Cómo fue la captura de los “terroristas mexicanos” entrenados en Corea del Norte en los setenta

Reportes de prensa recuperados del Archivo General de la Nación documentaron la confesión de los detenidos quienes se dijeron ser entrenados en el país asiático

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El grupo MAR se especializaba
El grupo MAR se especializaba en asaltos a bancos. (Jovani Pérez/ Infobae México)

Se le conoce como la “época de las guerrillas en México” al período entre las décadas de 1960 y 1980 cuando diversos grupos armados surgieron como respuesta a la desigualdad social, la represión política y al crecimiento de la izquierda en Latinoamérica tras el triunfo de la Revolución Cubana.

Aunque gran parte de la historia de los grupos guerrilleros en el país quedó enterrada por la represión violenta del Estado mexicano, conocida como la “Guerra Sucia”, un expediente desclasificado de la Secretaría de Gobernación (SEGOB) y consultado por Infobae México en el Archivo General de la Nación (AGN) muestra el desenlace de uno de los grupos disidentes mejor organizados y poco conocidos de su época.

Se trata del Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR), que si bien era considerado parte de la guerrilla, debido al carácter delictivo con el que operaban para financiar sus movimientos sociales diversos medios de la época lo catalogaron como como un “grupo terrorista”.

Un grupo guerrillero con un adiestramiento peculiar

Reportes de prensa extraídos del
Reportes de prensa extraídos del AGN en poder de Infobae México registró la captura de un grupo guerrillero entrenado en Corea del Norte. (Omar López/ Infobae México)

El MAR fue fundado por Fabricio Gómez Souza, un ex estudiante michoacano de la Universidad de los Pueblos Patricio Lumumba, con sede en Moscú, en la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS)

A diferencia de otros grupos guerrilleros de la época, los integrantes de MAR contaban con un adiestramiento exhaustivo, y muy peculiar, para garantizar el éxito de sus operaciones, las cuales consistían principalmente en el asalto a bancos.

Este grupo criminal aseguraba haber recibido un amplio entrenamiento y capacitación en la ciudad de Pyongyang, en Corea del Norte.

Dicha nación asiática era uno de los países que, junto con la Unión Soviética, se caracterizó por impulsar los movimientos guerrilleros en Latinoamérica durante el siglo pasado, además, para ese entonces Norcorea ya había incrementado su fuerza militar por las tensiones políticas en su frontera sur.

“Desde el año de 1968 estuvieron recibiendo adiestramiento político-militar, en tres cursos, de seis meses cada uno, que comprendían: sabotaje; terrorismo, expropiaciones (robos), y técnica de guerrillas, en una base militar situada en las cercanías de Pyongyang, Corea del Norte, patrocinados por el gobierno de ese país”, se lee en un extracto del periódico La Prensa publicado el 16 de marzo de 1971.

Con el dinero de sus crímenes se financiaban a sí mismos y a otras organizaciones afines, como la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR), liderada por Genaro Vázquez, así como al Partido de los Pobres y la Brigada Campesina de Ajusticiamiento de Lucio Cabañas.

La caída de los guerrilleros del MAR

Reportes de prensa extraídos del
Reportes de prensa extraídos del AGN en poder de Infobae México registró la captura de un grupo guerrillero entrenado en Corea del Norte

De acuerdo con reportes de prensa recuperados del AGN en poder de Infobae México, el 15 de marzo de 1971, en un operativo simultaneo en diferentes partes del país elementos de la entonces Procuraduría General de la República (PGR) arrestaron a 20 miembros del MAR.

Las capturas ocurrieron en diferentes “escuelas de guerrillas” ubicadas a lo largo del país: en Xalapa, Veracruz; en Acapulco, Guerrero; en Pachuca, Hidalgo; y en la Ciudad de México.

Estas “escuelas de guerrillas”, según los documentos consultados, tenían la función de capacitar en materia a sus nuevos integrantes con todo lo aprendido por los adiestrados en Corea del Norte.

Además, al ser detenidos se reveló que los integrantes del MAR contaban con un gran arsenal de armas y distintas herramientas para ocultar su identidad mientras efectuaban sus asaltos.

“Se les encontraron, cuando se les detuvo, varios rifles automáticos M-1, y pistolas de diferentes tipos; más de mil cartuchos, radios de onda corta; aparatos de intercomunicación inalámbrica; cámaras cinematográficas y fotográficas, linternas sordas, binoculares, estuches de cirugía menor, uniformes e insignias del ejército, vestidos; pelucas, bigotes y pestañas postizas entre otros accesorios para disfrazarse”, se lee en los reportes extraídos del AGN.

La corta sentencia a los “terroristas” y el premio al traidor

La colaboración con las autoridades
La colaboración con las autoridades permitió a uno de los detenidos salir bajo fianza. (Omar López/Infobae México)

Pese a la larga lista de crímenes que se le imputaban a los miembros de este grupo guerrillero y terrorista, los MAR recibieron cortas sentencias y algunos incluso obtuvieron beneficios judiciales por cooperar con las autoridades.

Aunque en un inició Eduardo Ferrer McGregor, el juez encargado del caso, declaró que ninguno de los acusados podría salir bajo fianza debido a las elevadas sanciones que dictaba el Código Penal Federal por los conspiración y rebelión.

Los imputados recibieron una sentencia de 20 años de prisión, a pesar de que algunos integrantes del MAR también habían sido acusados por asalto, robo y homicidio involuntario de uno de sus compañeros.

Además, conforme fue avanzando el caso, uno de los enjuiciados apodado “El soplón” fue liberado tras pagar la fianza equivalente a 5 años de cárcel, aquel integrante habría decidido revelar información de MAR, debido a que había sido expulsado de la organización antes de su detención por lo que solo se le culpó del delito de conspiración.

A su vez, otros cuatro elementos del MAR recibieron una pena menor y fueron liberados bajo fianza, ya que el licenciado Eduardo Ferrer McGregor no los consideró partícipes dentro del atraco al Banco Comercial Morelia, al presenciar fotógrafos de la prensa, los integrantes que saldrían de la cárcel posaron haciendo la señal de v de victoria con sus manos.

A diferencia del “soplón” o los otros miembros liberados bajo fianza, los 17 presos fueron trasladados a la cárcel del Palacio de Lecumberri para cumplir su sentencia, aunque no se sabe con exactitud si todos llegaron a cumplirla luego de que el edificio dejara de funcionar como prisión en 1976.

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