El estadio de Rayados, conocido como el Gigante de Acero, aumentó las medidas de seguridad ante la llegada de Lionel Messi, jugador del Inter Miami, durante su visita a Guadalupe, Nuevo León.
Para garantizar la seguridad del considerado mejor jugador del mundo, el club implementó un fuerte dispositivo de seguridad que incluye la presencia de elementos de policía y seguridad privada, así como la instalación de barreras de protección alrededor del estadio.
Estas medidas buscan impedir el acceso de personas no autorizadas, incluyendo prensa y aficionados, especialmente durante la sesión de reconocimiento de la cancha este martes y el partido del miércoles. Solo quienes cuenten con boletos podrán aproximarse al recinto, advirtiendo que cualquier intento de invasión al campo resultará en arresto y prohibición de entrada a todos los estadios de fútbol.
¿La seguridad fue suficiente para el guardaespaldas de Messi?
Uno de los protagonistas de esta trama de seguridad es Yassine Cheuko, el guardaespaldas personal de Messi. Mientras el equipo visitante efectuaba su reconocimiento de cancha en el inmueble de Guadalupe, Nuevo León, esta persona encargada de la seguridad del futbolista llevaba a cabo una inspección minuciosa del recinto.
La Guardia Civil del estado se desplegó para blindar el hotel de concentración del club estadounidense, mientras que en el Gigante de Acero se intensificaron las medidas de seguridad. Desde vallas metálicas hasta un incremento en el personal de seguridad, el club regiomontano se ha esforzado en garantizar un ambiente seguro para todos los involucrados en el encuentro.
Sin embargo, parece que las medidas implementadas no dejaron conforme a Cheuko. Durante su análisis de las vallas colocadas frente a las tribunas, el guardaespaldas de Messi expresó su descontento. En videos capturados durante la inspección, se le ve realizando gestos que denotan cierta inconformidad.
De acuerdo con reportes locales, consideró que las vallas eran vulnerables y podrían ser fácilmente burladas por personas ajenas al club, la prensa o el personal de la liga. Esta percepción llevó al guardaespaldas a solicitar cambios en las medidas de seguridad al personal de la Concacaf presente en el lugar.
A pesar de esta preocupación, se mantuvo en la línea del terreno de juego durante el entrenamiento del equipo, vigilando de cerca a Leo en todo momento. Aunque en las inmediaciones del estadio solo se encontraba personal autorizado y algunos periodistas, el guardaespaldas permaneció alerta ante cualquier eventualidad que pudiera surgir.