La Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México (CDMX) investiga a un trabajador de la alcaldía Cuauhtémoc por presuntamente acosar sexualmente a una compañera de trabajo por medio de redes sociales.
De acuerdo con la denuncia presentada ante la Fiscalía Desconcentrada en la Cuauhtémoc, se trata de un hombre llamado Héctor Manuel “N”, quien labora en la jefatura de Unidad Departamental de Espacios Culturales y Bibliotecas de la alcaldía.
En la denuncia, misma que fue presentada este mes de diciembre, se puede ver que la víctima acusó que comenzó a sufrir acoso del individuo, quien le enviaba fotografías en las que aparecía desnudo y de su miembro, por medio de la red social TikTok.
Estos hechos habrían iniciado desde hace seis años, en el 2018, sin embargo, la mujer no había presentado ninguna denuncia previa.
Autoridades ministeriales señalaron que en la carpeta de investigación integrada por la Fiscalía Capitalina, fueron anexadas las conversaciones y también las imágenes que el señalado le enviaba a la afectada.
¿Qué es el acoso sexual?
El acoso sexual se define como cualquier comportamiento de naturaleza sexual no deseado que afecta la dignidad, libertad y derechos de una persona. Este tipo de conducta puede ocurrir en diferentes contextos, ya sea en el ámbito laboral, educativo o en espacios públicos, y supone una violación directa a la igualdad de género y al respeto mutuo entre individuos.
El acoso sexual incluye un amplio espectro de manifestaciones, que van desde comentarios, gestos o insinuaciones inapropiadas hasta tocamientos, proposiciones insistentes o amenazas. También se consideran acoso conductas relacionadas con el chantaje sexual, como condicionar beneficios o privilegios a cambio de favores sexuales, lo que se conoce como quid pro quo. En otros casos, se dan situaciones de hostigamiento continuado que generan un entorno intimidante o humillante, conocido como acoso ambiental.
De acuerdo con organismos internacionales, como Naciones Unidas, el acoso sexual es una forma de violencia de género que afecta a las mujeres de manera desproporcionada, aunque no excluye a hombres o personas de otras identidades. Este fenómeno está profundamente enraizado en estructuras de poder desiguales, que perpetúan la objetificación y subordinación de ciertos grupos.
En muchos países, el acoso sexual está tipificado como delito y regulado por leyes laborales o penales específicas. Las iniciativas para prevenirlo y combatirlo incluyen campañas de sensibilización, la implementación de protocolos en empresas o instituciones, así como canales seguros para denunciar.
Reconocer el acoso sexual como un problema social es clave para promover ambientes seguros y garantizar el respeto de los derechos de cada persona. La educación y la empatía desempeñan un rol esencial en la creación de culturas que rechacen cualquier forma de agresión sexual.