De acuerdo con información publicada por la Clínica Universidad de Navarra el comportamiento pasivo-agresivo se manifiesta como una forma de expresar hostilidad de manera indirecta, lo que puede derivar en conflictos emocionales y afectar significativamente a quienes lo experimentan.
Este patrón de conducta es reconocido en los campos de la Psicología y la Psiquiatría y se caracteriza por una resistencia encubierta a las demandas de otros, acompañada de actitudes negativas que complican las relaciones interpersonales.
Este tipo de comportamiento incluye acciones como la procrastinación intencionada, la negativa obstinada a cumplir con tareas o responsabilidades y la expresión de ira de manera velada. Debido a que este tipo de conductas se caracterizan por un lenguaje sutil, a veces es difícil identificar las malas intenciones de comentarios pasivo-agresivos.
Las frases pasivo-agresivas más comunes
Aunque a veces es difícil identificar los comportamientos pasivo-agresivos debido a que estas personas suelen “camuflar” las ofensas mediante comentarios sutiles, existen algunas frases que suelen repetir mucho de acuerdo a una encuesta realizada a 1200 usuarios estadounidenses por la plataforma Preply.
“Eres muy sensible”: esta frase suele utilizarse para intentar demeritar una reacción inesperada de parte de otra persona, en lugar de ofrecer una disculpa, la persona trata de justificar el daño que ocasionó.
De acuerdo con el sitio especializado Psicología y Mente, las personas que muestran con frecuencia un comportamiento pasivo-agresivo suelen hacer afirmaciones constantes sobre que se sienten incomprendidas por los demás, o utilizan todo tipo de chantajes emocionales para obtener el beneficio que buscan.
“¿Por qué te enojas tanto?”: similar a la frase anterior, responder con esta pregunta suele utilizarse para desviar la atención, centrando el tema en la víctima y no en el acto que provocó molestia.
Aunque parezca ser una pregunta inocente, no se trata de una duda genuina para comprender a la otra persona, sino en una forma de revictimización.
“Sin ofender, pero…”: esta frase puede llegar a interpretarse como una forma sutil de emitir una crítica, y aunque a veces suele usarse de forma honesta, personas con conductas pasivo-agresivas suelen decirla a menudo para camuflar comentarios malintencionados.
De acuerdo con información de Mayo Clinic el resentimiento y oposición frente a las exigencias de otros, sobre todo a las exigencias de personas en posiciones de autoridad son rasgos característicos de las personas pasivo-agresivas.
“Lo que sea”: suele ser una respuesta bastante común, y aunque algunos la podrían interpretar como una forma de aprobación de una idea, también puede reflejar falta de interés y compromiso.
“Si no es lo que quieres hacer…”: al igual que la frase anterior, pareciera ser una forma de aprobación, pero no lo es, sino que además trata de chantajear mediante la culpa.
El origen de la conducta pasivo-agresiva
La Clínica Universidad de Navarra menciona que el origen del comportamiento pasivo-agresivo es multifactorial y puede estar relacionado con experiencias tempranas en la vida, como un estilo de crianza punitivo, inconsistente o sobreprotector. Además, los factores culturales y familiares pueden jugar un papel en el desarrollo de este tipo de comportamiento, donde la expresión abierta de la ira o el desacuerdo puede ser desaprobada.
El informe de la clínica explicó que las personas que exhiben este tipo de conducta suelen mostrar hostilidad de forma sutil, lo que puede dificultar su identificación y manejo. Por ejemplo, en lugar de expresar abiertamente su descontento, pueden optar por retrasar deliberadamente el cumplimiento de una tarea o realizarla de manera ineficiente.
Este comportamiento no solo genera tensiones en las relaciones personales, sino que también puede tener un impacto negativo en el entorno laboral o académico, pues estas conductas suelen dividir grupos y crear bandos que entorpecen un ambiente colaborativo.