José Luis Rodríguez Arellano, conocido como Dos Caras en el ámbito deportivo, enfrenta serias acusaciones tras ser denunciado por su ex pareja sentimental por violencia física y emocional.
Según reportes del periodista Carlos Jiménez, la ex pareja de la leyenda del pancracio deportivo lo acusó de haberla violentado, amenazado y humillado.
En su derecho de réplica, Dos Caras declaró al portal Mediotiempo: “La conozco y de manera consensuada nos empezamos a ver como amigos como tres o cuatro veces al mes. Ella se ponía violenta cuando tomaba alcohol. La última vez que la vi fue en febrero de este año”.
Dos Caras da el contexto de la pelea contra su expareja
Los problemas comenzaron el 27 de febrero, cuando Dos Caras terminó su relación con Diana Patricia Mondragón. A partir de entonces, la familia del luchador empezó a recibir fotos íntimas y mensajes acosadores de parte de Mondragón. Dos Caras afirmó: “Comenzó a enviar fotos que yo desconocía. Me decía que tenía fotos comprometedoras. Envió fotos a mis familiares, a mis hijas, a mis hijos, a la señora”.
El 8 de marzo, Dos Caras presentó una demanda por amenazas en la Fiscalía de Investigación Territorial de la Alcaldía Benito Juárez. Sin embargo, el acoso continuó, principalmente dirigido a su esposa. Dos Caras levantó otra denuncia el 11 de abril por intimidad sexual en la Fiscalía de Investigación Territorial en Tláhuac.
Dos Caras expresó su arrepentimiento por el incidente y los problemas que ha causado a su familia. Aunque se comprometió a enfrentar las consecuencias de sus acciones, ya ha experimentado repercusiones en su carrera profesional y situación económica.
En medio de estas acusaciones, Dos Caras ha enfatizado la falta de pruebas por parte de su ex pareja: “Esta mujer no tiene pruebas. Fue falso todo lo que le dijo a la autoridad, no puede comprobar todo lo que ha dicho.” Además, rechazó las afirmaciones de Mondragón sobre un supuesto feminicidio, declarando que carecen de fundamentos.
Las acusaciones y contrariedades evidencian una situación complicada y delicada, en la cual ambas partes están en conflicto. La verdad detrás de los eventos aún está por determinarse, pero el caso subraya la importancia de abordar con seriedad y responsabilidad las acusaciones de violencia de género.