En un giro inesperado en el ámbito del fútbol femenino en México, la defensora Lucía Yáñez se vio obligada a abandonar su carrera en la Liga MX y a dejar el país tras haber sido víctima de un caso de acoso sexual.
En respuesta a la controversia, su ex equipo, el Club Puebla Femenil, ha emitido un comunicado en el que desmiente cualquier acusación de negligencia respecto al tratamiento de la situación.
El Club Puebla Femenil, a través de su cuenta oficial de X (anteriormente Twitter), declaró que durante los nueve meses que Yáñez formó parte del equipo, recibió el acompañamiento necesario del área de Desarrollo Humano.
“Nuestra jugadora notificó que había perfiles falsos en su cuenta personal, de manera conjunta se hicieron las denuncias que corresponden ante dicha red social. El Club Puebla niega que alguno de sus colaboradores haya intentado ocultar el caso y mucho menos haber sugerido minimizar la situación”, se menciona en el comunicado.
Además, el club enfatizó su compromiso “de erradicar el acoso dentro y fuera de la cancha, enalteciendo los valores de respeto y equidad entre todos los que conformamos nuestra institución”.
Sin embargo, la situación se complica, ya que la Liga MX Femenil, en un comunicado separado, no se pronunció específicamente sobre el caso de Yáñez, pero indicó que existe un protocolo contra el acoso y el hostigamiento. Esta falta de atención directa ha suscitado críticas sobre la respuesta de la liga ante casos de violencia en el deporte.
La decisión de Yáñez de dejar el Puebla FC se tomó en común acuerdo después de que ella expresara su deseo de regresar a Los Ángeles “por motivos personales”, lo que el club describió como una salida amistosa y en los mejores términos. No obstante, diversos medios como W Deportes han revelado que la jugadora ha enfrentado una intensa campaña de difamación que incluye amenazas en redes sociales y ataques directos a su domicilio.
Un incidente particularmente grave ocurrió durante un partido en el estadio Cuauhtémoc, donde se lanzaron folletos difamatorios contra la jugadora desde uno de los palcos. Ante la falta de respuesta efectiva del club y la continua violencia en su contra, Yáñez decidió presentar una denuncia ante la Fiscalía del Estado, aunque las autoridades no tomaron en serio sus pruebas. Esta situación culminó en su difícil decisión de regresar a Estados Unidos, buscando así su seguridad personal.