Uno de los grandes atributos de la Generación Z es su capacidad para revivir viejas modas y adaptarlas a los estilos de vida contemporáneos. Entre estas tendencias nostálgicas que han encontrado un nuevo auge se encuentran los Sonny Angels, unas figuras miniatura con una historia que se remonta a inicios del siglo XX y que hoy representan un fenómeno cultural y digital.
La historia de los Sonny Angels comienza en 1909 con Rose O’Neill, una ilustradora y poeta estadounidense que creó a “el Kewpie”. Este personaje, inspirado en un niño regordete con ojos traviesos, debutó en una revista feminista de la época. Con el tiempo, el dibujo ganó popularidad y trascendió las páginas de los libros infantiles que O’Neill ilustró, convirtiéndose en una línea de muñecas que capturaban las mismas características: un moño en el pelo, un corazón rojo en el pecho y una fisonomía desnuda que recordaba a los querubines.
En la década de 1920, la fabricación de las muñecas Kewpie evolucionó. Los fabricantes comenzaron a producir ropa para las figuras, incorporando trajes que representaban profesiones como vaqueros, bomberos y soldados. Este fue el primer paso hacia la adaptabilidad que más tarde caracterizaría a los Sonny Angels.
De los Kewpie a los Sonny Angels
El renacimiento de estas figuras llegó en manos del diseñador de juguetes japonés Toru Soeya, quien en los años 2000 tomó la esencia de los Kewpie y la adaptó a la cultura japonesa. Soeya transformó las figuras en piezas decorativas bajo el eslogan “Él puede traerte felicidad”. Inicialmente, los Sonny Angels eran figuras de 18 centímetros, pero su tamaño fue reducido a 7 centímetros para atraer al mercado juvenil, que buscaba llevar estas adorables figuras en el bolsillo.
Los Sonny Angels no solo redujeron su tamaño, sino que también adoptaron un estética que abrazó plenamente la cultura kawaii de Japón. Las figuras comenzaron a lucir gorros decorativos en forma de animales, frutas y otros elementos encantadores. Estos detalles, junto con los colores pastel y brillantes, las hicieron irresistibles para coleccionistas y fanáticos de los objetos tiernos.
El ‘boom digital’ de estas figuras
Aunque los Sonny Angels encontraron un mercado fiel tras su relanzamiento en 2004, fue en 2023 cuando alcanzaron un nuevo nivel de popularidad. Este repunte fue impulsado por las redes sociales, especialmente TikTok, donde usuarios de todo el mundo comenzaron a mostrar sus colecciones y a compartir videos creativos con estas figuras. En poco tiempo, los Sonny Angels se convirtieron en accesorios de moda, decorando llaveros y teléfonos celulares.
Hoy en día, existen más de 1,300 modelos diferentes de Sonny Angels que se comercializan en más de 30 países. Cada colección captura la esencia de los personajes originales de Rose O’Neill, mientras refleja la influencia cultural japonesa que los transformó en un ícono moderno.
La Generación Z ha encontrado en los Sonny Angels una forma de conectar con el pasado mientras redefine su relevancia en el presente. Estas figuras no solo son un testimonio del poder de la nostalgia, sino también un ejemplo de cómo las tendencias pueden evolucionar y adaptarse para resonar con nuevas audiencias. Con su historia centenaria y su encanto innegable, los Sonny Angels continúan conquistando corazones y demostrando que la creatividad no tiene límites temporales ni geográficos.