Han pasado 17 años desde que la Selección Argentina eliminó a México en la semifinal de la Copa América 2007, con una contundente victoria de 3-0.
En ese encuentro, disputado el 11 de junio en la Ciudad de Guayana, Venezuela, Lionel Messi, Gabriel Heinze y Juan Román Riquelme marcaron los goles que sentenciaron el pase de Argentina a la final. Sin embargo, un reciente escándalo ha sacudido al mundo del fútbol, luego de que el árbitro chileno Carlos Chandía confesara que favoreció a la Albiceleste para evitar la expulsión de Messi.
Durante una entrevista en el programa ESPN FShow, Chandía reveló que durante el partido, Messi cometió una infracción que debió haberle costado una segunda tarjeta amarilla y su expulsión. Sin embargo, el árbitro optó por no mostrar la tarjeta a cambio de que el astro argentino le entregara su camiseta.
“Messi de la nada levanta una pelota y la corta con la mano, pero en mitad de cancha. Ninguna posibilidad de gol del equipo mexicano ni nada por el estilo”, relató el árbitro. Según Chandía, la decisión fue tomada para permitir que Messi pudiera disputar la final de la Copa América.
La situación ocurrió en los últimos minutos del partido, cuando Argentina ya ganaba 3-0 y el resultado parecía inamovible. “Ocurre que le dije: ‘Esta jugada es amarilla, pero te va a costar la remera (camiseta)’. Y no le mostré la amarilla, quedaban dos minutos y medio”, detalló el árbitro. De haber mostrado la tarjeta, Messi se habría perdido la final del torneo.
A pesar de la polémica decisión, Chandía afirmó que Messi cumplió su parte del trato. “La camiseta me la fue a dejar al camarín (camerino) después. Incluso, se la quería sacar en la cancha y le dije: ‘No, no, no; llévamela al camarín’. Y llegó con la camiseta al camarín, me la fue a dejar allá”, concluyó el árbitro.
Esta revelación ha generado un fuerte debate sobre la ética en el arbitraje y la integridad del fútbol. La confesión de Chandía también le costó la oportunidad de arbitrar la final de esa edición de la Copa América. Aunque el marcador no cambió el resultado del partido, la confesión ha reavivado las críticas hacia decisiones que, según muchos, desvirtúan la competencia deportiva.