Maridajes para la rosca de reyes: cómo combinarla con la bebida perfecta según un sommelier

La celebración del Día de Reyes Magos en México es una tradición profundamente marcada por el disfrute de la rosca de reyes, un pan dulce decorado con dulces cristalizados y membrillo. Esta festividad rememora la llegada de Melchor, Gaspar y Baltazar a a Jerusalén para conocer al niño Jesús. De acuerdo con la revista UNAM Global, la tradición de los Reyes Magos tiene sus orígenes en la cultura cristiana, pero su llegada a México se dio mucho tiempo después de su popularización en Europa. Antes de llegar a España, la rosca fue un elemento clave en las celebraciones de la Epifanía del Señor en Francia durante el reinado de Luis XV.

En esos años, la costumbre se extendió por Europa, convirtiéndose en una tradición asociada al Día de Reyes. Esta costumbre cruzó luego las fronteras hacia España y, finalmente, fue traída a México durante el Virreinato, donde se consolidó como una de las celebraciones más esperadas de la temporada navideña.

Aunque la rosca se sirve comúnmente acompañada de chocolate, atole o café, existen otras bebidas para maridar este delicioso pan, ofreciendo una experiencia diferente y sofisticada para conmemorar la ocasión.

Optar por un vino para acompañar la rosca de Reyes es una excelente manera de darle un toque distintivo a la celebración. De acuerdo con el sommelier Luis Gómez, del sitio web de vinos mexicanos, Vid Mexicana, el desafío al que se enfrenta la rosca de reyes para encontrar un vino adecuado es el análisis del sabor de cada uno de sus ingredientes.

“El reto que me plantearon fue cómo maridar esta rosca con algún vino y qué tipo de vino sería. Después de estar pensando en los ingredientes de la rosca y buscando el mejor acompañamiento, mi conclusión es que sí se puede maridar una rosca de reyes con un vino”, declaró Luis Gómez.

Además, sugiere acompañar la rosca de Reyes con un vino espumoso, ya sea semi-seco o brut, debido a que sus características de frescura y burbujeas, que combinan bien con la textura y el sabor dulce de la rosca, proporcionando un equilibrio adecuado.

“El vino espumoso tiene varios elementos que hacen interesante el acompañamiento, lo primero que podemos encontrar en general es un aroma a pan en el vino espumoso, derivado de las levaduras que tiene el vino y que acompaña bien el pan de la rosca”, menciona el experto en vinos.

Luis señala que el dulzor presente en el vino, ya sea semi-seco o brut, armoniza bien con el dulzor de los frutos secos o el azúcar que caracterizan a la rosca de Reyes. Además, resalta que la frescura del vino espumoso complementa perfectamente la cremosidad del relleno de nata o crema pastelera, si es que la rosca lo lleva, creando un maridaje equilibrado y agradable.

Otra opción para maridar la rosca de Reyes es con un vino de postre, lo que resultaría en un maridaje de “dulce con dulce”. Aunque reconoce que para algunos esto podría ser excesivo en términos de dulzura, el sommelier por la Asociación de Sommeliers Mexicanos, Luis Goméz, lo presenta como una alternativa válida para quienes disfrutan de sabores más intensos.

De acuerdo con el artículo “Rosca de Reyes, origen y símbolos” de la revista UNAM Global , para algunas personas, simboliza la búsqueda del Niño Jesús por parte de los Reyes Magos, quienes siguieron la estrella hasta el pesebre en Belén, donde nació. Por esta razón, la forma redonda de la rosca representa una corona, similar a las que portan Melchor, Gaspar y Baltasar en las imágenes tradicionales. Esta forma circular evoca la coronación de Cristo como Rey, un aspecto central en la celebración de la Epifanía.

Sin embargo, hay quienes asocian la forma redonda de la rosca al amor eterno de Dios, un amor sin principio ni fin, que se refleja en la eternidad de su bondad y protección. Esta interpretación añade una capa espiritual más profunda a la tradición, recordando a los creyentes el compromiso de fe y la continuidad del amor divino en sus vidas.

Los frutos secos y los dulces cristalizados que adornan la rosca representan las joyas incrustadas en las coronas de los Reyes Magos, y su presencia en la rosca hace alusión a la ofrenda de regalos que los Magos trajeron para el Niño Jesús. Originalmente, la rosca era un pan redondo compartido como símbolo de cierre de un ciclo y el inicio de otro, pero con el tiempo, su forma ha evolucionado.

Hoy en día, la rosca es generalmente ovalada y se adorna con frutas cristalizadas y se amasa con agua de azahar, que le otorga un aroma y sabor distintivos a naranja. En tiempos recientes, se han popularizado roscas rellenas de crema o nata, adaptándose a los gustos contemporáneos. Además, la tradición incluye figuras ocultas dentro de la rosca que representan al Niño Jesús, y quien las encuentre deberá asumir el rol de padrino o madrina, comprometiéndose a vestir al Niño y llevarlo a la iglesia el 2 de febrero, Día de la Candelaria. Quien haya encontrado al Niño debe de invitar tamales, acompañados de chocolate o atole, y según una tradición ya en desuso, el padrino sería recompensado con abundancia.