Su madre murió en el parto y su padre lo abandonó: la historia de Arnulfo Castorena, el atleta paralímpico que brilló en París 2024

El siete veces medallista olímpico quiere ir por más y apunta a Los Ángeles 2028 para seguir cosechando triunfos

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Esta es la historia de Arnulfo Castorena, campeón olímpico (REUTERS/Andrew Couldridge)
Esta es la historia de Arnulfo Castorena, campeón olímpico (REUTERS/Andrew Couldridge)

En los Juegos Paralímpicos de París 2024, José Arnulfo Castorena volvió a entonar el Himno Nacional Mexicano en el Centro Acuático de Paris. En la final de natación categoría SB2 ganó el oro y subió a lo mas alto del podio por cuarta ocasión en lo que va de su carrera como atleta de deporte adaptado.

Arnulfo Castorena defendió su campeonato olímpico de Tokio 2020 y rectificó que está viviendo un gran momento como atleta paralímpico, a sus 46 años de edad ya acumula un total de siete medallas en Juegos Paralímpicos.

Sin embargo, su éxito tiene detrás una gran historia de superación personal y ambición de ser “el número uno”, según describió el propio José Arnulfo. Infobae México tuvo la oportunidad de conocer más detalles de la carrera del Tritón, tras colgarse el oro ofreció una conferencia de prensa organizada por el Comité Paralímpico Mexicano.

¿Quién es Arnulfo Castorena, campeón paralímpico en París 2024?

El multimedallista olímpico José Arnulfo Castorena afrontó la adversidad desde su infancia (REUTERS/Andrew Couldridge)
El multimedallista olímpico José Arnulfo Castorena afrontó la adversidad desde su infancia (REUTERS/Andrew Couldridge)

Nacido en Guadalajara, Jalisco, José Arnulfo Castorena Vélez afrontó la adversidad desde que llegó al mundo, pues de sus padres el único recuerdo que tiene son los apellidos. El 27 de mayo de 1978 su madre entró al hospital para dar a luz a su bebé, pero, no sobrevivió al parto y murió dándole la vida a su hijo.

Arnulfo nació con malformaciones en las piernas y un brazo, su padre fue notificado del diagnóstico y en lugar de afrontar el panorama, lo abandonó y ya no supo nada de él. Su abuela materna fue quien asumió esta responsabilidad, la señora Todosia. Lo crío los primeros años de su vida hasta que entró a un programa de rehabilitación en la Ciudad de México, según recopiló Alberto Lati en su publicación 100 Glorias de México.

Ingresó a un internado dirigido por monjas en la capital, ahí su vida se cruzó con Sor Chiva, religiosa de la congregación apodada así por su afición al equipo rojiblanco. Ella se encargó de llevarlo a una piscina y descubrieron su facilidad para nadar, José Arnulfo se adaptó al agua y se perfiló a ser un atleta en el agua.

El campeón olímpico de París 2024 en natación recordó lo que tuvo que afrontar para ser atleta de paralímpicos Crédito: Comité Paralímpico Mexicano/ Infobae México

Pero, con 12 años volvió a Guadalajara por la muerte de su abuela, se encargó de cuidar de una de sus tías. En Guadalajara su panorama cambió por completo pues su contexto se involucró con la violencia y las drogas, y la escasa economía, su familia con la que llegó vivía en esa situación.

“Tantas cosas feas a mi alrededor, pero nunca me hizo sentir mal. Sobre todo la drogadicción, porque veía cómo mi familia se drogaba delante de mi, yo tenía en mis manos, a veces, la droga. Yo pensaba y decía: ‘Si ellos lo hacían ¿por qué yo no?’ quería saber qué se sentía, pero, nunca se me dio hacerlo”, expresó.

A pesar de las adversidades, buscó oportunidades de seguir nadando, por ello se acercó a las fuentes de Guadalajara, al no tener los medios para pagar un programa de entrenamientos en los centros deportivos, se mudó a las calles para seguir preparándose.

Reconoció que tuvo que superar esa complicada situación vendiendo chicles, trabajó en las calles limpiando parabrisas y, para no perder sus habilidades como atleta, se iba a nadar a las fuentes, lugar en donde llegó a rescatar a un niño que estuvo a punto de ahogarse.

Su primera medalla cayó en Sídney 2000 con un oro en la prueba de 50 m braza SB2 (Photo by Behrouz MEHRI / AFP)
Su primera medalla cayó en Sídney 2000 con un oro en la prueba de 50 m braza SB2 (Photo by Behrouz MEHRI / AFP)
“Viví entre fuego, pero nunca me quemé, fui una persona muy fuerte a pesar de cosas que me hacía mi familia. Nunca tiré la toalla, nunca me imaginé ser un gran deportista”.

Su ambición de llegar lejos le permitió conocer a un funcionario del Consejo Estatal del Deporte de Jalisco (CODE), con 18 años fue invitado a un programa de alto rendimiento y a partir de ese momento inició con su preparación profesional en el deporte adaptado.

Su primera medalla cayó en Sídney 2000 con un oro en la prueba de 50 m braza SB2. También tiene medallas en Atenas 2004, Londres 2012, Tokio 2020 y París 2024. Ahora apunta a Los Ángeles 2028.

“Dios quiera llegar a Los Ángeles, se necesita trabajo y disciplina, buscar nuevamente podio. Buscaremos llegar a Los Ángeles”.

En la actualidad está casado con María Concepción Martínez Ibarra y tiene dos hijas, su esposa se volvió su auxiliar técnica y con ella festejó el oro en París 2024.

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