Importaciones y exportaciones en la industria de los suplementos saludables

“Mi enfoque principal es supervisar y gestionar todo el proceso de exportación e importación dentro de la compañía”, cuenta Giuria en diálogo con Movant Connection. En ese marco, repasa las particularidades que enfrenta en la gestión de ambos tipos de operaciones del comercio exterior.

Este sector tiene la particularidad de que obliga a contar con licencias especiales, que son muy difíciles de obtener y requieren cumplir con numerosas normativas.

Una vez que se tiene “la fábrica en orden” y se cumplen con todos los requisitos, los productos resultantes tienen un gran valor agregado, tanto en el mercado internacional como en el doméstico.

El sector de las importaciones es un área cada vez más complicada por diferentes factores: cambios de normativas, desinformación o la aparición de intermediarios con los que uno no siempre sabe cómo manejarse.

Además, el tema de los pagos anticipados es un desafío ya que, exceptuando los bienes de capital, no se pueden realizar. Esto complica las transacciones con nuevos proveedores y encarece los procesos.

Considero que la importación es fundamental para Argentina. Aunque algunas personas argumentan que perjudica a la industria nacional, en realidad la fortalece, ya que hoy en día casi todos los productos que utilizamos tienen algún componente o proceso que depende de la importación.

Por eso es crucial prestar atención a la importación, ya que no sólo impacta a las empresas importadoras o exportadoras, sino que también influye en la vida cotidiana de todas las personas.

Creo que las empresas no deben enfocarse únicamente en exportar su calidad ni limitarse exclusivamente al mercado doméstico. Un equilibrio entre ambos mercados es lo que puede proporcionar una estabilidad sólida.

Por eso, veo la exportación no sólo como una parte de la empresa, sino como un recurso esencial que se debería aprovechar al máximo. La exportación brinda una estabilidad adicional.

Desarrollar la capacidad exportadora permite que, por ejemplo, si tenés un producto exportable y Brasil, que es tu cliente, comienza a producirlo internamente, vos ya cuentes con la experiencia y los conocimientos para llevar ese producto a otro país.

Eso se debe a que ya estás familiarizado con el packaging internacional, las normativas y, aunque tengas que adaptarte a las regulaciones de otro país, ya tenés la ventaja de estar inmerso en el ámbito de la exportación, lo que facilita el proceso. Por eso, considero que es crucial que las empresas inviertan más en este aspecto y comiencen a capacitar a sus empleados en ese sentido.

En Argentina comúnmente se cree que los productos destinados a la exportación son de mejor calidad que los que consumimos localmente, pero esto no siempre es cierto.

A menudo, los consumidores en el exterior tienen preferencias que nosotros ni siquiera comprendemos. Por ejemplo, la carne argentina, que consideramos de una calidad excepcional, no es necesariamente la más demandada en el mundo. Aunque en nuestro país la carne es reconocida por su altísima calidad y cualquier persona que viaje fuera de Argentina difícilmente encontrará una carne comparable, a nivel mundial no es la más solicitada.

Debemos ser conscientes de que los consumidores en otros países tienen diferentes referencias y preferencias. Ojalá algún día compartan nuestros gustos y podamos ser líderes en todos los productos, pero también es crucial entender estas diferencias, ya que en ellas puede estar la oportunidad para expandirnos.

Cada día que paso trabajando me doy cuenta de que estudiar comercio exterior fue una de las mejores decisiones que tomé. A menudo, la gente ve al comercio exterior como algo complicado pero, en mi opinión, es un sector dinámico, en crecimiento y con oportunidades en todo el mundo.

Es un trabajo que nunca se detiene, siempre hay algo por hacer, revisar dónde está un contenedor, calcular costos, investigar alternativas. Es un ámbito que no tiene un techo definido.

Siempre hay oportunidades pero uno debe saber cómo buscarlas. Es posible que tengas un producto competitivo y te sientas cómodo con los costos y ganancias actuales, pero cuando comenzás a investigar los precios en el exterior o a comparar los insumos que compras localmente con la posibilidad de importarlos, te das cuenta de que siempre hay margen para desarrollarse y mejorar.

Creo que es fundamental para un profesional del comercio exterior no conformarse y estar en constante movimiento, actualizándose con las noticias, realizando capacitaciones, conociendo gente y conversando sobre el tema. Esto es crucial porque te permite establecer contactos y sentirte más cómodo en tu trabajo.

Además, es vital ser metódico, ya que los costos en la exportación e importación son altísimos. Un error mínimo, como retrasarse una hora en entregar una documentación, puede generar costos adicionales innecesarios. Por eso, es esencial aprender, capacitarse y hacer las cosas con precisión.

Mis expectativas en el ámbito del comercio exterior son muy positivas. Soy optimista respecto al futuro, no por una cuestión política, sino porque creo que estamos viendo un cambio.

Creo que, independientemente de si el país mejora o no, y sea cual sea el gobierno, estamos encaminados hacia cambios que ya se están manifestando, como la reducción del impuesto PAIS. Estos cambios deben perdurar y formar parte de un plan de desarrollo coherente. Creo que este es el camino que Argentina debe seguir, ya que es la única forma de generar divisas para el país.