Los tumores de los nervios periféricos son crecimientos en o cerca de las hebras de tejido (nervios) que transmiten señales del cerebro al resto del cuerpo. De acuerdo con la organización sin fines de lucro y especializada en salud, Mayo Clinic, estos nervios controlan los músculos para caminar, parpadear, tragar, levantar objetos y hacer otras actividades.
Estos tumores pueden formarse en cualquier parte del cuerpo. La mayoría de ellos no son cancerosos, pero pueden provocar dolor, lesiones a los nervios y la pérdida de función en la zona afectada.
El tratamiento de este padecimiento suele implicar una cirugía para extirpar el tumor. Sin embargo, a veces, no se puede extirpar sin dañar el tejido sano y los nervios cercanos. En estos casos, se pueden recomendar otros tratamientos.
Pueden producirse varios tipos de tumores de los nervios periféricos. Estos tumores afectan a los nervios porque crecen dentro de estos (tumores intraneurales) o los presionan (tumores extraneurales).
Síntomas de los tumores
Los síntomas de un tumor en el nervio periférico se desarrollan a partir de los efectos directos sobre el nervio principal o del tumor que presiona los nervios, vasos sanguíneos o tejidos cercanos.
A medida que el tumor crece, es probable que cause signos y síntomas, aunque el tamaño de este no siempre determina los efectos.
Los signos de los tumores de los nervios periféricos varían dependiendo de la ubicación de los tumores y de los tejidos afectados. Por ejemplo:
- Hinchazón o un bulto bajo la piel
- Dolor, hormigueo o entumecimiento
- Debilidad o pérdida de función en la zona afectada
- Mareos o pérdida del equilibrio
Consulta con el médico cuando tengas cualquiera de los síntomas mencionados, especialmente si tienes una protuberancia que crece rápidamente.
Factores de riesgo
Los tumores de los nervios periféricos son más frecuentes en las personas que tienen las siguientes enfermedades:
Neurofibromatosis (tipo 1 y tipo 2) y schwannomatosis: En estos trastornos, los tumores se desarrollan en los nervios de todo el cuerpo o cerca de ellos. Estos tumores, que suelen ser múltiples, pueden provocar una variedad de síntomas y signos dependiendo de su ubicación. Suelen ser no cancerígenos.
Antecedentes de radioterapia: Si has estado expuesto a la radiación, tienes un mayor riesgo de presentar tumores en los nervios periféricos años más tarde.
Diagnostico
Para diagnosticar un tumor del nervio periférico, el médico puede preguntarte sobre los signos y síntomas, conversar sobre tus antecedentes médicos y realizar un examen físico y neurológico general. Puede solicitar varias pruebas para ayudar a precisar la causa de tus signos y síntomas.
Imágenes por resonancia magnética
En este estudio se usan un imán y ondas de radio para producir una vista tridimensional detallada de los nervios y de los tejidos circundantes.
Tomografía computarizada
El tomógrafo computarizado gira alrededor del cuerpo para registrar una serie de imágenes. Una computadora utiliza las imágenes para producir una vista detallada del tumor del nervio periférico de modo que el médico evalúe cómo te está afectando.
Electromiografía
Para esta prueba, el médico te coloca pequeñas agujas en los músculos para que un instrumento de electromiografía registre la actividad eléctrica del músculo mientras intentas moverlo.
Estudio de conducción nerviosa
Es probable que te realicen esta prueba junto con la electromiografía. Esta prueba mide la rapidez con que los nervios transportan señales eléctricas a los músculos.
Biopsia del tumor
Si las pruebas por imágenes identifican la presencia de un tumor de los nervios, es posible que el médico extirpe y analice una pequeña muestra de las células (biopsia) del tumor. Según el tamaño y la ubicación del tumor, es posible que necesites anestesia local o general durante la biopsia. A veces esta es la única manera de determinar si un tumor es canceroso.
Biopsia del nervio
Si tienes una afección tal como una neuropatía periférica progresiva o un agrandamiento de los nervios que se asemeja a los tumores de los nervios, es posible que tu médico realice una biopsia del nervio.
Los tumores en los nervios periféricos son poco comunes. Pregúntale a tu médico si tiene experiencia en el diagnóstico y el tratamiento de estos tumores. Si es necesario, pide una segunda opinión.
El tratamiento
El tratamiento del tumor del nervio periférico depende del tipo de tumor que tenga, de los nervios y otros tejidos a los que afecta y de sus síntomas. Las opciones de tratamiento para los tumores del nervio periférico incluyen:
Control:
Esperar y observar si el tumor crece puede ser una opción si el tumor está en un lugar que dificulta la extirpación o si es pequeño, de crecimiento lento y causa pocos o ningún signo o síntoma. Se te realizarán chequeos regulares y posiblemente exploraciones por tomografías computarizadas o resonancias magnéticas cada pocos meses para determinar si el tumor está creciendo.
Cirugía:
Es posible que necesites una cirugía para extirpar un tumor en los nervios periféricos. El objetivo de la cirugía es extirpar todo el tumor sin dañar el tejido sano ni los nervios cercanos. Cuando eso no es posible, el cirujano extrae la mayor cantidad de tumor que puede.
Las técnicas y los instrumentos modernos permiten que los neurocirujanos puedan alcanzar tumores en zonas que antes se consideraban inaccesibles. Los microscopios de alta potencia que se utilizan en la microcirugía facilitan la distinción entre un tumor y un tejido sano. Los médicos también pueden controlar la función de los nervios durante la cirugía, lo que ayuda a preservar el tejido sano.
Según la ubicación y el tamaño del tumor maligno de los nervios periféricos, la cirugía puede causar lesión a los nervios y discapacidad. A menudo, el riesgo se basa en el tamaño y la ubicación del tumor y del enfoque quirúrgico utilizado. Algunos tumores vuelven a crecer.
Radiocirugía estereotáctica:
Tu médico puede recomendarte una radiocirugía estereotáctica para tratar algunos tumores de los nervios periféricos en el cerebro o alrededor de él. Durante una radiocirugía estereotáctica, como la radiocirugía con bisturí de rayos gamma, los médicos envían radiación a un tumor de manera precisa sin hacer una incisión.
Los riesgos de la radiocirugía incluyen debilidad o entumecimiento en el área tratada y fracaso del tratamiento (crecimiento continuo del tumor). Existe la posibilidad remota de que, a futuro, la radiación provoque cáncer en la zona tratada.
Tratamiento oncológico:
Los tumores malignos se tratan con terapias estándar contra el cáncer, como la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia. El diagnóstico y el tratamiento tempranos son los factores más importantes que dan lugar a un buen resultado. Los tumores pueden reaparecer después del tratamiento.
Rehabilitación:
Después de la cirugía, es posible que necesites rehabilitación física. El médico puede utilizar un aparato ortopédico o una férula para mantener el brazo o la pierna en una posición que te ayude a sanar. Los fisioterapeutas y los terapeutas ocupacionales pueden ayudarte a recuperar la función y el movimiento perdidos debido a daños en los nervios o a la amputación de miembros.
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