En la Ciudad de México, la disputa por el acceso a los palcos del emblemático Estadio Azteca durante la Copa del Mundo de 2026 empieza a tomar forma ante la próxima llegada del torneo de fútbol más importante a nivel global, organizado conjuntamente por Estados Unidos, Canadá y México.
Entre los afectados se encuentra Roberto Ruano, un propietario que se resiste a renunciar a su espacio de lujo, adquirido por su familia hace décadas bajo un acuerdo que parece hoy día enfrentar el poder de la FIFA.
Ruano, de 61 años, es además portavoz y secretario de una asociación de 134 propietarios de palcos en el coloso de Santa Úrsula. Él y sus asociados esperan que la FIFA respete un convenio establecido desde la edificación del estadio en los años 60, que otorga a los propietarios de palcos el derecho de acceso a sus asientos por 99 años.
“Ya pagamos el derecho a estar allí cuando compramos el título y no puede haber restricciones para nosotros”, sostuvo Ruano, mostrándose firme en su posición.
FIFA respeto a los dueños de los palcos en los mundiales del 70 y 86
El Estadio Azteca, para financiar su construcción, ofertó estos palcos a inversionistas privados a un precio de 115,000 pesos cada uno, equivalentes a unos 9,000 dólares en ese entonces, proporcionando a los dueños un derecho de uso que abarcaba eventos de toda índole, incluidas las memorables Copas del Mundo de 1970 y 1986 celebradas en suelo mexicano.
Recordando los acuerdos previos con la FIFA en mundiales pasados, Ruano mencionó: “No hubo problemas en 1970. Para el Mundial de 1986 nos querían fuera y nos reunimos con funcionarios de la FIFA, y nos permitieron usar nuestro lugar sin pago extra, así que hay un precedente para ello”.
Ahora, con los palcos valorados entre 15 y 25 millones de pesos, algunos propietarios optan por alquilarlos para eventos específicos, una práctica común dada la exclusividad y el lujo de estos espacios. Ruano, cuyo derecho al palco fue heredado de su padre, expresó su esperanza en encontrar una solución favorable de cara al 2026, basándose en conversaciones preliminares con los administradores del estadio.
Emilio Azcárraga Jean, líder de la empresa Televisa y actual propietario del Estadio Azteca, se mostró confiado en alcanzar una solución que satisfaga a todas las partes, honrando la importancia que su padre, Emilio Azcárraga Milmo, le dio a la venta de palcos para concluir la construcción del estadio.
Ante la consulta, la FIFA indicó su colaboración con las 16 ciudades anfitrionas para la próxima Copa Mundial, señalando que los detalles específicos, incluido el acceso y la disposición de los palcos, se anunciarán oportunamente. Mientras tanto, algunos propietarios, no afiliados a la asociación de Ruano, parecen dispuestos a negociar la liberación de sus palcos a cambio de mejoras y otros beneficios, una opción que Ruano descarta totalmente para sí mismo, comparando la situación con ser forzado a abandonar su propia casa.