La dedalera, también conocida como digital o chupamieles, es una planta famosa por sus flores de color lila en forma de campanas apiladas en hilera que, más allá de ser ornamental, tiene propiedades medicinales y diversos beneficios a la salud que han pasado entre generaciones.
Esta especie herbácea pertenece a la familia de las Escrofulariáceas y es originaria de Europa, aunque también se encuentra en África, Asia y América del Sur, en especial en Chile y Argentina; florece entre el verano y el otoño.
La dedalera se desarrolla en un ciclo de dos años y se caracteriza por tener hojas rugosas y dentadas; las flores son tubulares de hasta cinco centímetros de largo, con pétalos de color que varían del amarillo pálido hasta el rosa intenso y en el interior y lilas o púrpuras en el exterior.
Esta planta es fácil de encontrar en medio de las montañas, bosques, terraplenes, acantilados y terrenos húmedos, cerca de robles, abetos, encinos, y donde predominen los climas templados, de sombra o semi-sombra.
También llamadas campanas de San Juan, la Digitalis purpurea fue utilizada por primera vez en el siglo XVIII en pacientes con insuficiencia cardíaca, según documentó el médico y botánico británico William Witherling, quien descubrió que una de sus grandes ventajas era en tratamientos para el ritmo cardíaco irregular.
Además de sus propiedades antiarrítmicas, se sabe que esta especie tiene las siguientes cualidades:
Antidiabéticas: que se usa para prevenir y tratar la diabetes, ya que regula los niveles de glucosa para mantenerlos dentro de un rango normal y prevenir complicaciones asociadas con la enfermedad, como daño a los vasos sanguíneos, los nervios, los riñones y otros órganos.
Antitumorales: que previene, inhibe o trata el crecimiento de tumores actuando de diversas maneras para combatir el desarrollo y la propagación de células cancerosas.
Diuréticas: que aumenta la producción de orina y promueve la eliminación de líquidos del cuerpo y son utilizados en medicina para tratar condiciones relacionadas con la retención de líquidos, como la hipertensión, la insuficiencia cardíaca congestiva, el edema y algunos trastornos renales.
Antioxidantes: que tiene la capacidad de inhibir o reducir la oxidación de otras moléculas en el cuerpo que forman radicales libres, es decir, moléculas inestables que pueden causar daño a las células y contribuir al envejecimiento y a diversas enfermedades, incluyendo enfermedades cardíacas y cáncer.
Sin embargo, la dedalera también posee ciertas sustancias que podrían resultar tóxicos para la salud, por lo que al emplearla se debe recurrir a un experto, pues sólo se permite su uso farmacológico y médico.
De acuerdo con la revista Drugs, entre los principales compuestos activos que tiene la dedalera están alrededor de 30 glucósidos diferentes, saponinas esteroidales, flavonoides, antraquinonas y ácidos orgánicos.
Función cardiovascular: Los diversos glucósidos que tiene esta hierba ayudan a inhibir la adenosina trifosfatasa de sodio y potasio, que permite que el calcio se acumule en los miocitos, lo que conduce a una mayor contractilidad cardíaca, regulando a su vez el ritmo cardíaco. En dosis más altas podría ocurrir lo contrario.
Heridas de la piel: Esta planta es usada en algunas cremas o ungüentos para tratar quemaduras y daños en la piel, pues se ha comprobado que es un auxiliar para regenerar las células dañadas
Eliminación de toxinas: Debido a sus propiedades diuréticas, ayuda a eliminar las toxinas y el exceso de sales del cuerpo, siendo capaz de actuar como un limpiador de riñones e hígado.
Precauciones
La manipulación de la dedalera debe hacerse por expertos en la medida de lo posible, pues esta planta segrega un compuesto tóxico conocido como digitalina que en grandes cantidades puede llegar a afectar el funcionamiento cardíaco.
También se tienen registrados como efectos secundarios la visión borrosa, náuseas, dolor de cabeza, diarrea, confusión, alteraciones visuales, arritmias cardiacas, temblores, entre otras que pueden llegar a ser mortales, por lo que su consumo debe hacerse bajo supervisión.
No está recomendado para mujeres embarazadas, que están lactando y niños.