El Real Madrid tiene aficionados en todo el mundo y México no es la excepción. Uno de los puntos de reunión para los fans merengues en el país es la fuente de Cibeles en Ciudad de México, donde este sábado decenas se dieron cita para celebrar el triunfo del Real Madrid en la Champions League. Sin embargo, dicho festejo llegó a descontrolarse.
En la emblemática fuente de La Cibeles un par de fanáticos del Real Madrid subieron al monumento e intentaron colocarse sobre la escultura con una bufanda del club español. Sin embargo, la policía intervino rápidamente.
Los uniformados bajaron de la fuente al par de aficionados ante la desaprobación de los presentes, quienes comenzaron con gritos de: “¡Culeros, culeros!”. A pesar del desorden causado, no hubo castigo para los dos fans que provocaron el incidente y, más allá de una reprimenda, fueron liberados. Los dos aficionados se mantuvieron presentes en el festejo y, al final, uno de los involucrados comentó que tenían la intención de ponerle una bufanda a la escultura de la fuente debido a que pretendían festejar la décimo quinta.
Con goles de Dani Carvajal y Vini Jr, el Real Madrid venció 2 a 0 al Borussia Dortmund para ganar su décima quinta orejona, asegurando así otro trofeo en el que aumentó su historial como el más ganador de la UEFA Champions League. La victoria fue recibida con euforia por los aficionados merengues alrededor del mundo, y en México no fue la excepción.
La fuente de Cibeles en Ciudad de México se ha convertido en un lugar icónico para los aficionados del Real Madrid, similar a la fuente de Cibeles en Madrid, España, donde los seguidores del equipo celebran sus triunfos. La conexión entre ambas ciudades a través de estos festejos simboliza la pasión compartida por el club español.
El incidente con los aficionados y la policía refleja tanto el entusiasmo como los desafíos que pueden surgir en celebraciones multitudinarias. La euforia de los hinchas por la décimo quinta orejona del Real Madrid llevó a algunos a intentar acciones más audaces para mostrar su fervor, aunque en esta ocasión, la intervención policial evitó que la celebración se desbordara en actos de vandalismo.