El mal de ojo es una creencia popular adoptada por diversas culturas alrededor del mundo, alimentada por la idea de que una mirada cargada de envidia o malas intenciones puede traer consigo consecuencias negativas en forma de enfermedad, mala suerte, malestar o incluso accidentes.
A lo largo de la historia, muchas sociedades han desarrollado rituales, amuletos y prácticas para protegerse de esta energía dañina, pues a pesar de que no existe evidencia científica que respalde esta superstición, sigue siendo una de las más arraigadas en el imaginario colectivo, influenciando desde la medicina popular hasta las costumbres cotidianas.
Durante la Edad Media, el mal de ojo llegó a ser clasificado como una enfermedad dentro de la medicina oficial de la época, según Idanely Mora Peralta, experta del Centro de Lingüística Hispánica del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM y especialista en creencias populares y supersticiones.
El mal de ojo es comúnmente asociado con los bebés y niños pequeños, quienes, según la creencia, son más vulnerables a recibirlo debido a su pureza o delicadeza. Sin embargo, también se considera que cualquier persona puede ser víctima de él.
En México, la creencia tiene una fuerte presencia en las comunidades indígenas, lo que sugiere que su origen podría remontarse a la época prehispánica. En Yucatán, por ejemplo, se piensa que las personas capaces de transmitir el mal de ojo nacen en martes o viernes y presentan un lunar o una vena entre los ojos.
En contraste, en Chiapas, la comunidad tzotzil distingue entre el mal de ojo y la envidia. Según explica Alfonso Villa Rojas, citado en un artículo de Michel Olguín Lacunza, publicado en la Gaceta UNAM, el mal de ojo se atribuye a personas mayores con una mirada penetrante y un “calor corporal” elevado, mientras que la envidia se origina de un deseo reprimido o del resentimiento hacia el bienestar ajeno.
Cómo saber si tengo mal de ojo
El mal de ojo, como superstición, sostiene que una persona puede sufrir debido a la energía negativa transmitida a través de la mirada de otra. Los síntomas comúnmente asociados incluyen fatiga inexplicada, dolores de cabeza frecuentes, problemas de salud recurrentes, cambios en el estado de ánimo, como tristeza o ansiedad, problemas en las relaciones, sueños perturbadores y una sensación persistente de mala suerte, que se manifiestan sin causa aparente y afectan tanto el bienestar físico como emocional de quien los experimenta.
Aunque los síntomas mencionados anteriormente ofrecen una idea general, de acuerdo con Celia Pérez León, periodista especializada en lifestyle y cultura, es fundamental que, antes de atribuir estos malestares a la envidia de otros, se consulte a un profesional de la salud, pues en realidad podría tratarse de condiciones médicas graves.
Una vez descartada una causa médica, existen algunos métodos populares y tradicionales para confirmar si un individuo realmente está bajo la influencia del mal de ojo:
- El huevo: uno de los métodos más comunes es pasar un huevo por el cuerpo, generalmente de cabeza a pies, y luego romperlo en un vaso de agua. Se cree que si el mal de ojo está presente, el huevo mostrará signos irregulares, como burbujas o manchas.
- Agua y aceite: algunas personas creen que si se colocan unas gotas de aceite sobre un vaso de agua y éste se esparce en formas extrañas o se forma una película, puede ser un signo de mal de ojo.
- Un vaso con agua y sal: algunas tradiciones aseguran que si se coloca un vaso con agua y sal debajo de la cama o en un lugar específico durante la noche, al día siguiente el agua podría estar turbia, lo cual indicaría mal de ojo.
Cómo curar el mal de ojo
La manera de curar esta afección varía según la tradición cultural. En los mercados de Ciudad de México, por ejemplo, es común encontrar un amuleto conocido como “Ojo de Venado”. Este objeto, una semilla vegetal atada con un cordón rojo, a menudo incluye la imagen de un santo católico y se coloca en la muñeca de los niños como protección contra el mal de ojo.
En África, las tribus masai recurren a un método peculiar para combatir el mal de ojo: la saliva. Según las creencias de estas comunidades, quien ha causado el daño debe escupir sobre la víctima para liberarla de la influencia negativa. Este mismo remedio tiene presencia en México, donde una mujer de la familia deberá limpiar la frente del bebé afectado con saliva y luego la secará con la orilla de su vestimenta.
Según Pérez León, existen otros métodos para tratar el mal de ojo, especialmente para adultos. Uno de ellos consiste en tomar baños de agua caliente con sal marina, los cuales se realizan con la finalidad de liberarse de la energía negativa acumulada en el cuerpo.
El ojo turco, elemento más común, es considerado un objeto protector altamente eficaz. Se recomienda llevarlo como amuleto, ya que se cree que tiene la capacidad de repeler influencias malignas.
Finalmente, para proteger el hogar, se pueden colocar cuernos de buey sobre la puerta y una herradura de caballo en el interior; sin embargo, la académica Mora Peralta afirma que estos objetos no deben ser comprados, sino encontrados o robados para que resulten efectivos.