“Yo hago filas para comprarlas, tú no”: revendedora de roscas suplica que le compren para pagar sus vacaciones

En redes sociales se hizo viral la petición de esta emprendedora quien no logró tener las ventas que esperaba en el Día de Reyes

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Las largas filas en los
Las largas filas en los centros comerciales se han vuelto una 'tradición' en esta época del año. (FOTO: ISABEL MATEOS /CUARTOSCURO.COM)

La reventa de roscas del Día de Reyes se ha convertido en un tema central de discusión durante las últimas semanas. El acaparamiento de productos icónicos de esta temporada, como las roscas vendidas en tiendas como Costco, para su posterior reventa a precios inflados ha generado opiniones polarizadas en redes sociales.

Algunos lo consideran una oportunidad de negocio lícita, mientras que otros lo perciben como un abuso que afecta tanto a consumidores como a las tradiciones de la festividad. En los días previos al 6 de enero, se han observado casos de personas comprando múltiples unidades de estas roscas, llegando incluso a adquirir centenas para su posterior comercialización.

Las críticas hacia esta práctica se centran principalmente en los elevados sobreprecios, que pueden alcanzar hasta tres veces el valor original del producto. Esto ha llevado a muchos usuarios en redes sociales a promover el boicot contra la compra de alimentos revendidos, argumentando que dichas acciones desvirtúan el espíritu de la celebración.

Para los revendedores en una
Para los revendedores en una buena temporada para ganar un ingreso extra. Foto: Redes sociales

Los argumentos de los revendedores

Frente a las críticas, quienes se dedican a esta actividad suelen defenderse afirmando que ofrecen un servicio que justifica el costo adicional. Según ellos, los altos precios reflejan no solo la calidad del producto, sino también el tiempo y esfuerzo invertido. “Lo que cobramos es por ahorrarle a la gente los tiempos de traslado, las filas y el costo de una membresía en tiendas como Costco”, señalan.

Además, algunos argumentan que el modelo de negocio es una forma de emprendimiento que les permite generar ingresos adicionales durante la temporada. Sin embargo, este razonamiento no ha sido suficiente para calmar las críticas, especialmente en casos donde los precios son percibidos como desproporcionados.

El caso de Xasely: un negocio que no salió como se esperaba

Uno de los casos más comentados en redes sociales en los últimos días es el de una mujer identificada como Xasely, quien recurrió a Facebook para solicitar ayuda con la venta de sus roscas. Según su publicación, ella y su esposo habían invertido todo su aguinaldo en la compra de 300 roscas con la esperanza de recaudar suficiente dinero para unas vacaciones familiares en Tulum, Quintana Roo.

A pesar de sus esfuerzos, la situación no transcurrió como esperaban. Para el 5 de enero, día de mayor demanda, solo había logrado vender 35 unidades. En su mensaje, Xasely explicó que estaba dispuesta a bajar el precio de sus roscas a 1,200 pesos – poco más del doble del precio original – para intentar vender las 265 restantes.

Ayúdenme, mi familia y yo queremos ir de vacaciones a Tulum y si vendemos las 265 roscas faltantes podremos ir”, escribió en su publicación, que rápidamente se viralizó. Las reacciones no se hicieron esperar, con algunos usuarios manifestando empatía por la situación de la revendedora, mientras que otros criticaron duramente el modelo de negocio que implementó.

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Pese a que es un artículo muy solicitado en la temporada, a esta emprendedora no le fue redituable el negocio. (Redes sociales)

Usuarios en redes sociales critican a la vendedora

La historia de Xasely se publicó originalmente en un grupo de Facebook dedicado a satirizar la reventa de productos. Esto intensificó el debate, ya que muchos usuarios vieron su caso como un ejemplo de las fallas del modelo de reventa. La publicación también generó discusiones sobre los límites entre el emprendimiento y el abuso hacia los consumidores.

Xasely defendió su práctica argumentando que los altos precios estaban justificados por los costos asociados: ella poseía la membresía, realizaba las compras y almacenaba los productos. “El precio es alto porque yo soy quien hace las filas y almacena las roscas en mi casa”, afirmó.

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