Luego de su desafortunada lesión debido a una fractura de tibia y peroné, Christian ‘Hobbit’ Bermúdez ha comenzado ya su etapa de recuperación, con el firme objetivo de aún regresar a las canchas de manera profesional. Por lo mientras, el futbolista del Atlante compartió detalles y recordó su breve, pero complicada etapa en prisión, una experiencia que dejó una profunda huella en su vida.
Con 18 años como futbolista profesional, la trayectoria de Christian Bermúdez ha sido un vaivén constante, marcado tanto por éxitos, como por dificultades dentro y fuera del campo. Así como puede presumir de diferentes títulos en el futbol mexicano y hasta haber representado a la Selección Mexicana, su camino tampoco estuvo exento de polémicas, resaltando su encarcelamiento por no cumplir con sus responsabilidades como padre.
Fue a mediados del 2016, cuando siendo jugador del Puebla, fue detenido debido a una demanda de su exesposa, quien le exigía el pago de más de 3 millones de pesos en manutención para su hijo. Luego de dos semanas y alcanzar un acuerdo, Bermúdez fue liberado, lo que le permitió retomar su carrera futbolística.
Recientemente, en entrevista con el youtuber, Escorpión Dorado, el ‘Hobbit’ recordó algunas de las anécdotas que vivió en su efímero paso por el Reclusorio Norte, reconociendo el miedo que llegó a sentir en sus primeros días.
Yo llegué desde las 4 más o menos. Llegué, me sentaron ahí, ya con la ropa floja color beige, y yo así de: ¿En verdad estoy aquí? Yo los veía pasar a los demás y pensaba, ¿Cómo va a ser aquí? [...] Ya cuando iba entrando al Reclusorio, iba caminando y de repente pasan dos reclusos y me dicen “que onda Hobbit, ¿Dónde te agarraron, en la playa? porque yo traía una bermuda y una playera, pero pues ya hasta me conocían.
Posteriormente, mencionó que los internos nunca le ocasionaron algún tipo de problema y que, incluso, llegó a estar presente en los torneos de futbol que se hacían, así como también los mismos reclusos le pedían autógrafos y saludos para cuando saliera de la cárcel.
En la noche me fueron a visitar y pues si me saqué de onda, pero no me asustaron. Haz de cuenta que pasan y gritan “ese pin*** Hobbit” y pues yo ahí medio asomado entre las cobijas solo les dije “qué onda”, entonces solo me preguntaron que si ya estaba dormido y después me dijeron que mañana venían a visitarme [...] Después hasta hubo un torneo de futbol y yo entregué los trofeos, porque ya era la final. Después hubo una vez que un recluso me dijo a lo lejos: “Hobbit, cuando salgas en la tele me mandas un saludo, soy el Sicario”.