Tijuana paga 90 millones de pesos anuales a San Diego por suministro de agua

La ciudad fronteriza mexicana enfrenta gastos económicos significativos para garantizar el suministro hídrico proveniente de Estados Unidos, agravado por el aumento en la demanda estacional

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Tijuana depende de San Diego
Tijuana depende de San Diego para adquirir agua a través del Distrito Metropolitano de Otay. (EFE/Etienne Laurent)

El suministro de agua entre Tijuana y San Diego representa un gasto significativo para la ciudad fronteriza mexicana que destina hasta 90 millones de pesos al año para garantizar el acceso al recurso hídrico proveniente del lado estadounidense.

Según informaron medios locales y especialistas, este intercambio se ha convertido en un elemento clave para satisfacer la creciente demanda de agua en la región, especialmente durante los meses de verano, cuando el consumo se incrementa de manera considerable.

El aumento en la demanda de agua en Tijuana está relacionado con el funcionamiento de las plantas de tratamiento y distribución, cuya capacidad debe ajustarse para atender las necesidades de la población.

Este incremento podría alcanzar los 918 millones de metros cúbicos (Mm³), lo que genera un panorama crítico para la gestión del recurso en la zona fronteriza. Además, el costo del agua no sólo incluye el pago a San Diego, sino también la inversión en equipamiento, estudios técnicos y mantenimiento constante, lo que eleva aún más los gastos asociados al suministro.

El impacto del verano en el consumo de agua

La demanda hídrica en Tijuana
La demanda hídrica en Tijuana aumenta durante el verano debido a altas temperaturas y uso intensivo. (REUTERS/Jorge Duenes)

Durante la temporada de verano, el consumo de agua en Tijuana experimenta un aumento significativo, según señaló José Zavala Álvarez, doctor en Ciencias con Especialidad en Estrategias para el Desarrollo Agrícola Regional y profesor e investigador del Colegio de la Frontera Norte (Colef), adscrito al Departamento de Administración Pública.

Este fenómeno se debe a las altas temperaturas y a la mayor demanda de agua para actividades cotidianas y de riego. La situación plantea desafíos importantes para las autoridades locales, que deben garantizar el acceso al recurso sin comprometer su disponibilidad a largo plazo.

De acuerdo con el investigador José Zavala Álvarez, esta problemática se agrava por la incapacidad del acueducto local, que sólo puede transportar 5.5 metros cúbicos por segundo (m³/s), frente a los 45 m³/s que puede conducir el sistema de San Diego desde la presa Parker, ubicada en los límites entre California y Arizona.

Durante una conferencia realizada en el Instituto de Ciencias Veterinarias de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), Zavala Álvarez explicó que esta conexión con San Diego fue diseñada precisamente para suplir las carencias de infraestructura en Tijuana.

El investigador también destacó que el suministro de agua desde San Diego no es un acto de cooperación, sino una transacción comercial. “Nos venden agua, es una mercancía para ellos, es una propiedad privada”, afirmó Zavala Álvarez, según consignó La Voz de la Frontera.

Cada año, la Comisión de Agua de Tijuana adquiere un volumen significativo de agua del sistema estadounidense, con pagos que oscilan entre los 80 y 90 millones de pesos. Este acuerdo se activa principalmente en marzo, en previsión del aumento de la demanda durante los meses más cálidos.

El suministro de agua desde San Diego se realiza a través del Distrito Metropolitano de Otay, una conexión estratégica que permite a Tijuana acceder al recurso hídrico necesario para cubrir sus necesidades.

Sin embargo, Zavala Álvarez subrayó que esta dependencia tiene implicaciones más amplias, ya que remite al Tratado de Aguas de 1944, un acuerdo binacional que regula el uso compartido de los recursos hídricos entre México y Estados Unidos.

Además, medios locales destacaron que la inversión inicial en infraestructura y equipamiento para el manejo del agua es considerable, pero también lo son los costos asociados al mantenimiento y la operación de las plantas. Estos factores contribuyen a que el gasto total por el suministro de agua sea elevado, lo que obliga a las autoridades a buscar soluciones sostenibles para enfrentar la creciente demanda.

La demanda de agua en Tijuana y sus implicaciones

El suministro de agua desde
El suministro de agua desde San Diego a Tijuana cuesta hasta 90 millones de pesos anuales. (REUTERS/Jorge Duenes)

El aumento constante en la demanda de agua en Tijuana, especialmente durante el verano, muestra las limitaciones de la infraestructura hídrica local, pues el acueducto Río Colorado-Tijuana, que abastece a la ciudad desde el río Colorado, no tiene capacidad para transportar mayores volúmenes de agua.

Esto obliga a las autoridades locales a buscar alternativas, como la compra de agua a San Diego, para garantizar el suministro a la población. Zavala Álvarez explicó que el sistema de San Diego tiene una capacidad mucho mayor gracias a su conexión con la presa Parker, una infraestructura clave en la distribución del agua del río Colorado en la región.

Esta diferencia en la capacidad de conducción pone en evidencia la necesidad de mejorar la infraestructura hídrica en Tijuana para reducir su dependencia de los recursos estadounidenses, por lo que la situación actual plantea importantes desafíos para la gestión del agua en la región fronteriza.

Según el investigador del Colef, la dependencia de Tijuana del agua de San Diego no sólo representa un costo económico significativo, sino que también refleja las desigualdades en el acceso a los recursos hídricos entre ambos lados de la frontera.

Además, el hecho de que el agua sea considerada una mercancía en este contexto resalta las tensiones inherentes a la relación transfronteriza en materia de recursos naturales.

De acuerdo con Zavala Álvarez, el Tratado de Aguas de 1944, establece las bases para el reparto de los recursos hídricos entre México y Estados Unidos, incluyendo el río Colorado y el río Bravo. Este acuerdo ha sido fundamental para regular el acceso al agua en la región fronteriza, pero también ha generado controversias a lo largo de los años debido a las diferencias en las necesidades y capacidades de ambos países.