Los parásitos son seres vivos que se hospedan dentro de un organismo para poder vivir y cuya presencia puede resultar perjudicial para la salud, sobre todo si no se lleva a cabo una desparasitación periódica.
Estos parásitos pueden traer como consecuencia graves enfermedades estomacales, así como anemia, desnutrición, y afecciones relacionadas con el intestino y colon. Generalmente se suelen ingerir accidentalmente en alimentos contaminados o al estar en contacto con superficies sucias como el suelo o la tierra.
La presencia de estos organismos suelen traer consigo diversos síntomas como dolores abdominales, vómitos, fuertes diarreas, fatiga, pérdida del apetito y palidez generalizada.
Por ello la desparasitación regular, combinada con ciertas medidas de higiene, como lavarse las manos regularmente y sobre todo antes de ingerir alimentos, van a minimizar el riesgo de una infección y la reproducción de estas bacterias dentro de nuestro organismo.
Aunque hoy en día ya existen ciertos medicamentos que ayudan a la expulsión de estos parásitos del cuerpo, las plantas también son unas excelentes aliadas para desparasitar de manera recurrente y tener un organismo más sano.
Algunos ejemplos son las siguientes, de acuerdo con el Atlas de las Plantas de la Medicina Tradicional Mexicana, publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Epazote
El epazote, también conocido como apazote o paico, es una planta muy aromática famosa en el mundo de la gastronomía y también por su uso en la medicina alternativa tradicional.
También llamado como acahualillo o té de milpa en México, esta hierba se encuentra en países como Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, El Salvador, Paraguay, Perú y Venezuela y suele crecer en terrenos arenosos.
El epazote se emplea en mayor medida para tratar padecimientos relacionados con el aparato digestivo.
Esta planta resulta muy útil para tratar casos de parasitosis, enfermedad que se caracteriza por la presencia de diarreas, vómitos, dolor e inflamación del estómago, comezón en el ano, palidez, adelgazamiento, falta de apetito y fatiga.
Para lograr la expulsión de las lombrices mediante la ingestión se debe de hacer un cocimiento de la hoja en agua o leche, mezcla que debe tomarse en ayunos. Es importante que mientras se haga este tratamiento no se coma picante ni carne de cerdo.
Artemisa
La artemisa, cuyo nombre científico es Artemisia vulgaris, es una planta nativa de las áreas templadas de Europa, Asia y el norte de África, pero también en Norteamérica, en donde crece como maleza.
Desde la antigua Grecia ya eran bien conocidas las propiedades medicinales de la artemisa. En un texto de Dioscórides (médico, farmacólogo y botánico griego) se puede ver que esta planta se usaba como remedio para acabar con los gusanos internos.
Bastará con poner a calentar un litro de agua y una vez que esté hirviendo se le agregan 20 gramos de la hoja de artemisa, dejando reposar por cinco minutos. Luego se cuela y se toma caliente como máximo tres veces al día.
Anís
El anís, también conocido como matalahúva o matalahúga, es una planta perteneciente a la familia de las apiáceas que es originaria de Asia sudoccidental y la cuenca mediterránea oriental.
Se trata de una hierba que fue ampliamente cultivada en Egipto y Oriente Medio por su valor medicinal, entre ellos destaca su poderosa acción en las enfermedades relacionadas con el tracto digestivo.
Debido a su acción antihelmíntica, el anís resulta un buen aliado para erradicar las lombrices parasitarias del cuerpo de manera rápida y completa, matándolos o incitándolos a una conducta de huida que disminuye la reproducción de éstos dentro del organismo.
Para tratar las lombrices bastará con calentar una taza de agua y una vez que hierva se le agrega una cucharada de semillas de anís, mismas que se dejan reposar por ocho minutos; posteriormente se cuela y se toma, preferentemente después de las comidas.