazón y el dolor se disipan o desaparecen. Con el paso del tiempo, la artritis reumatoide puede provocar que las articulaciones se deformen y salgan de lugar.




Cuándo debes consultar con un médico


Solicita una consulta con el médico si tienes molestias persistentes e hinchazón en las articulaciones.


Salud
Ante cualquier malestar lo mejor es acudir al médico (Europa Press)

Factores de riesgo


Los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer artritis reumatoide incluyen:



El sexo. Las mujeres son más propensas que los hombres a desarrollar artritis reumatoide.

Edad. La artritis reumatoide se puede producir a cualquier edad, pero más frecuentemente comienza a mediana edad.

Antecedentes familiares. Si un familiar padece artritis reumatoide, el riesgo de que padezcas la enfermedad puede ser mayor.

Tabaquismo. Fumar cigarrillos aumenta el riesgo de desarrollar artritis reumatoide, especialmente si tienes una predisposición genética a desarrollar la enfermedad. Fumar también parece estar asociado a una gravedad mayor de la enfermedad.

Sobrepeso. Las personas que tienen sobrepeso parecen presentar un mayor riesgo de desarrollar artritis reumatoide.

Salud
Cada enfermedad tiene una o varias formas de diagnosticarla para así detectarla y luego combatirla (EFE)

Diagnóstico


La artritis reumatoide puede resultar difícil de diagnosticar en las etapas tempranas, debido a que los signos y síntomas tempranos son similares a los de muchas otras enfermedades. No hay un análisis de sangre o hallazgo físico para confirmar el diagnóstico.



Durante la exploración física, el médico revisará las articulaciones para detectar hinchazón, enrojecimiento y temperatura. El médico también puede evaluar tus reflejos y fuerza muscular.




Análisis de sangre


Las personas con artritis reumatoide suelen tener una alta velocidad de sedimentación globular (VSG, también conocida como tasa de sedimentación) o de nivel de proteína C reactiva, lo que indica la presencia de un proceso inflamatorio en el cuerpo. Otros análisis de sangre comunes buscan anticuerpos reumatoideos y antipéptidos cíclicos citrulinados.




Pruebas de diagnóstico por imágenes


El médico puede recomendar radiografías para ayudar a controlar el avance de la artritis reumatoide en las articulaciones con el tiempo. Las pruebas por resonancia magnética y ecografía pueden ayudar al médico a determinar la gravedad de la enfermedad en el cuerpo.


Tratamiento


La artritis reumatoide no tiene cura. Pero los estudios clínicos indican que la remisión de los síntomas es más probable cuando el tratamiento comienza temprano con medicamentos conocidos como medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARD).




Medicamentos


El tipo de medicamento que te recomiende el médico dependerá de la gravedad de los síntomas y del tiempo que hayas tenido artritis reumatoide.



Medicamentos antiinflamatorios no esteroides . Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides pueden aliviar el dolor y reducir la inflamación. Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides de venta libre incluyen ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros) y naproxeno sódico (Aleve). Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides más potentes se venden bajo receta médica. Los efectos secundarios pueden incluir irritación estomacal, problemas cardíacos y daño renal.

Esteroides. Los medicamentos corticosteroides, como la prednisona, reducen la inflamación y el dolor y retrasan el daño articular. Los efectos secundarios pueden incluir el afinamiento de los huesos, aumento de peso y diabetes. Los médicos a menudo recetan un corticosteroide para aliviar los síntomas rápidamente, con el objetivo de reducir gradualmente la medicación.

Medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad convencionales. Estos medicamentos pueden retrasar el avance de la artritis reumatoide y evitar que las articulaciones y otros tejidos sufran daños permanentes. Entre los medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad habituales se incluyen el metotrexato (Trexall, Otrexup, otros), la leflunomida (Arava), la hidroxicloroquina (Plaquenil) y la sulfasalazina (Azulfidine). Los efectos secundarios varían, pero pueden incluir daño hepático e infecciones pulmonares graves.

Agentes biológicos. También conocidos como modificadores de la respuesta biológica, esta nueva clase de medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad incluye abatacept (Orencia), adalimumab (Humira), anakinra (Kineret), certolizumab (Cimzia), etanercept (Enbrel), golimumab (Simponi), infliximab (Remicade), rituximab (Rituxan), sarilumab (Kevzara) y tocilizumab (Actemra).

Los medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad biológicos suelen ser más eficaces cuando se combinan con un medicamento antirreumático modificador de la enfermedad convencional, como el metotrexato. Este tipo de medicamento también aumenta el riesgo de contraer infecciones.



Medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad sintéticos y con diana específica. El baricitinib (Olumiant), el tofacitinib (Xeljanz) y el upadacitinib (Rinvoq) pueden utilizarse en caso de que los medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad convencionales y los agentes biológicos no hayan sido eficaces. Las dosis más altas de tofacitinib pueden aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos en los pulmones, eventos cardíacos graves y cáncer.


Terapia


El médico puede derivarte a un terapeuta ocupacional o fisioterapeuta que puede enseñarte ejercicios para mantener flexibles las articulaciones. El terapeuta también puede sugerir nuevas formas de hacer tareas diarias que serán más fáciles para tus articulaciones. Por ejemplo, es recomendable recoger objetos usando los antebrazos.



Los dispositivos de asistencia pueden ayudar a no esforzar las articulaciones doloridas. Por ejemplo, un cuchillo de cocina con una agarradera ayuda a proteger las articulaciones de la muñeca y de los dedos. Determinadas herramientas, como abotonadores, pueden ayudarte a vestirte. Las tiendas de suministros médicos y los catálogos son excelentes lugares para buscar ideas.




Cirugía


Si los medicamentos no evitan ni retrasan el daño en las articulaciones, tú y el médico pueden considerar la cirugía para reparar las articulaciones dañadas. La cirugía puede ayudar a restaurar tu capacidad de usar la articulación. También puede reducir el dolor y mejorar la función.



La cirugía de artritis reumatoide puede incluir uno o más de los siguientes procedimientos:



Sinovectomía. Una cirugía para extirpar el revestimiento inflamado de la articulación (sinovial) puede ayudar a reducir el dolor y mejorar la flexibilidad de la articulación.

Reparación del tendón. La inflamación y el daño en las articulaciones pueden causar que los tendones de alrededor de la articulación se aflojen o se rompan. El cirujano puede reparar los tendones que rodean la articulación.

Fusión de la articulación. Se puede recomendar una fusión quirúrgica de la articulación para estabilizar o realinear una articulación y para aliviar el dolor cuando el reemplazo de una articulación no es una opción.

Reemplazo total de la articulación. Durante la cirugía para reemplazo de la articulación, el cirujano quita las partes dañadas de la articulación e introduce una prótesis de metal y plástico.

La cirugía conlleva riesgos de sangrado, infección y dolor. Analiza con el médico los beneficios y los riesgos.


Con información de Mayo Clinic

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