Elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México detuvieron a María del Pilar “N”, de 59 años y Petra “N”, de 60 años, alias “La Botitas”, quienes son acusadas de sustraer carteras y pertenencias en mercados y calles del Centro Histórico de la CDMX.
Con base en el comunicado oficial de la dependencia, la captura del par de presuntas delincuentes tuvo lugar cuando elementos policiales realizaban labores de investigación y vigilancia en el cruce de Apartado y Licenciado Manuel de la Peña y Peña, en la alcaldía Cuauhtémoc.
Al ver que las mujeres intercambiaban bolsas de plástico pequeñas y se comportaban de forma inusual, los uniformados se acercaron a ellas para realizarles una inspección de seguridad, la cual permitió que se les decomisaran 80 bolsas con aparente marihuana y dinero en efectivo.
Pilar “N” y Petra “N” fueron puestas a disposición del Ministerio Público para determinar su situación jurídica y se ha abierto la carpeta de investigación correspondiente, dado que todo apunta a que ambas podrían ser parte de una organización dedicada al robo a transeúnte y de carteras en inmediaciones de la zona centro de la capital. Estos últimos al mando de “El Catrín”.
El modus operandi de “chineros” y carteristas
Los carteristas y “chineros” son grupos que operan en mercados emblemáticos y muy conocidos como Granaditas, Tepito o Lagunilla, donde aprovechan la alta afluencia de gente para cometer robos sin violencia. Estas bandas tienen técnicas específicas que les permiten despojar a las personas de sus pertenencias sin que se den cuenta de inmediato.
Los carteristas suelen actuar en parejas o pequeños grupos. Mientras uno distrae a la víctima, simulando tropiezos o pidiendo información, otro aprovecha para abrir mochilas, bolsas o sustraer objetos de los bolsillos. En muchas ocasiones, cuentan con “halcones” que vigilan a la distancia para alertar sobre posibles riesgos o la presencia policial.
Por su parte, los ”chineros” emplean sustancias como gotas para los ojos o sedantes contras sus víctimas, a menudo con el pretexto de invitarles una bebida o algo de comer. Esta técnica se dirige principalmente a compradores o turistas en busca de ofertas o cualquier tipo de productos que sean más baratos, dejándolos indefensos ante el robo de dinero, celulares y documentos.
Ambos grupos operan en zonas concurridas y momentos de mayor actividad, como fines de semana o festividades, aprovechando el descuido por la cantidad de personas que andan en calles, callejones o pasillos. Aunque la policía capitalina ha intensificado los operativos contra estos criminales, comerciantes y locatarios recomiendan tener precaución en todo momento.