México y Japón, una relación estratégica

El vínculo entre ambas naciones se basa en valores compartidos y solidaridad. Desde 1993, por ejemplo, existe el Programa de Voluntarios de JICA en nuestro país

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En 1888 México y Japón
En 1888 México y Japón firmaron un tratado de comercio, amistad y navegación (Foto: Pixabay)

El programa de voluntarios de JICA es una modalidad de la Cooperación Japonesa de la Agencia de cooperación Internacional del Japón JICA, que posibilita el envío de recursos humanos japoneses calificados que desean colaborar en el desarrollo económico y social de los países receptores como México.

Las actividades de cooperación permiten a los voluntarios participantes no solo contribuir al desarrollo de los países socios, sino también adquirir una valiosa experiencia en términos de buena voluntad internacional, comprensión mutua y ampliación de sus perspectivas internacionales.

México ha recibido un total de 521 voluntarios en diversos sectores en todo lo largo y ancho del País desde la operación del Programa en México en 1993.

Actualmente, 30 voluntarios(as) se encuentran en México, distribuidos en instancias de gobiernos y organizaciones de la sociedad civil de la Ciudad de México, Oaxaca, Querétaro, Yucatán, Quintana Roo, Veracruz, Puebla, Campeche, Chiapas, Hidalgo, y en el Estado de México.

Con edades de entre 20 y 70 años, los voluntarios colaboran en los programas estratégicos de desarrollo de instituciones gubernamentales de los tres niveles y de instituciones de la sociedad civil disponiéndose a colaborar en las condiciones locales, sociales, culturales y climáticas.

Junto con la Comunidad Local

Dado que los voluntarios conocen de primera mano las necesidades y potencialidades de las comunidades con quienes colaboran, siendo incluso parte de ellas, se convierten en expertos (as) de los problemas que enfrentan sus contrapartes mexicanas. Estos conocimientos son altamente valiosos en los procesos de diseño e implementación de planes y programas para el bien público pues aterrizan soluciones que ponen en el centro a las personas y, por consiguiente, son más sólidos y sustentables.

A más de 30 años de su operación en México, el programa de voluntarios se presenta como un componente crucial de la cooperación japonesa para hacer frente a grandes desafíos.

Los voluntarios en México han creado no sólo una meta institucional, sino además han creado lazos de amistad, haciendo que este programa sea principalmente humano y de crecimiento de valores y de ayuda.

Voluntaria de la Agencia de
Voluntaria de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA) realiza actividad de desarrollo local en colaboración con artesanos de Oaxaca Crédito: Cortesía JICA

El vínculo entre México y Japón

La relación entre México y Japón es estratégica y se basa en valores compartidos y solidaridad. Ambas naciones comparten una larga historia de comercio, cooperación y amistad desde 1888 donde México y Japón firmaron el tratado de amistad, comercio y navegación, el primer tratado de Japón en condiciones de igualdad con un país occidental.

Ya en el siglo XX, se suscribe un tratado de libre comercio para fortalecer la relación económica, los flujos de comercio e inversión: el Acuerdo de Asociación Económica (AAE).

La relación entre ambas naciones se ha fortalecido gracias al intercambio cultural y educativo-científico. En 1958, a través del programa de cooperación técnica, el primer becario mexicano llegó a Japón y consecutivamente cada año, actividad que en 1971 derivó en el Programa de Intercambio México Japón. Con este programa de intercambio 100 mexicanos viajaron a japón y 100 japoneses a México en estancias técnicas para cocrear conocimientos.

50 años de cooperación en México

Con la apertura de la Oficina de JICA en México en 1973, se promueven diversos programas y proyectos dirigidos a instituciones mexicanas gubernamentales y académicas para fortalecer la capacidad institucional y a sus recursos humanos en casi todos los sectores de la cooperación como la prevención de desastres, educación técnica para jóvenes, proyectos de infraestructura sostenible, y programas de salud comunitaria y atención médica, medio ambiente, desarrollo industrial, agrícola, entre otros utilizando combinaciones de la cooperación técnica, cooperación financiera, y el envío de equipos de cooperación.

Se han fortalecido convenios de hermanamiento entre ciudades como la de México y la de Nagoya a través de proyectos de socios mediante el intercambio de expertos mexicanos y japoneses que han fortalecido las capacidades en temas de agua potable, tratamiento y drenaje, así como sismo resistencia; el Fortalecimiento de la gobernanza del riesgo de desastre para el desarrollo de los planes locales y la capacitación de recursos humanos para generar un México más resiliente, así como la generación de iniciativas que apoyen en la reducción del riesgo por desastres.

El CENAPRED, Centro Nacional de Prevención de Desastres, es un ejemplo de la cooperación japonesa en México, que, durante los acontecimientos del terremoto de 1985, se elaboró el proyecto para la construcción de instalaciones con laboratorios y equipamiento de alta tecnología considerando la capacitación en Japón de profesionales en áreas de riesgos geológicos, ingeniería estructural y riesgos hidrometeorológicos y químicos.

En agosto de 2023, en la sede de la cancillería mexicana se llevó a cabo el evento para la celebración de los 50 años de la cooperación japonesa en México, los 30 años del programa de voluntarios y el 20 aniversario del Programa conjunto México Japón denominado “JMPP” por sus siglas en inglés, Programa conjunto que extiende los lazos hacia la región de América Latina y el Caribe.

Con la conmemoración de los 50 años, la AMEXCID y la JICA reafirman la relación robusta y fraterna entre México y Japón, que, con más de cincuenta años de operación, sigue evolucionando y promete seguir aportando beneficios mutuos a futuro.

*Director General de Agencia de Cooperación Internacional de Japón

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