Prediabetes: estas son las señales de alerta, factores de riesgo y complicaciones

Si la diabetes es una enfermedad silenciosa, la prediabetes lo es aún más, pero detectando los signos de alerta y cambiando el estilo de vida, aún se está a tiempo de revertir el problema

Cuando se tiene diabetes no hay vuelta atrás (Imagen Ilustrativa Infobae)

La prediabetes ocurre cuando una persona tiene un nivel de glucosa sanguínea más alta de lo normal, aunque no lo suficientemente alto como para considerarse diabetes, así lo explica Mayo Clinic, una organización sin fines de lucro especializada en salud.

Esta enfermedad es una señal de alerta, si no hacen cambios en el estilo de vida pertinentes, los adultos y niños con prediabetes son más propensos a desarrollarla.

Si se padece prediabetes, es posible que ya esté comenzando el daño a largo plazo de la diabetes, especialmente, en el corazón, los vasos sanguíneos y los riñones.

Comer alimentos saludables, hacer actividad física como parte de tu rutina diaria y mantener un peso saludable puede ayudar a que el nivel de glucosa sanguínea vuelva a la normalidad.

Los mismos cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a prevenir la diabetes tipo 2 en adultos, también a que los niveles de glucosa sanguínea en niños vuelvan a la normalidad.

Cuáles son los síntomas de la prediabetes

El chequeo constante de la azúcar en la sangre puede ser importante para la detección temprana de la prediabetes (Getty Images)

La prediabetes no suele presentar ningún síntoma. Un posible signo es el oscurecimiento de la piel en ciertas partes del cuerpo. Las áreas afectadas pueden incluir el cuello, las axilas y la ingle.

Los signos clásicos que sugieren que has pasado de la prediabetes a la diabetes tipo 2 incluyen el aumento de la sed, micción frecuente, aumento del hambre, fatiga, visión borrosa, entumecimiento u hormigueo en los pies o las manos, infecciones frecuentes, llagas que tardan en cicatrizar y pérdida de peso involuntaria.

Cuáles son las causas

Si bien se desconoce la causa exacta de la prediabetes, los antecedentes familiares y la genética parecen ser un factor importante. Lo que está claro es que las personas con prediabetes ya no procesan el azúcar (glucosa) correctamente.

La mayor parte de la glucosa en el cuerpo proviene de los alimentos que comes. Cuando se digiere la comida, el azúcar entra en el torrente sanguíneo. La insulina permite que el azúcar entre en las células y reduce la cantidad de glucosa en la sangre.

La insulina es producida por una glándula situada detrás del estómago, llamada páncreas. El páncreas envía insulina a la sangre cuando comes. Cuando el nivel de glucosa en la sangre comienza a bajar, el páncreas ralentiza la secreción de insulina en la sangre.

Cuando tienes prediabetes, este proceso no funciona tan bien. En consecuencia, en lugar de alimentar las células, el azúcar se acumula en el torrente sanguíneo. Esto puede deberse a que el páncreas no produce suficiente insulina o las células se vuelven resistentes a la insulina y no permiten la entrada de tanta azúcar.

Factores de riesgo

La prediabetes puede aparecer desde edades muy tempranas (Shutterstock)

Los mismos factores que aumentan las probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 también aumentan el riesgo de prediabetes.

Algunos de estos factores incluyen el sobrepeso, el tamaño de la cintura, la alimentación, inactividad, la edad, antecedentes familiares, diabetes gestionar, síndrome ovario poliquístico, sueño y humo de tabaco.

El sobrepeso es un factor de riesgo importante de la prediabetes. Cuanto más tejido graso tengas, más resistentes a la insulina se volverán las células.

Una cintura grande puede indicar resistencia a la insulina. El riesgo de resistencia a la insulina aumenta en los hombres con cinturas de más de 40 pulgadas (unos 100 cm) y en las mujeres con cinturas de más de 35 pulgadas (unos 90 cm).

Comer carne roja y carne procesada, así como beber bebidas endulzadas con azúcar, se asocia con un mayor riesgo de prediabetes. Cuanta menos actividad física se haga, mayor será el riesgo de prediabetes.

Aunque la diabetes puede desarrollarse a cualquier edad, el riesgo de prediabetes aumenta después de los 45 años. El riesgo de prediabetes aumenta si el padre, madre o hermano tienen diabetes tipo 2.

Si se tuvo diabetes durante el embarazo (diabetes gestacional), la madre y el hijo corren un mayor riesgo de desarrollar prediabetes.

Los cambios de hábitos son fundamentales para contrarrestar la prediabetes (Getty Images)

Las mujeres con síndrome de ovario poliquístico, que se caracteriza por períodos menstruales irregulares, exceso de crecimiento del pelo y obesidad, tienen un mayor riesgo de prediabetes.

Las personas con apnea obstructiva del sueño, una afección que produce interrupciones repetidas mientras duermes, tienen un mayor riesgo de resistencia a la insulina.

Fumar puede aumentar la resistencia a la insulina y el riesgo de diabetes tipo 2 en personas que tienen prediabetes. Fumar también aumenta el riesgo de sufrir complicaciones como consecuencia de la diabetes.

Entre otras afecciones relacionadas con un mayor riesgo de prediabetes, se incluyen la hipertensión arterial, los niveles bajos de colesterol de las lipoproteínas de alta densidad (HDL) o el colesterol “bueno”, así como niveles altos de triglicéridos, un tipo de grasa de la sangre.

Cuando ciertas afecciones ocurren junto con la obesidad, se asocian con la resistencia a la insulina y pueden aumentar el riesgo de padecer diabetes, enfermedades cardíacas y accidente cerebrovascular. Una combinación de tres o más de estas afecciones generalmente se denomina síndrome metabólico: presión arterial alta, niveles bajos de las lipoproteínas de alta densidad, triglicéridos altos. niveles altos de glucosa en la sangre y gran tamaño de la cintura.

Complicaciones

La prediabetes puede provocar serias complicaciones (iStock)

La prediabetes se ha relacionado con daños a largo plazo, entre otros, en el corazón, los vasos sanguíneos y los riñones, incluso si no ha progresado a la diabetes tipo 2. La prediabetes también está relacionada con ataques cardíacos no reconocidos (asintomáticos).

Esta puede avanzar a diabetes tipo 2, lo cual puede llevar a hipertensión arteria, colesterol alto, enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular, enfermedad renal, daño en los nervios, enfermedad del hígado graso, daño ocular, incluida la pérdida de visión y amputaciones.

Cuál es el tratamiento

Una mejor alimentación y mayor actividad física puede ser suficiente para contrarrestar la prediabetes (Getty Images)

Las elecciones de un estilo de vida saludable pueden ayudarte a que el nivel de glucosa en la sangre vuelva a la normalidad, o al menos a evitar que se eleve a los niveles que se observan en la diabetes tipo 2.

Una dieta con gran cantidad de frutas, verduras, frutos secos, granos integrales y aceite de oliva se asocia con un menor riesgo de prediabetes. Elige alimentos con bajo contenido de grasa y calorías, así como con alto contenido de fibra. Come una variedad de alimentos que te ayuden a alcanzar tus objetivos sin comprometer el sabor o la nutrición.

La actividad física te ayuda a controlar tu peso, consume azúcar para generar energía y hace que el cuerpo utilice la insulina de manera más eficaz. Intenta realizar al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad aeróbica intensa a la semana, o una combinación de actividad moderada e intensa.

Si tienes sobrepeso, perder solo entre el 5% y el 7 % de tu peso corporal puede reducir el riesgo de tener diabetes tipo 2. Para mantener tu peso en un rango saludable, concéntrate en los cambios permanentes en los hábitos de alimentación y de ejercicio.

Dejar de fumar puede mejorar el funcionamiento de la insulina, lo que mejora el nivel de glucosa en la sangre.

Si tienes un alto riesgo de tener diabetes, el médico podría recomendarte metformina. También se podrían recetar medicamentos para controlar el colesterol y la presión arterial alta.

Los niños con prediabetes deben seguir los cambios en el estilo de vida recomendados para los adultos con diabetes tipo 2, que incluyen bajar de peso, ingerir menos grasas y carbohidratos refinados, así como más fibras, reducir el tamaño de las porciones, salir a comer con menor frecuencia, pasar al menos una hora diaria haciendo actividad física.

No se recomienda el uso de medicamentos para los niños con prediabetes, a menos que los cambios en el estilo de vida no mejoren los niveles de glucosa sanguínea. Si se requiere un medicamento, la metformina suele ser el fármaco que se recomienda.