Michael Jordan, mejor conocido como “El Rey”, es considerado por aficionados y especialistas como el mejor jugador de básquetbol de todos los tiempos debido a sus grandes actuaciones con los Chicago Bulls en las décadas de los 80 y 90.
Sin embargo, todas las grandes estrellas del basquetbol fueron novatos alguna vez y en esa instancia de su carrera, una de las grandes vitrinas para destacar es disputando un torneo internacional con la selección estadounidense, fue así como a sus 19 años de edad, el futuro rey del deporte ráfaga disputó los Juegos Panamericanos de Caracas 1983.
En ese entonces, Jordan aún no era jugador profesional de baloncesto, pero su nombre ya comenzaba a destacar entre los ojeadores de las Asociación Nacional de Baloncesto (NBA), ya que el neoyorkino llegó siendo el mejor jugador del baloncesto colegial en su tercera temporada con la Universidad de Carolina del Norte.
El competido partido entre México y Jordan
Luego del sorteo se reveló que la selección mexicana de basquetbol formaría parte del “grupo de la muerte” conformado por Estados Unidos, Brasil, Uruguay y la anfitriona, Venezuela y que el primer partido sería contra la selección de las barras y las estrellas, quién como siempre era la favorita.
Entre las filas del equipó estadounidense se encontraban futuras figuras como Sam Perkins, Wayman Tisdale, Mark Price y por supuesto Michael Jordan, por lo que los pronósticos no eran favorables para México.
Sin embargo, los seleccionados mexicanos se motivaron y sorprendieron a todos con un gran arranque y buen juego, y al primer cuarto la selección azteca llegó con un marcador favorable de 20-4, como resultado directo de la gran actuación de José Luis “Satanás” Arroyos uno de los mejores basquetbolistas mexicanos de la historia.
En el segundo cuarto el partido se emparejó, pero los aztecas seguían dominando y así fue como llegaron al medio tiempo manteniendo su ventaja con un 47-36 a su favor. “Ellos se fueron al descanso con 10 puntos abajo, nosotros estábamos muy contentos y felices, así nos fuimos, ellos dijeron (sus rivales) que no era el México de antes, que no eran los mismos que dominaban siempre”. comentó “Satanás” Arroyos en una entrevista para ESPN.
Fue entonces cuando el entrenador estadounidense, Jack Hartman cambió por completo su estrategia y ordenó a su equipo realizar una defensa de presión de cancha, táctica que terminó por asfixiar a los mexicanos y a su vez sacar la mejor versión de Michael Jordan que portaba en ese entonces el número 5 en su jersey.
“Todos rotamos la posición, pero no fue suficiente, quise llegar a una ayuda y ya él (Michael Jordan) iba volando”, recordó el basquetbolista mexicano quién aseguró que desde ese entonces supo que Jordan se convertiría en una estrella por su capacidad de salto.
Luego de un intenso partido, la selección estadounidense logró remontar el partido con un marcador favorable 74-63.
El legado del rey del básquetbol
Michael Jordan es ampliamente considerado uno de los mejores jugadores en la historia de la NBA. Su habilidad para anotar, su destreza en el juego y su tenacidad competitiva redefinieron lo que significa ser un jugador estrella en el baloncesto profesional
Llevó a los Chicago Bulls a ganar seis campeonatos de la NBA en la década de 1990 y fue nombrado el Jugador Más Valioso (MVP) de las finales en cada uno de esos triunfos, consolidando su legado como un ganador supremo en momentos cruciales.
Además de su éxito en la cancha, Michael Jordan tuvo un impacto duradero fuera de ella por sus campañas publicitarias y su icónica asociación con la marca Nike la cual revolucionó el marketing deportivo, estableciendo estándares para las futuras generaciones de atletas como Lebron James y Stephen Curry en la actualidad.