El trastorno del espectro autista es una afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con otras personas, lo que causa problemas en la interacción social y la comunicación. El trastorno también comprende patrones de conducta restringidos y repetitivos. El término «espectro» en el trastorno del espectro autista se refiere a un amplio abanico de síntomas y gravedad.
El trastorno del espectro autista comprende afecciones que anteriormente se consideraban independientes, como el autismo, el síndrome de Asperger, el trastorno desintegrativo infantil y una forma no especificada de trastorno generalizado del desarrollo. Algunas personas aún utilizan el término «síndrome de Asperger» que generalmente se considera que está en el período final leve del trastorno del espectro autista.
El trastorno del espectro autista comienza en los primeros años de la infancia y, a la larga, provoca problemas para desenvolverse en la sociedad, por ejemplo, en situaciones sociales, en la escuela y el trabajo. Los niños suelen presentar síntomas de autismo en el primer año. Un número reducido de niños parecen desarrollarse de forma normal en el primer año y luego pasan por un período de regresión entre los 18 y los 24 meses de edad, cuando aparecen los síntomas de autismo.
Si bien no existe una cura para los trastornos del espectro autista, un tratamiento intensivo y temprano puede hacer una gran diferencia en la vida de muchos niños.
Síntomas
Algunos niños presentan signos del trastorno del espectro autista en la primera infancia, como menor contacto visual, falta de respuesta cuando los llaman por su nombre o indiferencia ante las personas responsables del cuidado. Otros niños pueden desarrollarse normalmente durante los primeros meses o años de vida, pero luego repentinamente se vuelven introvertidos o agresivos o pierden habilidades del lenguaje que habían adquirido. En general, los signos se observan a los 2 años.
Es probable que los trastornos del espectro autista tengan un patrón de comportamiento y un nivel de gravedad únicos en cada niño, desde un funcionamiento bajo hasta uno alto.
Algunos niños con trastornos del espectro autista tienen dificultades de aprendizaje y algunos presentan signos de inteligencia inferiores a lo normal. Otros niños con este trastorno tienen una inteligencia entre normal y alta, aprenden rápido, aunque tienen problemas para comunicarse, aplicar lo que saben en la vida diaria y adaptarse a situaciones sociales.
Debido a la combinación única de síntomas que presenta cada niño, a veces, puede ser difícil determinar la gravedad. En general, se basa en el nivel de deterioro y en cómo afecta la capacidad de desenvolverse.
A continuación, se presentan algunos signos frecuentes que tienen las personas con trastornos del espectro autista.
Comunicación e interacción social
Un niño o un adulto con trastorno del espectro autista puede tener problemas con la interacción social y las habilidades de comunicación, incluso presentar cualquiera de los siguientes signos:
No responde a su nombre o, en ocasiones, parece no escucharte
Se resiste a los abrazos y las caricias; además, parece que prefiere jugar solo y se abstrae en su propio mundo
No suele hacer contacto visual y carece de expresión facial
No habla o tiene un desarrollo tardío del habla, o bien pierde la capacidad que tenía para decir palabras u oraciones
No puede mantener ni iniciar una conversación o, tal vez, inicia una solamente para pedir algo o nombrar elementos
Habla con tono o ritmo anormal y es posible que utilice una voz cantarina o que hable como un robot
Repite palabras o frases textuales, pero no comprende cómo usarlas
No parece entender preguntas o indicaciones simples
No expresa emociones ni sentimientos y parece no ser consciente de los sentimientos de los demás
No señala ni trae objetos para compartir sus intereses
Aborda interacciones sociales de forma inadecuada comportándose de manera pasiva, agresiva o perturbadora
Tiene dificultad para reconocer señales no verbales, como la interpretación de las expresiones faciales de otras personas, las posturas corporales o el tono de voz
Patrones de comportamiento
Un niño o un adulto con trastorno del espectro autista puede tener intereses, actividades o patrones de comportamiento repetitivos y limitados, e incluso presentar cualquiera de los siguientes signos:
Realiza movimientos repetitivos, como balancearse, girar o aletear con las manos
Realiza actividades que podrían causarle daño, como morderse o golpearse la cabeza
Desarrolla rutinas o rituales específicos y se altera con el mínimo cambio
Tiene problemas con la coordinación o muestra patrones de movimientos extraños, como ser torpe o caminar en puntas de pie y muestra un lenguaje corporal extraño, rígido o exagerado
Se deslumbra con los detalles de un objeto, como las ruedas que giran en un auto de juguete, pero no entiende el propósito general o el funcionamiento del objeto
Es más sensible que lo habitual a la luz, el sonido o el contacto físico, pero puede ser indiferente al dolor o la temperatura
No participa en juegos de imitación o de simulación
Se obsesiona con un objeto o una actividad con una intensidad o concentración anormales
Tiene preferencias específicas con respecto a los alimentos, como comer solamente unos pocos alimentos o no comer alimentos con una determinada textura
A medida que maduran, algunos niños con trastornos del espectro autista socializan más con otras personas y muestran menos alteraciones del comportamiento. Algunos, generalmente los que tienen problemas menos graves, con el tiempo pueden llevar una vida normal o casi normal. Sin embargo, otros siguen teniendo dificultades con el lenguaje o las habilidades sociales y, en los años de la adolescencia, sus problemas de comportamiento y emocionales pueden empeorar.
Cuándo consultar al médico
Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo y muchos no siguen la cronología exacta que se encuentra en algunos libros sobre crianza. Sin embargo, los niños que padecen trastornos del espectro autista no suelen manifestar signos de retraso en el desarrollo antes de los 2 años.
Si te preocupa el desarrollo de tu hijo o sospechas que puede tener trastornos del espectro autista, coméntale tus inquietudes al médico. Los síntomas de estos trastornos también pueden estar vinculados con otros trastornos del desarrollo.
Los signos del trastorno del espectro autista normalmente aparecen en las primeras etapas del desarrollo cuando se observan retrasos evidentes en las habilidades del lenguaje y las interacciones sociales. El médico podría recomendar pruebas de desarrollo para determinar un posible retraso en las habilidades cognitivas, del lenguaje y sociales de tu hijo si:
No responde con una sonrisa o una expresión de felicidad a los 6 meses o antes
No imita sonidos o expresiones faciales a los 9 meses o antes
No balbucea ni hace gorgoritos a los 12 meses o antes
No hace gestos, como señalar o saludar, a los 14 meses o antes
No dice palabras simples a los 16 meses o antes
No juega a juegos «de simulación» o imitación a los 18 meses o antes
No dice frases de dos palabras a los 24 meses o antes
Pierde las habilidades del lenguaje o sociales a cualquier edad
Factores de riesgo
La cantidad de niños que reciben un diagnóstico de trastornos del espectro autista está aumentando. No está claro si esto se debe a una mejor detección e informe, a un aumento real de la cantidad de casos o a ambos.
Los trastornos del espectro autista afectan a los niños de todas las razas y nacionalidades, pero determinados factores aumentan el riesgo de padecerlos. Estos pueden ser:
El sexo de tu hijo. Los niños tienen cuatro veces más probabilidades de padecer un trastorno del espectro autista que las niñas.
Antecedentes familiares. Las familias con un niño con trastorno del espectro autista tienen un mayor riesgo de tener otro hijo con este trastorno. También es frecuente que los padres o familiares de un niño con trastorno del espectro autista tengan problemas menores con las habilidades sociales y de comunicación, o ciertas conductas típicas de este trastorno.
Otros trastornos. Los niños con ciertas afecciones tienen un riesgo mayor de lo normal de presentar un trastorno del espectro autista o síntomas parecidos a los del autismo. Algunos ejemplos son el síndrome del cromosoma X frágil, un trastorno hereditario que causa problemas intelectuales; la esclerosis tuberosa, una enfermedad en la que se forman tumores benignos en el cerebro; y el síndrome de Rett, una enfermedad genética que se produce casi exclusivamente en las niñas y que provoca un crecimiento más lento de la cabeza, incapacidad intelectual y pérdida del uso útil de la mano.
Bebés extremadamente prematuros. Los bebés que nacen antes de las 26 semanas de gestación pueden tener un mayor riesgo de padecer un trastorno del espectro autista.
Edad de los padres. Puede haber una conexión entre los niños nacidos de padres mayores y el trastorno del espectro autista, pero se necesita más investigación para establecer este vínculo.
Diagnóstico
El médico de tu hijo buscará signos de retrasos en el desarrollo en los controles periódicos. Si tu hijo muestra algún síntoma de trastorno del espectro autista, es probable que te deriven a un especialista que trata a los niños con este trastorno, como un psiquiatra o un psicólogo infantil, un neurólogo pediátrico o un pediatra del desarrollo, para que le hagan una evaluación.
Como el trastorno del espectro autista varía mucho en síntomas y gravedad, puede ser difícil hacer un diagnóstico. No existe un análisis médico específico para determinar este trastorno. En lugar de esto, un especialista puede hacer lo siguiente:
Observar a tu hijo y preguntarte cómo se han desarrollado y cómo han cambiado con el tiempo sus interacciones sociales, sus habilidades de comunicación y su conducta.
Administrarle a tu hijo pruebas que midan la audición, el habla, el lenguaje, el nivel de desarrollo y los problemas sociales y de conducta.
Presentarle a tu hijo interacciones sociales y de comunicación estructuradas y dar un puntaje de su desempeño.
Usar los criterios del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5), publicado por la American Psychiatric Association (Asociación Estadounidense de Psiquiatría).
Trabajar con otros especialistas para determinar un diagnóstico.
Recomendar análisis genéticos para identificar si tu hijo tiene un trastorno genético, como síndrome de Rett o síndrome del cromosoma X frágil.
Tratamiento
No hay cura para el trastorno del espectro autista y no existe un tratamiento único para todos los pacientes. El objetivo del tratamiento es maximizar la capacidad de tu hijo para desempeñarse al reducir los síntomas del trastorno del espectro autista y respaldar el desarrollo y el aprendizaje. La intervención temprana durante los años preescolares puede ayudar a tu hijo a aprender habilidades fundamentales de conducta, de comunicación, funcionales y sociales.
La variedad de tratamientos e intervenciones para el trastorno del espectro autista, en el hogar y en la escuela, puede ser abrumadora y las necesidades de tu hijo pueden cambiar con el paso del tiempo. Tu proveedor de atención médica puede recomendarte opciones y ayudarte a identificar recursos en tu zona.
Si a tu hijo le diagnostican trastorno del espectro autista, habla con expertos sobre la elaboración de una estrategia de tratamiento y forma un equipo de profesionales para atender las necesidades de tu hijo.
Entre las opciones de tratamiento, se encuentran las siguientes:
Terapias de comportamiento y comunicación. Muchos programas abordan la variedad de dificultades sociales, de lenguaje y de comportamiento asociadas al trastorno del espectro autista Algunos programas se centran en reducir las conductas problemáticas y en enseñar nuevas destrezas Otros, se enfocan en enseñarles a los niños cómo actuar en situaciones sociales o cómo comunicarse mejor con los demás El análisis conductual aplicado puede ayudar a los niños a aprender nuevas habilidades y generalizarlas a varias situaciones a través de un sistema de motivación basado en recompensas
Terapias educativas. Los niños con trastorno del espectro autista, a menudo, responden bien a los programas educativos muy estructurados Los programas exitosos, en general, constan de un grupo de especialistas y una variedad de actividades para mejorar las destrezas sociales, la comunicación y el comportamiento Los niños en edad preescolar que reciben intervenciones de comportamiento intensivas e individualizadas en general muestran un buen avance
Terapias familiares. Los padres y otros familiares pueden aprender a jugar e interactuar con sus hijos en formas que promuevan las destrezas de interacción social, controlen los comportamientos problemáticos y les enseñen destrezas y comunicación de la vida cotidiana
Otras terapias. En función de las necesidades de tu hijo, las siguientes actividades pueden ser beneficiosas: terapia de conversación para mejorar las habilidades de comunicación, terapia ocupacional para aprender actividades de la vida diaria y fisioterapia para mejorar el movimiento y el equilibrio Un psicólogo puede recomendar maneras de abordar los comportamientos problemáticos
Medicamentos. Ningún medicamento puede mejorar los signos centrales del trastorno del espectro autista, pero algunos medicamentos específicos pueden ayudar a controlar los síntomas Por ejemplo, se pueden recetar ciertos medicamentos si tu hijo es hiperactivo; a veces, se usan medicamentos antipsicóticos para tratar los problemas graves de comportamiento; y se pueden recetar antidepresivos para tratar la ansiedad Mantén informados a todos los proveedores de atención médica sobre los medicamentos o los suplementos que está tomando tu hijo Algunos medicamentos y suplementos pueden interactuar y provocar efectos secundarios peligrosos
Control de otras afecciones y problemas de salud mental
Además del trastorno del espectro autista, los niños, adolescentes y adultos también pueden tener lo siguiente:
Problemas médicos de salud. Los niños con trastorno del espectro autista también pueden tener otros problemas médicos, como epilepsia, trastornos del sueño, preferencias limitadas de alimentos o problemas estomacales Pregúntale al médico de tu hijo cómo controlar mejor estas afecciones de manera conjunta
Problemas relacionados con la transición a la adultez. Los adolescentes y adultos jóvenes con trastorno del espectro autista pueden tener dificultades para entender los cambios corporales Además, las situaciones sociales se hacen cada vez más complejas en la adolescencia y la tolerancia a las diferencias individuales puede ser menor Los problemas de conducta pueden ser complicados durante la adolescencia
Otros trastornos de salud mental. Los adolescentes y adultos con trastorno del espectro autista a menudo padecen otros trastornos mentales, como ansiedad o depresión Tu médico, tu profesional de salud mental y las organizaciones de servicios y defensa de la comunidad pueden ofrecer ayuda
Hacer planes para el futuro
Por lo general, los niños que tienen trastornos del espectro autista continúan aprendiendo y compensan los problemas a lo largo de su vida, pero la mayoría sigue necesitando algún tipo de apoyo. Planificar las oportunidades futuras de tu hijo, como el empleo, la universidad, la calidad de vida, la independencia y los servicios de apoyo, puede hacer que este proceso sea más fluido.
Con información de Mayo Clinic
SEGUIR LEYENDO