Qué hacer en caso de cruda o resaca y cuáles son los signos de peligro para la salud

Lo que puede ser únicamente el efecto de una noche de copas, puede convertirse en un mayor malestar para la salud

Guardar
Si bien en la mayoría
Si bien en la mayoría de los casos la cruda se quita sola, en ocasiones puede causar daños que ponen en peligro la vida (Imagen Ilustrativa Infobae)

La resaca o cruda es un grupo de signos y síntomas desagradables que pueden presentarse después de tomar demasiado alcohol, según explica la organización sin fines de lucro y especializada en salud, Mayo Clinic.

Como si sentirse mal no fuera suficiente, estos malestares frecuentes también están asociadas con un desempeño deficiente y conflictos en el trabajo.

Como regla general, cuanto más alcohol se toma, más probabilidades se tiene de sufrir una resaca el día siguiente. Sin embargo, no hay una fórmula mágica que indique cuánto alcohol se puede tomar de manera segura y, aun así, evitar la cruda.

Si bien son desagradables, la mayoría de los casos de resaca desaparecen solos, aunque pueden durar hasta 24 horas. En el caso de que se elija tomar alcohol, hay que hacerlo de manera responsable puede ayudarte a evitar futuras crudas.

Síntomas de cruda

Los síntomas de la resaca, habitualmente, comienzan cuando el alcohol en sangre baja de manera importante hasta alcanzar, o casi alcanzar, cero grados. Por lo general, su efecto es máximo la mañana siguiente después de una noche de haber bebido mucho.

Según qué bebida y cuánta cantidad se haya tomado, se podrían tener los siguientes síntomas:

  • fatiga y debilidad
  • sed excesiva y sequedad de boca
  • dolores musculares y de cabeza
  • náuseas, vómitos y dolor estomacal
  • menos horas de sueño o de mala calidad
  • aumento de la sensibilidad a la luz y al sonido
  • mareos, temblores,
  • menor capacidad para concentrarte
  • alteraciones del estado de ánimo
  • como depresión, ansiedad e irritabilidad

Cuándo la resaca es signo de urgencia

La resaca puede convertirse en
La resaca puede convertirse en una emergencia médica (MARÍA JOSÉ MARTÍNEZ /CUARTOSCURO.COM)

Las resacas después de una sola noche de haber bebido se van solas. Se debe hablar con un médico si es preocupante la forma en la que se bebe alcohol y esto causa una abstinencia grave, o si las resacas regulares afectan tu calidad de vida como las relaciones personales y tu desempeño en el trabajo.

Los signos más graves que acompañan al consumo excesivo de alcohol pueden indicar una intoxicación por alcohol, una urgencia que pone en riesgo la vida.

Se debe llamar al 911 o al número local de emergencias si una persona que estuvo bebiendo presenta:

  • confusión
  • vómitos
  • convulsiones
  • respiración lenta o irregular
  • color de la piel azulada o pálida
  • temperatura corporal baja (hipotermia)
  • dificultad para mantenerse consciente
  • desmayo (pérdida del conocimiento) e imposibilidad para despertarla.

Una persona que perdió el conocimiento y que no se puede despertar, corre riesgo de muerte. Si una persona tiene intoxicación por alcohol, incluso cuando no se vean los signos clásicos, hay que buscar atención médica de inmediato.

Causas de la cruda

Las resacas son provocadas por beber demasiado alcohol. Para algunas personas, un solo trago con alcohol es suficiente para provocar una cruda, mientras que otras pueden beber mucho sin padecerla.

Son varios los factores que contribuyen a causar la resaca son los siguientes:

El alcohol hace que el cuerpo produzca más orina, lo que puede provocar deshidratación; esto se manifiesta con sed, mareos y aturdimiento.

El alcohol desencadena una respuesta inflamatoria por parte del sistema inmunitario, el cual puede activar ciertos agentes que con frecuencia producen síntomas físicos, como incapacidad para concentrarte, problemas de memoria, disminución del apetito y falta de interés en las actividades habituales.

Basta con beber en exceso
Basta con beber en exceso para tener una cruda, pero hay otros factores que facilitan la aparición de la resaca (Shutterstock)

El alcohol irrita el revestimiento del estómago, ya que aumenta la producción de ácido en el estómago y demora el vaciado estomacal. Cualquiera de estos factores puede causar dolor abdominal, náuseas o vómitos.

El alcohol puede provocar una caída del azúcar en sangre. Si el nivel de azúcar en sangre cae a niveles muy bajos, puedes tener fatiga, debilidad, temblores, alteración del estado de ánimo e, incluso, convulsiones.

El alcohol hace que los vasos sanguíneos se dilaten, y esto puede provocar dolores de cabeza.

El alcohol puede producirte sueño, pero impide que se alcancen las fases del sueño más profundas y suele provocar despertar en medio de la noche, lo que hace sentir atontado y cansado.

Las bebidas alcohólicas tienen unos ingredientes llamados congéneres que le dan a las bebidas alcohólicas el sabor y pueden contribuir a causar la resaca. Los congéneres están concentrados en cantidades más grandes en las bebidas alcohólicas oscuras, como el brandy y el whisky, que en las bebidas transparentes, como el vodka y la ginebra.

Los congéneres aumentan la probabilidad de tener cruda o que sea más intensa. Sin embargo, beber demasiado alcohol siempre puede hacer que te sientas mal a la mañana siguiente, más allá del color de la bebida.

Factores de riesgo de la resaca

La reacción del cuerpo ante
La reacción del cuerpo ante el consumo de alcohol no es igual en todas las personas (Shutterstock)

Cualquier persona que toma alcohol puede tener resaca, aunque algunas personas son más propensas a que otras. Una variación genética que afecta la forma en que se metaboliza el alcohol puede hacer que algunas personas se ruboricen, suden o se enfermen después de beber, aunque sea una pequeña cantidad de alcohol.

Los factores que hacen que la resaca sea más probable o más grave son:

Beber con el estómago vacío: cuando no hay alimento en el estómago, el alcohol se absorbe más rápido.

Consumir otras drogas junto con el alcohol: la combinación del alcohol con el tabaco parece aumentar la probabilidad de despertarse con resaca.

No dormir bien o lo suficiente después de beber: algunos investigadores creen que los síntomas de la resaca, en general, se deben, al menos en parte, al ciclo de sueño corto y de mala calidad que suele seguir a una noche en la que se bebió alcohol.

Tener antecedentes familiares de alcoholismo: tener familiares cercanos con antecedentes de alcoholismo puede indicar un problema hereditario con la forma en que el organismo procesa el alcohol.

Tomar bebidas alcohólicas de color más oscuro: las bebidas de color más oscuro suelen tener un volumen alto de congéneres y aumentan la probabilidad de tener resaca.

Complicaciones de la cruda

La cruda no solo es
La cruda no solo es molesta por si sola, puede provocar complicaciones de salud más preocupantes (Shutterstock)

Cuando tienes resaca, es probable que sufras problemas con las siguientes funciones biológicas: la memoria, la concentración y la destreza.

No es de extrañar que este entorpecimiento transitorio de las habilidades aumente el riesgo de una cantidad de problemas en la escuela o en el trabajo, tales como los siguientes: ausentismo, dificultad para completar las tareas, conflictos con otras personas, quedarte dormido en la escuela o en el trabajo y lesiones en el lugar de trabajo.

Prevención ante la resaca

A pesar de que se afirma que varios comprimidos y tabletas de venta libre previenen las resacas, la única forma garantizada para prevenir una resaca es evitar el alcohol. Si optas por beber alcohol, hazlo con moderación.

Mientras menos alcohol bebas, menos probabilidades hay de que tengas resaca. Los siguientes consejos pueden ser útiles:

Comer antes de beber y mientras lo estés haciendo: como el alcohol se absorbe más rápido si el estómago está vacío, comer algo antes de beber alcohol y mientras estás bebiendo puede ser útil.

Elegir con cuidado: las bebidas con menos congéneres tienen un poco menos de probabilidades de causar resacas que los tragos con más congéneres, pero recuerda que todos los tipos de alcohol pueden provocar resaca.

Tomar algunos sorbos de agua entre las bebidas: tomar un vaso lleno de agua después de cada bebida alcohólica te ayudará a mantenerte hidratado y a beber menos alcohol.

Conocer límites y beber con moderación: Decidir de antemano cuántas copas vas a tomar y no te excedas. No se debe sentir presiones al beber.

Beber lentamente: Evitar tomar más de un trago con alcohol por hora. Dejar de beber cuando se llegue a su límite (o antes).

Algunas personas toman analgésicos de venta libre, como aspirina o ibuprofeno, para prevenir los síntomas de la resaca. Sin embargo, es importante preguntar al médico si esto es seguro y qué dosis es la más adecuada.

Tratamiento contra la cruda

Existen varías recomendaciones para contrarrestar
Existen varías recomendaciones para contrarrestar la cruda (Shutterstock)

La única cura segura para la resaca es el tiempo. Mientras tanto, aquí se enumeran algunas cosas que se pueden hacer para sentirte mejor:

Tomar sorbos de agua o de jugo de fruta para prevenir la deshidratación. Resistir la tentación de curar la cruda con más alcohol. Lo único que lograrás es sentirte peor.

Comer un tentempié, alimentos blandos, como una tostada o galletitas, pueden servir para subir el azúcar en sangre y asentar el estómago. Los caldos pueden ayudar a reponer la sal y el potasio que perdiste.

Tomar algún analgésico: una dosis estándar de un analgésico de venta libre puede aliviar el dolor de cabeza. Pero la aspirina puede irritar el estómago. Y si se suele beber alcohol en exceso, el paracetamol puede provocar daño hepático grave en dosis que antes se consideraban seguras.

Volver a la cama: si duermes lo suficiente, tal vez la resaca se haya pasado cuando te despiertes.

Las propuestas de remedios alternativos para la resaca abundan, aunque los estudios no han encontrado remedios naturales que mejoren los síntomas de la resaca de manera consistente.

Se debe de consultar con el médico antes de probar con la medicina alternativa. Hay que tener presente que “natural” no siempre quiere decir “seguro”. El médico puede ayudar a comprender los posibles riesgos y beneficios antes de probar un tratamiento.

Guardar