La Selección Mexicana se encuentra en una situación delicada a solo unos días de su esperado partido amistoso contra el Valencia CF, programado para el sábado 12 de octubre en el Estadio Cuauhtémoc.
A pesar de que la llegada del equipo español ha generado expectativa, la venta de boletos ha sido sorprendentemente baja, lo que ha llevado a los organizadores a implementar estrategias para atraer a los aficionados.
En un esfuerzo por aumentar la asistencia, el Tricolor lanzó a través de sus redes sociales oficiales una promoción del 2x1 en boletos. Sin embargo, a pesar de la promoción, los aficionados no han respondido como se esperaba.
Los precios de las entradas oscilan entre los 350 pesos y los 1,200 pesos, un costo relativamente accesible considerando el nivel del evento. Sin embargo, la respuesta del público ha sido decepcionante. A cuatro días del partido, la boletera reportó que varias zonas del estadio aún tienen boletos disponibles. Esto plantea una seria preocupación para la organización, que esperaba un mayor interés en un encuentro que marca el regreso de la Selección a Puebla tras 17 años.
La promoción del 2x1 está disponible exclusivamente para los “Franjabonados”, es decir, aquellos aficionados que poseen un abono del equipo Puebla para el Apertura 2024. Esta estrategia fue pensada para atraer no solo a los seguidores del Tricolor, sino también a los del equipo local. Sin embargo, el impacto de la promoción ha sido limitado, y las zonas más disponibles son la Cabecera Norte y la Platea Plus, donde los boletos tienen un costo de 800 y 900 pesos, respectivamente.
A su vez, la Cabecera Sur, también a 800 pesos, y las Plateas Oriente y Poniente, con precios de 1,200 y 1,100 pesos, respectivamente, continúan teniendo disponibilidad. Solo las zonas más económicas, como la rampa Norte, Poniente y Sur, se han agotado, lo que sugiere que el interés por asistir al partido es considerablemente bajo para las secciones de precio más alto.
El regreso de la Selección Mexicana a Puebla no es solo un evento deportivo; también representa un homenaje para el Principito Andrés Guardado, un ícono del fútbol mexicano. Su trayectoria y dedicación al deporte han dejado una huella en la afición, y se esperaba que este homenaje atrajera a un gran número de seguidores. Sin embargo, la falta de interés en los boletos pone en tela de juicio la conexión entre el equipo y sus aficionados.