Cuáles son las propiedades medicinales de la poderosa “hierba de la Virgen”

Los beneficios a la salud que traen consigo las plantas medicinales provocan que, en ocasiones, se les atribuyan orígenes místicos o cuasi religiosos. Tal es el caso de la Justicia spicigera Schechtendal, un arbusto con innumerables usos curativos que le han valido uno de sus tantos nombres populares como lo es la “hierba de la Virgen”.

Se trata de una planta originaria de América Latina, particularmente de México y Colombia, que se caracteriza por medir 1.5 metros de alto, con hojas medio alargadas, con un color verde muy intenso y unas bellas flores color naranja o rojo pálido.

También conocida como muitle o muicle, a esta planta se le atribuyen diferentes propiedades medicinales, de acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) de México.

Uno de los usos tradicionales poco conocidos de la “hierba de la Virgen” es en el combate de problemas de salud mental, un tema que en los últimos años se ha ido visibilizando cada vez más.

Esta planta medicinal, según la Semarnat, se usa en tratamientos contra la ansiedad y la depresión, dos trastornos que son más comunes de lo que parece.

También disminuye los síntomas de abatimiento y desesperanza si se usa de manera regular, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Guadalajara citado por las mismas autoridades federales mexicanas.

En el mismo sentido, la “hierba de la Virgen” se utiliza en el combate de los síntomas emocionales asociados con la menopausia, como lo son el malhumor, la tristeza y la irritabilidad.

En estos casos, se recomienda preparar una infusión con la flor y las hojas de la planta, para luego beberla.

Otro de los usos tradicionales de la “hierba de la virgen” es en el combate y la prevención de la anemia y la diabetes, dos enfermedades que suelen relacionarse con la alimentación.

En el caso particular de la anemia, que se presenta cuando la sangre produce una cantidad inferior a la normal de glóbulos rojos sanos, se recomienda preparar un tónico de la planta junto con fruta.

En el mismo sentido, la “hierba de la Virgen” es considerado un potente regenerador de la sangre, beneficios que se obtienen también bebiendo una infusión preparada con la planta.

La “hierba de la Virgen” también se utiliza en la medicina tradicional para combatir malestares gastrointestinales como la diarrea, la cual se trata bebiendo una infusión de sus hojas, ramas y flores.

También se le atribuyen propiedades digestivas, es decir, que su consumo ayuda a tener una mejor digestión.

De igual forma, se le considera un desintoxicante, lo que significa que elimina toxinas del cuerpo; antipirético, que combate la fiebre; y antibiótico, que combaten infecciones causadas por bacterias.

El extracto de la “hierba de la Virgen” se utiliza también como enjuague bucal.

Como la gran mayoría de las plantas medicinales, la “hierba de la Virgen” ha resultado eficaz en el combate de enfermedades respiratoria.

Por ejemplo, sus hojas poseen propiedades fluidificantes que favorecen la secreción de mucosidad producida en el sistema respiratorio por bacterias o virus.

Además, es sumamente efectivo para despejar las vías respiratorias mediante vaporizaciones.

Sin importar el nivel de seguridad de las plantas medicinales, siempre se deben de tomar en cuenta las contraindicaciones y efectos secundarios.

En el caso de la “hierba de la Virgen” se debe tener en cuenta que, al igual que con cualquier planta, es posible la aparición de alergias. Las reacciones alérgicas pueden variar desde leves, como picazón o enrojecimiento, hasta más graves, como dificultad para respirar.

Si se experimenta cualquier síntoma de alergia, se debe detener su consumo y buscar atención médica de inmediato.

También puede haber interacciones con medicamentos. Algunas plantas pueden afectar la eficacia de ciertos medicamentos o potenciar sus efectos secundarios.

Las mujeres embarazadas o lactantes deben tener precaución al tomar cualquier suplemento o planta medicinal, ya que algunas sustancias pueden tener efectos negativos en el feto o el bebé.

Algunas personas pueden experimentar problemas gastrointestinales como náuseas, vómitos o diarrea.