Nuevo régimen simplifica la logística del vino argentino y reduce costos en el comercio exterior

La Resolución 52/2024 del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), publicada este miércoles en el Boletín Oficial, impulsa cambios significativos para la logística interna del sector vitivinícola en Argentina, eliminando requisitos burocráticos en el traslado de mosto virgen y uva recién molida entre establecimientos inscriptos.

Esta medida, vigente desde el 4 de noviembre de 2024, representa un avance para los productores que, especialmente en época de cosecha, deben gestionar el transporte ágil y seguro de sus insumos para procesarlos en distintos centros de vinificación. Según el INV, esta normativa facilita el movimiento de materias primas sin necesidad de presentar expedientes adicionales, lo que ahorra tiempo y optimiza recursos en la cadena de suministro.

La simplificación administrativa permite a los elaboradores trasladar sus productos sin solicitar autorización previa al INV, amparando el transporte de mosto virgen y uva recién molida mediante un remito comercial. Esta disposición, que la Coordinación de Asuntos Jurídicos del INV evaluó y recomendó, reduce los trámites y promueve una gestión más eficiente en el transporte de insumos vitivinícolas, clave en un sector con una alta demanda logística durante la cosecha. La normativa surge en respuesta a los desafíos que enfrenta el sector para reducir costos y agilizar el flujo de materias, lo cual impacta no solo en la producción local, sino también en el comercio exterior de vinos y mostos.

El transporte de productos intermedios como el mosto virgen y la uva recién molida entre establecimientos resulta fundamental en las etapas de producción de vino, especialmente en una industria donde la demanda de eficiencia logística se intensifica durante la temporada de cosecha. La resolución reemplaza un régimen anterior que exigía trámites adicionales, aliviando así la carga burocrática que enfrentaban los productores al mover sus insumos hacia instalaciones especializadas para su elaboración. El INV remarcó que esta normativa contribuye a mejorar el flujo de producción, lo que impacta directamente en la capacidad de respuesta del sector ante la demanda interna y externa.

Desde una perspectiva logística, la eliminación de trabas administrativas permite a los productores reducir el tiempo que destinan a gestiones administrativas y focalizarse en optimizar los procesos de transporte y almacenamiento, adaptándose a las necesidades del mercado global de vinos. Para los establecimientos que exportan, la eficiencia en la logística interna puede significar menores demoras en el procesamiento de productos y una entrega más rápida a los mercados internacionales. Este enfoque en la reducción de tiempos y costos favorece una mejor posición de los vinos argentinos en el comercio exterior, donde la competitividad está fuertemente vinculada a la eficiencia logística.

La optimización de la logística interna no solo favorece a los productores locales, sino que también fortalece la presencia de Argentina en los mercados internacionales. La eliminación de trámites adicionales beneficia a los establecimientos que necesitan trasladar rápidamente sus insumos entre plantas para procesarlos y cumplir con los estándares de exportación, lo que aporta agilidad en un sector caracterizado por los tiempos específicos de producción.

El INV destacó que la normativa, respaldada por la Resolución Nº 12/19, busca crear un entorno favorable para la exportación de vinos y mostos argentinos, alineando la industria con las exigencias del comercio exterior.

El sector vitivinícola representa una fuente de exportaciones clave para Argentina, con destinos en mercados exigentes como Estados Unidos, Europa y Asia. La agilización en la logística interna puede traducirse en una mayor capacidad para cumplir con los volúmenes de exportación y en la reducción de costos derivados de los tiempos de espera y almacenamiento. De este modo, el nuevo régimen logístico fortalece la cadena de valor de la industria, permitiendo a los productores responder de manera más ágil a los pedidos internacionales, factor que aumenta la competitividad de los vinos argentinos en un contexto de mercados cada vez más globalizados.

El último cambio impulsado por el INV, si bien se orienta al traslado interno de insumos, podría ser un primer paso en la búsqueda de una mayor eficiencia en toda la cadena de suministro del vino, abriendo la puerta a futuras normativas que faciliten la logística para la exportación de productos finales.