El dolor fantasma surge cuando una persona siente un dolor en una parte del cuerpo que ya no está, como un brazo o una pierna amputada, según explica la organización sin fines de lucro y especializada en salud, Mayo Clinic.
En un principio, los médicos creían que este fenómeno era un problema psicológico, sin embargo, en la actualidad se sabe que sensaciones reales se originan en la médula espinal y el cerebro.
La mayoría de las personas a quienes se les amputó una extremidad dicen que a veces sienten como si la extremidad amputada todavía estuviera allí. Este fenómeno indoloro no es lo mismo que el dolor fantasma y se le conoce como miembro fantasma.
Para algunas personas, el dolor fantasma mejora con el tiempo sin tratamiento, para otras, controlar el dolor fantasma puede ser un desafío.
Síntomas
De acuerdo con Mayo Clinic, los síntomas del dolor fantasma regularmente comienzan dentro de la primera semana posterior a la amputación, aunque se puede demorar algunos meses o más.
En otras ocasiones, el dolor aparece y desaparece o es continuo, además, puede describirse como un disparo, una puñalada, un calambre, un pinchazo, un apretujón, una pulsación o ardor.
Los síntomas afectan la parte del miembro más alejada del cuerpo, como el pie de una pierna amputada.
No todas las personas que sufren amputaciones desarrollan dolor fantasma. Algunos factores que podrían aumentar el riesgo de dolor fantasma son el dolor previo a la amputación o de la extremidad residual.
Las personas que sienten dolor en un miembro antes de la amputación suelen padecerlo después. Esto puede deberse a que el cerebro retiene en la memoria el dolor y sigue enviando señales de dolor, incluso después de que se haya amputado la extremidad.
Mientras que las personas que generalmente sienten dolor en la extremidad residual también sienten dolor fantasma. Es posible que el dolor de la extremidad residual sea el resultado de un crecimiento anormal en las terminales nerviosas dañadas que a menudo causa una actividad nerviosa dolorosa.
Causas
La causa exacta del dolor fantasma no es clara, pero parece originarse en la médula espinal y en el cerebro, según explica Mayo Clinic.
Resonancias magnéticas o tomografías por emisión de positrones muestran que las partes del cerebro que habían estado neurológicamente conectadas a los nervios del miembro amputado muestran actividad cuando la persona siente dolor fantasma.
Muchos expertos consideran que el dolor fantasma puede al menos explicarse parcialmente como una respuesta a las señales mezcladas del cerebro.
Luego de una amputación, las zonas de la médula espinal y del cerebro pierden las señales provenientes del miembro ausente y se ajustan a esta separación de maneras que no pueden predecirse. El resultado puede desencadenar el mensaje más básico del cuerpo para cuando algo no está bien: dolor.
Los estudios demuestran que después de una amputación, el cerebro puede reasignar el circuito sensorial de esa parte del cuerpo a otra. En otras palabras, como la parte amputada ya no puede recibir información sensorial, la información es derivada a otra parte, de una mano faltante a una mejilla aún presente, por ejemplo.
Así que cuando se toca la mejilla, es como si también se tocara la mano que falta. Como esto es aún otra versión de las vías sensoriales enredadas, el resultado puede ser el dolor.
Se cree que una cantidad de otros factores también contribuyen al dolor fantasma, como el daño a las terminales nerviosas, el tejido cicatricial en la zona de la amputación y la memoria corporal, que almacena recuerdos del dolor de la zona afectada previa a la amputación.
Una prótesis mal ajustada también puede causar dolor, aunque normalmente se considera una causa de dolor de la extremidad residual.
Tratamiento
Puede resultar difícil encontrar un tratamiento para aliviar el dolor fantasma. Los médicos suelen empezar con medicamentos y, luego, pueden añadir terapias no invasivas, como la acupuntura.
Otras opciones más invasivas son las inyecciones o el implante de dispositivos. La cirugía se realiza solo como último recurso.
Si bien no hay medicamentos específicos para el dolor fantasma, algunos medicamentos diseñados para tratar otras enfermedades han sido útiles para aliviar la neuralgia.
Ningún medicamento funciona para todos y no todos se benefician de los medicamentos. Es posible que se tenga que probar distintos medicamentos hasta encontrar uno que te dé resultado.
Algunos de los medicamentos utilizados en el tratamiento del dolor fantasma son analgésicos de venta libre, antidepresivos, anticonvulsivos y opioides.
Al igual que con los medicamentos, el tratamiento del dolor fantasma con terapias no invasivas es una cuestión de prueba y observación. Las técnicas que pueden aliviar el dolor fantasma en algunas personas son caja espejo, acupuntura, estimulación magnética transcraneal repetitiva y de la médula espinal.
La caja espejo es un dispositivo contiene espejos que hacen parecer que una extremidad amputada existiera. La caja espejo tiene dos aberturas: una para el extremidad intacta y otra para la residual. Se realizan ejercicios simétricos, mientras ve que se mueve la extremidad intacta, imagina que realmente está viendo moverse a la que le falta. Algunos estudios han determinado que este ejercicio puede ayudar a aliviar el dolor fantasma.
Se ha descubierto que la acupuntura puede aliviar algunos tipos de dolor crónico. En la acupuntura se inserta en la piel agujas estériles de acero inoxidable muy finas en puntos específicos del cuerpo. Se considera un tratamiento seguro cuando se realiza correctamente.
La estimulación magnética transcraneal repetitiva es una terapia que utiliza una bobina electromagnética que se coloca en la frente. Se envían pulsos cortos a través de la bobina, que provocan pequeñas corrientes eléctricas en los nervios ubicados en una zona específica del cerebro. Esta terapia puede ser útil para el dolor fantasma, aunque aún no está específicamente aprobada para esta afección. Los efectos secundarios pueden incluir dolor de cabeza o aturdimiento leves.
Mientras que en la estimulación de la médula espinal, el médico inserta electrodos diminutos a lo largo de la médula espinal. En algunos casos, una pequeña corriente eléctrica suministrada de forma continua a la médula espinal puede aliviar el dolor.
La cirugía puede ser una opción si los otros tratamientos no funcionan. Entre las opciones quirúrgicas se incluye la estimulación cerebral.
Existe la estimulación cerebral profunda y la estimulación de la corteza motora, ambas son similares a la estimulación de la médula espinal, con la diferencia de que la estimulación cerebral se desarrolla dentro del cerebro.
El cirujano emplea la exploración de imágenes por resonancia magnética (IRM) para posicionar los electrodos correctamente. Si bien la información existente aún es limitada y estos tratamientos no están aprobados específicamente para dolores fantasma, parece ser una opción prometedora en determinados casos.