La mañana del 16 de marzo de 1971, los principales periódicos de México colocaban en sus primeras planas el resultado de un importante operativo policiaco: “se capturaron a 20 terroristas mexicanos asaltantes de bancos”. La información detallaba la forma de operar del Movimiento de Acción Revolucionario (MAR), una organización que parecía sacada de la película Ocean’s Eleven o de la serie La Casa de Papel.
Aquel operativo logró detener al grupo guerrillero especializado en atracos bancarios. Aunque en aquel entonces había “asaltabancos” en todo el país, ninguno de ellos había confesado haber participado en 19 robos a instituciones bancarias en un lapso de dos años.
Este récord criminal se trató de un hecho sin precedentes considerando que un estudio de las universidades de Sussex y Surrey reveló que estadísticamente es más probable ir a la cárcel que lograr un tercer asalto consecutivo exitoso.
De acuerdo con reportes de prensa desclasificados por la Secretaría de Gobernación (SEGOB) y consultados en el Archivo General de la Nación (AGN) por Infobae México, los integrantes del grupo guerrillero MAR fueron detenidos en zonas que llamaban “Escuelas de Guerrillas” ubicadas en distintos puntos de país, en Xalapa, Veracruz; Acapulco, Guerrero; Pachuca, Hidalgo; y hasta la Ciudad de México.
El grupo entrenado para asaltar bancos
La efectividad de MAR en sus robos no era casualidad. Tras sus captura, los asaltantes revelaron que recibieron un adiestramiento militar patrocinado por el gobierno de Corea del Norte, uno de los países junto con la Unión Soviética que eran afines a la lucha guerrillera en Latinoamérica. El objetivo principal de los asaltos, era recaudar fondos para movilizaciones sociales y otras actividades del grupo MAR.
“Dichos sujetos (todos de nacionalidad mexicana) confesaron ante la Dirección General de Averiguaciones Previas de la Procuraduría que recibieron en Pionyang entrenamiento de tipo militar para guerrilleros, manejo de armas y explosivos, sabotajes, robos y asaltos”, se lee en el reporte de prensa recopilado por la SEGOB.
Una de las piezas claves para la eficacia de este grupo de asaltantes fue su lider: Alejandro López Murillo, un joven de 26 años que había trabajado en el Banco de Comercio en Morelia, quien sabía con exactitud cómo operaban las instituciones financieras, así como los puntos débiles de su seguridad para poder cometer los atracos.
Los integrantes del MAR se dedicaban a vigilar por semanas a bancos y casas comerciales para facilitar sus asaltos, además, solían utilizar autos y taxis robados para sus operaciones.
Luego del robo llevaban el dinero a la frontera para poder cambiar los dólares por pesos mexicanos y repartirlo. Parte del “botín” se enviaba a la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR), liderada por Genaro Vázquez, y la guerrilla de Lucio Cabañas.
El grupo MAR destinaba gran parte de sus recursos al encubrimiento y suplantación de identidad para efectuar sus robos. Al momento de su detención incluso les fueron decomisados documentos con identidades falsas, placas clonadas, pelucas, uñas y bigotes postizos, disfraces y armas.
“Se les encontraron, cuando se les detuvo, varios rifles automáticos M-1, y pistolas de diferentes tipos; más de mil cartuchos, radios de onda corta; aparatos de intercomunicación inalámbrica; cámaras cinematográficas y fotográficas, linternas sordas, binoculares, estuches de cirugía menor, uniformes e insignias del ejército, vestidos; pelucas, bigotes y pestañas postizas entre otros accesorios para disfrazarse”, se lee en los reportes extraídos del AGN de la SEGOB fechados con el 16 de marzo de 1971.
El último gran asalto del MAR
Al ser capturados, algunos de los integrantes del MAR confesaron ante la Dirección General de Averiguaciones Previas de la Procuraduría que participaron en 19 robos bancarios en las entidades de San Luis Potosí, Michoacán, Querétaro y la Ciudad de México.
Su último gran asalto que cometieron fue a un autobús con dinero del Banco de Comercio en Morelia, Michoacán, el 19 de diciembre de 1970, el cuál requirió de un plan elaborado con integrantes en distintos puntos de la ciudad.
De acuerdo al reporte publicado en el periódico La Prensa el 16 de marzo de 1971, el “Comando de Expropiación”, a cargo de Alejandro López Murillo, viajó a la ciudad de Morelia y situaron su base de operaciones en un cuarto ubicado en la calle Brasil 49, por el que pagaron 150 pesos de ese entonces, y determinaron que uno de sus integrantes se hospedaría en el Hotel York de la calle 5 de mayo, desde dos días antes, la noche del 17 de diciembre.
Hilda, una de las mujeres que terminó detenida, tenía la orden de avisarles la hora de salida y el número del autobús que llevaba el dinero. Luego del aviso, los asaltantes supieron que el cargamento llegaría a las 7:00 horas. Cuatro de los cómplices se dirigieron a una terminal de autobuses divididos en parejas.
Una de las parejas llegó a la terminal disfrazados de “agentes del Servicio Secreto” en una camioneta clonada propiedad del MAR. Ellos tenían la misión de resguardar la puerta de entrada, mientras que otros de los integrantes planeaban robar un vehículo para trasladarse a la terminal, al no conseguirlo, optaron por pedir un taxi y al llegar a su destino amarraron y amordazaron al chofer para hacerse con el automóvil.
Cuando los pasajeros salieron del autobús que llevaba el dinero, los integrantes que venía en el taxi asaltó a los empleados bancarios portando una metralleta M-2, luego robaron las cajas y bultos sin saber a detalle de cuánto dinero se trataba, no fue hasta que se enteraron, a través de los periódicos de los días posteriores al robo, que se habían llevado más de un millón de pesos, los cuales habían comenzado a repartir desde que huyeron en sus vehículos.